Economía

¿Del BCV al FMI?

Una nota de prensa atribuye a una fuente la entrega de información del BCV al FMI. Otras informan sobre la supuesta presentación de las maquetas de los billetes de Bs 500 y Bs 1.000 para la consideración de las autoridades. En algún momento, se han discutido operaciones con el oro de las reservas internacionales. Sin embargo, el BCV ni confirma ni desmiente rumores que circulan públicamente.

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En su página web sólo hay notas de prensa sobre temas que clasifica como institucionales o culturales en 2016. Nada sobre índice de precios al consumidor e índice de remuneraciones a los asalariados, ni sobre políticas monetaria y cambiaria, programas económicos y otros, campos que a mitad de año se mantienen vacíos.

La información disponible en la página del BCV aparece en importantes casos solo hasta diciembre de 2015, y no siempre completa. En la página del INE la situación es peor. La encuesta de consumo de alimentos está disponible hasta el primer semestre de 2014, la de pobreza por ingresos hasta el segundo semestre de 2013, la del IDH hasta 2013 y la encuesta de grandes empresas industriales hasta 2011.

No disponer de información pública, manejable y detallada, agrava la desconfianza y la incertidumbre que sufrimos. El riesgo país es mayor del que pudiera ser al no divulgarse información sobre el IPC, el PIB, la balanza de pagos y el ingreso y egreso de divisas del BCV, por ejemplo. Y la situación se agrava cuando se desconoce el monto total de los ingresos y gastos, y activos y pasivos, de un sector público fraccionado y opaco hasta las tinieblas.

La inexistencia de información confiable obliga a buscar sustitutos. La UCAB, por ejemplo, ha realizado encuestas para identificar las características de la juventud venezolana. Asociando sus recursos con los de la UCV y la USB, ha participado en encuestas para estimar niveles de pobreza y problemas de vivienda, salud, nutrición y educación, entre otros, de la población. Pero también surgen proveedores con métodos arbitrarios de cálculo, aunque muy influyentes, como DolarToday.

Mantener vacíos informativos es un error costosísimo, tanto para empresas, trabajadores, investigadores, acreedores e intermediarios en todas las ramas de actividad económica, como para las mismas autoridades que las ocultan.

Los problemas que deben resolverse en Venezuela son de una enorme dificultad. Al negar información pública, el gobierno asume toda la responsabilidad por no resolverlos. En los últimos años ha destruido las oportunidades de generar confianza en sus ofertas de diálogo.
No es posible dialogar con quien, argumentando una emergencia, esconde su magnitud y los espacios donde se ha generado y debe resolverse.

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