Venezuela

Cuba y Valdés, protagonistas del colapso eléctrico en Venezuela

En 2009, tras una visita del general cubano Ramiro Valdés a Venezuela, sorprendió el anuncio de Hugo Chávez de que el legendario militar comunista había sido designado para encabezar una comisión de la isla para asesorar a Venezuela en la recuperación de su sistema eléctrico. Esa comisión fue llamada para atender la crisis de energía que enfrentó el país en ese año, cuando la sequía afectó el sistema hidroeléctrico de El Guri.

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Por Francisco Olivares (Especial para El Estímulo) Foto: AFP

El anuncio generó desconcierto y rechazo entre opositores, analistas y expertos del área.

Como era su costumbre, la respuesta de Hugo Chávez llegó en cadena nacional: ‟la burguesía venezolana se ha vuelto como loca porque vino el comandante cubano Ramiro Valdés. Aprovecho para reivindicar a Ramiro Valdés. ¡Viva Ramiro Valdés!”, dijo Chávez durante su alocución. “A la burguesía le da piquiña cuando hablamos de Cuba. ¡Vamos a hablar de Cuba por todos lados! ¡Viva Cuba, viva Cuba, viva Cuba!”, exclamó.

“Nos da mucho gusto que Valdés venga a visitarnos en nombre del pueblo cubano y la revolución cubana, para seguir estrechando los lazos entre Cuba y Venezuela”, agregó el entonces mandatario.

Ramiro Valdes Menendez

Foto: Radio Martí

El chavismo nunca detalló el papel que cumpliría la comisión cubana en la crisis que enfrentaba el país a consecuencia de la sequía de la represa del Guri, la principal fuente de electricidad.

Pero algunos analistas estimaron que ese apoyo externo no sería de gran ayuda debido a las propias deficiencias que históricamente presenta el sistema eléctrico cubano. Al mismo tiempo resonaba con ironía el anuncio del gobierno, pocos meses antes, de que Venezuela sería la gran potencia eléctrica del continente y ya se hablaba de los miles de millones de dólares que se estaban invirtiendo en las nuevas plantas y sistemas hidroeléctricos que más tarde se conocería como el escándalo de los ‟bolichicos de Derwick″. Estos personajes, contratistas del gobierno, llenaron el país de plantas de segunda mano, inservibles o que nunca llegaron.

En el actual apagón que lleva más de cuatro días han  corrido versiones sobre el arribo a Venezuela del general Ramiro Valdés, esta vez, no para resolver la crisis eléctrica sino como parte de un plan que, al igual que en Cuba, busca someter más aún a la población, al tiempo de neutralizar las acciones de Juan Guaidó.

El día lunes, el ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, en medio de confusos mensajes sobre los supuestos ataques al sistema eléctrico, señaló que a Juan Guaidó le quedaban pocos días de su liderazgo.

La insinuación algunos la interpretaron como que el plan de ‟Black Out″ (apagón) eléctrico estaría surtiendo su siniestro efecto en el país y se volvería en contra del líder opositor.

Sin embargo, la respuesta que ofreció el presidente interino desde la Asamblea Nacional no sugiere que el apagón haya sido un diabólico plan ejecutado desde Cuba, sino más bien el resultado de la corrupción y la ineficiencia que ha acabado con las industrias venezolanas en veinte años de la llamada revolución.

El hombre en Caracas

Una coincidencia relaciona la presencia de Valdés en Venezuela y es que siempre aparece en momentos cruciales y en situaciones de crisis. A este general cubano se le identifica como la cabeza de los servicios de inteligencia y de la estrategia de control social y de defensa establecido en la alianza que desarrolló Hugo Chávez con Cuba desde los primeros años.

El general Ramiro Valdés es uno de los hombres más poderosos del régimen cubano y figura histórica de la revolución. Es un militar y político que ostenta el grado de comandante de la Revolución y es actualmente vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba.

