Atrapado en un loop de reggaetón
Nos persigue como Penywise a los niños de It. El mundo es en un hilo musical una vez que nos quitamos los audífonos. Ningún otro género había generado tal proceso de uniformidad sonora. El reggaetón pasó de una opción, de une excusa para exorcizar nuestros instintos, a una dictadura rítmica que condiciona la vigencia de artistas de otras corrientes e incide incluso en la apertura y cierre de locales en Venezuela. Si no perreas, no eres, no existes, mueres.