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DentalSlim Diet Control: el dispositivo para perder peso que genera debates en el mundo

Es un aparato intraoral que un profesional coloca en los dientes traseros superiores e inferiores. Está conformado por dispositivos magnéticos con pernos de bloqueo exclusivos fabricados a medida. El paciente solo puede abrir la mandíbula dos milímetros

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DentalSlim Diet Control
Universidad de Otago

Un dispositivo que te impide abrir la mandíbula más allá de dos milímetros es materia de debate publico desde que sus creadores, unos científicos de Nueva Zelanda, lo dieran a conocer en el pasado mes de junio.

Se llama DentalSlim Diet Control y fue desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Otago. Es un aparato intraoral que un profesional coloca en los dientes traseros superiores e inferiores. Está conformado por dispositivos magnéticos con pernos de bloqueo exclusivos fabricados a medida. Básicamente restringe a los pacientes a una dieta líquida.

Según el comunicado de prensa, los dos milímetros de «libertad» que permite el aparato son suficientes para hablar y respirar sin restricciones. Los usuarios reciben una herramienta para desbloquearlo en caso de emergencia, aunque, en el boletín se informa que ningún participante en el estudio necesitó utilizarlo.

En el comunicado, se explica que “es una alternativa no invasiva, reversible, económica y atractiva a los procedimientos quirúrgicos”, según el investigador principal, Paul Brunton. «El hecho es que no hay consecuencias adversas con este dispositivo». Aseguran que los participantes en las pruebas perdieron un promedio de 14 libras (más de 6 kilos) en dos semanas «y estaban motivados para continuar con su viaje de pérdida de peso».

Pero una vez que se hizo público el dispositivo, tuiteros y medios de comunicación se refirieron al experimento como un aparato de tortura medieval. Además que muchos comentarios (el tuit supera los 10 mil tuits citados), hacen referencia a lo inoportuno que significa la salida al mercado de algo tan extremo cuando el discurso actual de aceptación y valoración de cuerpos diferentes está en su apogeo.

Sin embargo, los científicos se apoyan en números. «Estudios recientes revelaron que 1.900 millones de adultos en todo el mundo tienen sobrepeso y 650 millones son obesos, y tener sobrepeso u obesidad provoca alrededor de 2,8 millones de muertes al año. Se estima que alrededor del 57% de la población adulta mundial tendrá sobrepeso u obesidad en 2030″, dice el comunicado.

También se refieren a lo costos de otros procedimientos, que a la vez son invasivos: «Si bien la cirugía bariátrica juega un papel importante en el manejo de la obesidad mórbida, no se puede confiar en ella para manejar esta “epidemia global”. Cuesta alrededor de US$24.000 y los pacientes viven con las consecuencias de eso de por vida, que pueden ser bastante desagradables”.

Y cierran con un llamado a la «honestidad»: «Para aquellas personas que realmente están luchando, y seamos realistas, son millones en todo el mundo, esta es una forma de hacer que vuelvan a tener hábitos dietéticos de estilo de vida normales al acelerar el proceso».

¿Debemos oponernos a una herramienta que al fin y al cabo debe ser aprobada o no por cada individuo? ¿O es un atentado contra los activistas que durante un buen tiempo han divulgado la necesidad de una actitud positiva frente a los diferentes cuerpos y tallas? El debate está servido.

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