Este personaje, constituye una figura simbólica del proceso cubano, siendo considerado un héroe y patriota por seguidores, y un temerario represor por sus detractores, ya que encabezó durante años el Ministerio del Interior. Bajo su mandato y órdenes, se afirma que fueron encarcelados alrededor de 70 mil disidentes, y fusilados miles de ciudadanos en Cuba.

Fue considerado el comodín de Fidel Castro. Estuvo a su lado en el asalto al cuartel Moncada, en la cárcel, el exilio en México, en el yate Granma y en la Sierra Maestra. Fue uno de los 12. Fidel lo nombró ministro del Interior por primera vez en 1961. Lo encargó de la represión cuando en Cuba había una oposición masiva a la instauración de una dictadura totalitaria. Y, efectivamente, la ahogó en sangre. Era el hombre para el cargo. Se sabe que es un admirador de Lavrenti Beria, el siniestro jefe de la NKVD, la policía y servicio secreto de Stalin.

María Werlau, investigadora cubana, refiere en su libro sobre Cuba y Venezuela, que fue el creador del sistema de inteligencia cubano con la KGB y es uno de los hombres más poderosos en Cuba. Refiere que su llegada a Venezuela fue clave y es quien dirigió la toma del espacio cibernético venezolano y la penetración de los organismos de represión; además de los entrenamientos de los colectivos (bandas civiles paramilitares) en Cuba.

Para la investigadora a través de esa estrategia, financiada por Venezuela, Cuba tomó control de las bases de datos del país, de PDVSA, CANTV, ministerios y organismos de seguridad; se estableció el carnet de la patria, pasaportes, registros, migración, y el servicio de identificación. Además, concluyó que han desarrollado una “ciberrepresión” sofisticada con la cual saben lo que hacen los opositores en los medios y redes sociales, monitorean los correos electrónicos de los opositores, saben donde están.

Hay lugares destinados para manejar esas bases de datos, con personas de confianza del oficialismo, quienes como robots, difunden campañas o fake news, impulsados desde las salas situacionales del Gobierno.

Ramiro Valdés en PDVSA

Otro episodio que se ha olvidado es que el general Ramiro Valdés también fue protagonista de los cambios en Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).

La presencia cubana comienza luego de finalizar el paro petrolero de 2002. En esa fecha trajeron gente de confianza de la revolución para la toma de las operaciones navieras y la recuperación del cerebro electrónico de la industria petrolera que estaba en manos de una empresa de capital estadounidense (SAIC). A partir de esa fecha comienza la llegada de asesores cubanos a la estatal.

Con una ‟conferencia magistral” sobre soberanía tecnológica para la «Siembra Petrolera» de la directora Ejecutiva de Automatización, Informática y Telecomunicaciones (AIT) de PDVSA, Socorro Hernández, se dio inicio a la XII Convención y Expo Internacional de La Habana, Informática 2007, encabezada por el ministro de Informática y Comunicaciones de Cuba, el general Ramiro Valdés.

Hoy Hernández es una de las cuestionadas rectoras del Consejo Nacional Electoral.

El 18 de diciembre de 2008 en el marco de la IX Comisión Mixta Cuba-Venezuela, el ministro para Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y el titular de la Informática y las Comunicaciones de la República de Cuba, Ramiro Valdés, suscribieron un memorándum de entendimiento para la creación de la empresa socialista de capital mixto Guardián del ALBA S.A., la cual se encargaría de fabricar soluciones tecnológicas integrales, en las áreas de automatización, informática y telecomunicaciones para alcanzar la plena soberanía tecnológica.

La filial PDVSA Industrial, a través de la Gerencia de Automatización, Informática y Telecomunicaciones (AIT) y la compañía cubana ALBET S.A., serían los responsables de crear la empresa, administrar sus activos y velar por su buen funcionamiento. La nueva empresa instalaría Fábricas Socialistas de Software para la generación de soluciones tecnológicas integrales, que permitirían reducir los pagos de licencias, mantenimiento, servicio técnico, entre otros, por más de 500 millones de dólares al año. El comité coordinador conformado por ambas organizaciones, elaboró el plan de negocios, los estatutos y el acta constitutiva de la nueva empresa socialista.

