Lo bueno, lo malo y lo feo de la Copa Davis

El fin de semana dio para todo tipo de análisis, y en El Estímulo les traemos lo bueno, lo malo y lo feo de lo sucedido.

Lo bueno: el deporte

Se hizo muy complicado decantarme por solo un aspecto de lo vivido en Santa Rosa de Lima, pues lo positivo dominó estos tres días de acción.

Pondero lo logrado por el equipo nacional. La lucha de Ricardo Rodríguez, quien no dejó de decir que sueña con ver un mejor país; la alegría de Roberto Maytin, con casi un año de inactividad y un regreso triunfal en el dobles. Pero me tomaré la licencia de darle un poco más de importancia a lo realizado por Luis David Martínez y Miguel Este. El primero pasa por una etapa de su carrera donde todo es ganancia y sientes que nada puede salir mal. La forma en que superó a Ayed Zatar, primera raqueta de Paraguay (llegó a estar abajo 2-5 en el primer set y lo revirtió a su favor) tiene un peso particular, un plus en confianza. Mientras que el segundo se perfila como una futura referencia del deporte blanco a nivel nacional; de hecho, ya lo está logrando gracias a la forma en que está manejando su situación.

Miguel apenas tiene 17 años, recién está terminando el bachillerato y eso no lo aleja de lo que es: un adolescente, y a pesar de su corta edad su madurez lo hace brillar en la cancha y también fuera de ella. Eso habla de su formación y educación.

Mención aparte el equipo paraguayo. Pocas veces he coincidido con un conjunto con el nivel de respeto que generaron estos muchachos. Se ganaron el respeto del público con caballerosidad. Acá siempre jugarán como locales.

Lo malo: apoyo de los organismos

Se agradece la difusión de los medios a la hora de anunciar que la Davis era gratuita, pero al final son siempre los mismos los que van a ver la disciplina.

La falta de masificación pasa por casa, pero hay una traba enorme por parte del Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional de Deportes, pues, salvo un par de veces al año, no hay acercamiento y mucho menos acuerdo entre una parte y otra.

Es imposible que la Federación Venezolana de Tenis avance sin el apoyo de este tipo de organismos, menos cuando no parece existir la intención de darles una mano a los atletas. Casos como el de Martínez y Rodríguez (problemas para que el IND les mandara el boleto aéreo para venir a jugar la Davis) suman en el rubro negativo.

Es momento de dejar a un lado aquellas sensaciones de que el tenis es elitesco y que se puede financiar gracias a unos pocos.

Apoyar resultados y no procesos es una base peligrosa en cualquier aspecto.

Lo feo: el Oscar a DiCaprio

Esto es real.

Haré alusión en esta parte a ciertos fanáticos. Realmente fue agradable la actitud de quienes visitaron el Centro Nacional de Tenis de viernes a domingo; sin embargo, unos pocos restaron mérito.

El viernes, un par de hombres, notablemente pasados de tragos, se dieron a la tarea de hablar en plenos juegos, al punto de convertirse en factor distractor tanto de Venezuela como Paraguay. Se dieron a la tarea de empañar las acciones con su irrespeto hacia la disciplina. Llegó un punto en el que la conversa dio hasta para reprocharle uno a otro que Leonardo DiCaprio era el justo ganador del premio Oscar a Mejor Actor, él lo sabía desde hace tiempo, y que le debían el reconocimiento desde Titanic. Genio, frente a ti están dos tenistas jugándose un punto importantísimo en Copa Davis; si te da por hablar de cine, espera a que acabe el juego, o mejor, sigue en Tuiter a Jován Pulgarín. Ese sabe de bastante de la materia.

El domingo le tocó a un joven de seguridad sermonear a un fanático que se sentó en el área de prensa. Cuando el muchacho se acercó para pedirle que se retirara, el señor le dijo que no se iría y le preguntó si sabía las reglas del tenis, pues no podía distraer a los jugadores levantándose en pleno game. Cabe destacar que este sabio del deporte entró en plena jugada a buscar el mejor puesto posible.

Esos pocos no son bienvenidos.

Vale recordar que Venezuela se medirá a El Salvador como visitante entre el 15 y 17 de julio en busca del boleto a la final de su zona.