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¿De quién fue la culpa, de Baroja o Vizcarrondo?

Han pasado dos días y la imagen del gol de Derlis González se repite y una otra vez a la memoria como el mal Día de La Marmota sobre Phil Connors (Bill Murray). Pero ya una vez reposada la ira, es momento de analizar por qué se da esta jugada y cómo Venezuela puede levantar su ánimo para enfrentar a Brasil tras la derrota 0-1 ante Paraguay. 

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POR: JOVÁN PULGARÍN Y CARLOS DOMINGUES

Son muchas las preguntas que saltan luego del 0-1 ante Paraguay en Cachamay. La más obvia es quién falló en el blooper que le permitió al visitante llevarse los tres puntos. La repetición muestra a un Oswaldo Vizcarrondo que retrocede, sin ver al portero, para ceder la pelota con el pecho. Alain Baroja se mueve a la derecha para convertirse en una opción de pase. Así lo establece el protocolo cuando un defensa decide devolver la pelota al arquero. Pero la esférica va hacia el medio y aparece Derlis González que gana la posición a ambos y anota sin dificultad. Con seis minutos por jugarse, fue un nocáut a la mandíbula. Casi 37 mil personas quedaron mudas de inmediato.

«En estos casos, las opiniones externas pueden generar más problemas. Yo tuve a (Alain) Baroja en el Caracas desde los 15 años y estoy seguro que él gritó. En esa jugada el balón no podía picar en el área. El defensor si tiene la posesión (del balón) debe mandarlo fuera en caso que él haya gritado primero«, suelta rápidamente Daniel Nikolac, exarquero de la selección nacional, que estableció un récord de imbatibilidad en la liga local con el Marítimo (1986-1987): 970 minutos sin recibir tantos.

«Él (Vizcarrondo) me quería pasar la pelota, pero son cuestiones de segundos. No hubo comunicación entre los dos, todo pasa muy rápido», explicó Baroja luego del partido. Noel Sanvicente, estratega de la selección, trató de no individualizar el pecado, pero su reflexión habla de un problema de formación: «Seguimos cometiendo los errores de hace 20 años».

Nikolac refrenda lo dicho por Sanvicente: «Esa desatención es un error de formación del futbolista venezolano. Hay situaciones que aún afectan  a los nacionales, como la toma de decisiones. Los problemas en la formación tarde o temprano terminan aflorando. Hubo desatención, falta de comunicación y no se tomó la mejor decisión en fracciones de segundo, algo que se aprende en las categorías menores».

La periodista Gerladine Carrasquero (@GeralCB7) en su artículo «Venezuela sigue siendo un triste Deja Vu», para el diario La Verdad, recordaba al menos 5 episodios en los que la Vinotinto recibía goles del minuto 83 al 90. Tres de ellas contra Chile, una contra Colombia y una más frente a Bolivia.

Wilfredo Alvarado debutó el 10 de julio con la Vinotinto en 1997, en un partido frente a Colombia, en Barranquilla. Al mando estaba Eduardo Borrero. Luego jugó bajo las órdenes de José Omar Pastoriza y Richard Páez y en varios encuentros fue el capitán de Venezuela. El defensa no habla de responsables pero de su declaración se desprende el peso de la falta:  «En este tipo de situaciones, como jugador es que se denota tu madurez. En el caso de (Oswaldo) Vizcarrondo, sé que es un jugador solvente y este tipo de situaciones lo afectan más, pero él tiene carácter y fuerza mental para salir rápido de eso. El grupo y el técnico también deben ayudarlo».

«Personificar en Vizcarrondo o Baroja el error no es profesional. Los fallos, las victorias y las derrotas son, para mí, siempre consecuencia de lo que todo el grupo hace. Hay que fortalecer aspectos como la comunicación entre los jugadores, dentro y fuera de la cancha. En los deportes colectivos, esto es esencial, así como la concentración hasta el último minuto y la toma de decisiones», explica Florencia Sardi, sicóloga argentina que ha trabajó en su país en el Club Atlético Unión Santa fe y en Venezuela con el Atlético Venezuela.

De cara a Brasil

En las eliminatorias no hay descanso. Y el propio viernes, la delegación venezolana voló en charter para Brasil. Allí tendrá una dura prueba ante el equipo local, que viene de perder en su debut ante Chile 2-0. ¿Cómo se levanta el ánimo de un equipo tras la forma en que se perdió en Cachamay?

«El jugador es muy profesional en estos casos y está preparado para afrontarlos. De todas maneras, como director técnico uno busca motivarlo de inmediato, ayudándolo a entender a él y al grupo que fue solo un error, que no se pueden acomplejar por eso. Les digo que cuando juega bien no se les da un premio y en este caso tampoco tiene que quitársele nada. Lo importante es ser sereno, no ser violento, no hacerlo sentir culpable de la situación. Hay que hacerlos entender que son situaciones de mala suerte, que no es una situación de vida o muerte como tener un hijo grave. El el manejo de estos casos es importante que el optimismo siempre esté por delante», explica Manuel Plasencia, quien se tituló con la selección nacional en los Centroamericanos y del Caribe de 1982.

«Cuando se pierde como ayer, el grupo entero termina afectado y la motivación para salir de ese estado es sacar un buen resultado inmediatamente después. Conociendo como es «Chita» (Sanvicente) estoy seguro de que él puede levantar rápido la moral del grupo. Él sabe manejar muy bien este tipo de situaciones porque es un motivador», agrega Alvarado, hoy técnico de equipo Sub 20 del Zamora.

«Más allá que encontrar la causa de la derrota únicamente en el error, creo que el análisis debe partir de otras cosas que no se están haciendo bien, como el generar jugadas de peligro. Baroja es el arquero que mejor porcentaje tiene en todos los fundamentos para un jugador de su posición. No va a tener inconveniente en superar este momento, no debe asumir la responsabilidad del error. Estoy seguro que va a ser figura contra Brasil», afirma Nikolac.

Sardi cierra la discusión recordando que la clasificación apenas empieza: «Este tipo de situaciones debe ser manejado con tranquilidad. Al grupo hay que hacerle saber que aún quedan 17 partidos, que es apenas el comienzo. El resultado final de la Eliminatoria no va a depender solo de este partido. Estos fallos deben aprovecharse para que el colectivo se fortalezca, la parte emocional en estos grupos profesionales queda tocada pero no vencida«.

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