La empresa socialista Guardián del ALBA estaría ubicada en suelo venezolano, en la que PDVSA Industrial tendría una participación accionaria de 51% y ALBET S.A. el 49% restante. Esa empresa se estimó que iniciaría funciones en enero de 2009.

La invasión cubana se consolida en pleno referéndum revocatorio, con el control de los servicios de identificación, comunicación, empresas básicas y notarías.

Es de destacar que Socorro Hernández, luego de estar en PDVSA como directora de AIT, fue nombrada ministra de Telecomunicaciones e Informática el 9 de enero de 2008; a los meses también ocupó la presidencia de la Cantv y luego fue nombrada rectora del Consejo Nacional Electoral en 2009. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos la incluyó en una lista de funcionarios venezolanos sancionados por presuntamente estar relacionado con fraudes electorales, censura a los medios de comunicación y corrupción en los programas de distribución de alimentos.

Hernández siempre mantuvo como su mano derecha en PDVSA y CANTV a Dicsa Chacón, hermana de Jesse Chacón. Dicsa en la estatal petrolera se encargaba de manejar la relación con los cubanos en el área tecnológica. Y en la telefónica ocupó la gerencia de Transición al Socialismo.

También en sistemas de identificación

Otra de las importantes apariciones de Ramiro Valdés fue en el caso de los servicios de identificación. Un trabajo de investigación de la periodista Adriana Rivera detalla cómo el organismo que emite las cédulas de identidad y los pasaportes venezolanos tiene un padre cubano: José Lavandero García. Se trata de una de las figuras más importantes de la misión de Cuba en Venezuela. Su aprobación fue indispensable para el diseño y la puesta en marcha del Proyecto de Identidad, a partir del cual el gobierno del fallecido Hugo Chávez constituyó el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME) concebido además de la identificación, como base para el apoyo electoral del gobierno y su partido político.

Lavadero, para el momento era vicerrector de la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana (UCI) que depende del Ministerio de Informática y Comunicaciones, que estuvo bajo la conducción del general Ramiro Valdés hasta el año 2012.

Valdés es considerado como el artífice de los sistemas de inteligencia política de la isla conocidos como G2 y era uno de sus jefes para el momento en que Lavadero trabajaba en el diseño del SAIME. Este proyecto comenzó a concebirse desde el año 2005 y el proyecto definitivo se aprueba en 2006. El documento de 218 páginas está avalado por la empresa Albet Ingeniería y Sistemas, compañía que vende los programas informáticos elaborados en la UCI. Esta empresa se convirtió en la contratista que llevó adelante todos los cambios en el sistema de identificación.

Tecnología prestada

Un aspecto han tenido en común las ‟asesorías” cubanas en Venezuela y es que han llevado a la quiebra y al desastre tecnológico a las industrias intervenidas. En todas ellas se han producido triangulaciones con empresas de otros países como China, Rusia y algunas de Europa, a quienes se les subcontrata la tecnología que no posee la isla.

De allí que el dilema que algunos han planteado sobre si tales crisis obedecen a un plan muy bien establecido se contrapone al del atraso tecnológico de la Revolución Cubana, que como lo refirió el propio Guaidó: estos cuatro días de crisis eléctrica nos han llevado a 100 años de retroceso. De allí que, como han señalado muchos analistas, en el único aspecto que han tenido éxito los cubanos en Venezuela ha sido en el sistema de inteligencia y control de la ciudadanía, de las fuerzas armadas y la cúpula política.

En conclusión, la asesoría cubana ha dejado a los venezolanos sin acceso a documentos de identidad, se están quedando sin servicio eléctrico y una PDVSA transformada en un ente político que ha perdido 2 millones de barriles al día en producción.

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