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Del “Siéntete Grande” al “Defendamos Caracas”: Así es la nueva era roja

La denuncia es necesaria, siempre, tanto así como el reconocimiento. La costumbre de frasear cada descalabro o retraso en nuestro fútbol con un “y así queremos ir a un Mundial” merece una contraprestación en el caso de identificar cosas positivas, de evidenciar progreso y ganas de seguir creciendo. Y me suena el, para muchos antipático, “Seguid el ejemplo que Caracas dio”.

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Fotografía: Emmanuel García

¿Crecer en una crisis económica tan profunda como la actual? Sí, parece utópico pero hay quien lo logra. Más allá de las formas y las maneras sobre cómo se financia en líneas generales nuestro fútbol, hay que volver a marcar con un asterisco a Caracas Fútbol Club. El rojo revive en medio de la crisis y despliega sus alas, como Zamora FC, en un momento de quiebre donde la sustentabilidad se ha hecho poco viable en las entidades deportivas de Venezuela.

El secreto no es tal, es solo lógica. Philip Valentiner ha sido terco ante los consejos familiares y mantuvo al rojo capitalino con oxígeno y respiración asistida en el momento que vagó sin un brazo económico inagotable como el que garantizaba en vida su padre, Don Guillermo. La masa social se convirtió en el principal activo de un Caracas que enfrentaba sus horas más oscuras en cuanto a situación financiera. Esto se ha traducido en la ausencia de títulos de relevancia (hace casi diez años llegó su última estrella), lo que significa un duro golpe para una casa acostumbrada a celebrar en grande.

Había que hacer algo. Estaban claros que el golpe de timón no giraría el barco en lo inmediato. Lo primero fue “repatriar” a Chita Sanvicente. El técnico más ganador, desde su salida del equipo, no encontró un sustituto con el conocimiento necesario para mantener la estructura ganadora de la institución y su cariz atractivo para el futbolista nacido en el país. Caracas dejó de ser la chica guapa y el jugador ha mirado otros rostros (Barinas, por ejemplo) para saberse capaz de saltar desde una plataforma corporativa que le brinde todas las comodidades posibles para su proyección.

Limpieza interna y reactivación de la cantera. Captación de jugadores nacidos en 2004/2005 para armar la nueva base. Muchos imberbes de 16 años entrenando a la par del primer equipo. Re-estreno de la casa club. Acciones ejecutadas en lo inmediato por Sanvicente, que ha tratado de sostener esta depuración y relanzamiento interno a la par del funcionamiento del primer equipo. Todo en medio de una situación país que económicamente afecta hasta la asistencia de aficionados al estadio.

En ese proceso de cambios, de reestructuración, llegó la mudanza, nuevamente, del Estadio Olímpico. El equipo tuvo que vivir en su hogar de la Cota 905 y la posibilidad de ejecutar un plan de captación de aficionados se vio limitado por cuestión de aforo. Sin embargo, la clasificación a un torneo internacional y la buena marcha en la Copa Sudamericana, sumado al regreso a un Olímpico remozado, ha sido el cóctel necesario para que el Caracas hoy vuelva a pisar fuerte institucionalmente hablando.

Y no solo ha sido un progreso evidente desde la mano de un omnipresente Sanvicente que supervisa absolutamente todo. El timón que giró volvió a recuperar a Elio Quintal para organizar la estructura logística y administrativa de la institución. Con él, Caracas vivió sus memorables momentos y era cuestión de volver a confiar en quien mejor sabe cómo guiar la nave. Con él, y con la gerencia deportiva de un preparado Micky Mea Vitali, conocedor de las necesidades del futbolista pero con toda las ganas de crecer en los despachos, como mano derecha desde lo futbolístico del presidente Rostyn González. El orden en casa, se aprecia de manera más que evidente.

Hay otro nombre que destacar: Diego Salas. El gerente de mercadeo ha aprovechado los buenos resultados en la Copa Sudamericana y el retorno al Olímpico como el caldo de cultivo para relanzar con eventos y publicitariamente, la marca Caracas. La venta de la nueva indumentaria, la remodelación del camerino del estadio con patrocinio y mensajes que mueven la fibra de sentirse futbolista del Rojo y otras actividades, han vuelto a poner al club en boca de aquellos que no son cercanos a la institución y el reto de atraer a la ciudad futbolera el miércoles al escenario universitario en una noche continental eleva de nuevo las sensaciones positivas de esa relación idílica en la que se convirtió Caracas FC con su afición. El “Siéntete Grande” de hace diez años hoy es el “Defendamos Caracas”.

Los cambios que vienen

La buena marcha en la Copa Sudamericana siempre será el termómetro para seguir creciendo, pero desde ya el 2019 se vislumbra distinto, sobre todo desde lo deportivo. Noel Sanvicente asumirá las riendas del boliviano The Strongest en enero próximo por recomendación del nuevo seleccionador de Bolivia, César Farías, lo que hace que ya se manejen varios nombres para asumir la dirección técnica de Caracas. Sustituir a Chita requiere una evaluación sumamente detallada.

José Hernández parece partir con ventaja. El actual seleccionador Sub 17 destacó otrora por su paso en la cantera roja y ser promotor de nombres importantes que el equipo terminó vendiendo al extranjero. Más allá de su capacidad comprobada como formador y conocedor del intríngulis rojo, su permanencia en el proceso de selecciones nacionales no parece tener visos de continuidad (en la pasada gira Sub 20 por Catar, fue designado Frank Tamanaco Piedrahita, técnico del seleccionado Sub 15, como el encargado de esa delegación, un mensaje indirecto sobre el papel que puede jugar Hernández en el entorno de Rafael Dudamel).

Al bate también se encuentra Jhonny Ferreira. Tras su abrupta salida de Monagas, el actual DT campeón de Venezuela está en la agencia libre y su pasado como asistente técnico en Caracas le da relevancia a su candidatura, amén del título absoluto que exhibe en su pecho. Su gran trabajo en Valencia y Maturín es bien valorado en el Rojo. Además, forma parte del grupo de técnicos caraqueños que son alumnos aventajados del mismísimo José Hernández.

Como otra opción notable está la de José Manuel Rey. Ídolo del Caracas, su buen desempeño al frente del modesto Aragua y la buena campaña ahora con Monagas le da números relevantes para ser dueño del banco de la Cota 905 en enero. La identificación del aficionado con su nombre y el respeto de los jugadores con una figura del club y de la selección, también le brindan posibilidades para asumir el cargo.

Caracas reaparece en momentos duros. Es un balsámico paradigma de gestión y ha retomado su liderazgo de cómo ser una entidad que sobreviva en medio del caos.

Es este un nuevo Caracas.

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