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Descartan que ataque en Francia esté vinculado con motivaciones terroristas o religiosas

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La fiscal de Dijon, Marie-Christine Tarrare, descartó hoy que el individuo que anoche atropelló a 13 personas en esa ciudad del este de Francia al grito de «Alá es grande» tuviera motivación terrorista o religiosa y le atribuyó un desequilibrio psiquiátrico grave.
De las investigaciones que han tenido lugar hasta ahora «nada hace pensar en un objetivo religioso o terrorista«, sino en «el acto de un desequilibrado» bajo tratamiento psiquiátrico, que había pasado 157 por centros psicológicos en los últimos años, explicó en conferencia de prensa retransmitida por televisión.

Nacido en Estrasburgo hace 40 años, hijo de una argelina y un marroquí, el agresor declaró que había atropellado a los peatones de forma intencionada, aunque se mostró «vago» a la hora de explicar sus motivaciones.

«Nada más ser detenido, dijo actuar en solidaridad con los niños palestinos. Más tarde, en la comisaría, confesó que estaba viendo la televisión cuando se sintió invadido por una repentina empatía por los niños chechenes, por lo que decidió tomarla contra el Estado francés», añadió la fiscal.
Según el testimonio del agresor relatado por la fiscal, este gritó «Alá es grande» en árabe «para darse coraje»En un primer momento, partió de su domicilio para atacar a agentes del orden, pero al no lograrlo «la tomó contra peatones».

Tarrare afirmó que en el registro del domicilio de sus padres, donde vivía, no se ha encontrado ningún artículo ni documento de índole islamista radical y que ni siquiera tenía internet.

Por ello, las autoridades le acusan solo de «intento de asesinato», descartan la pista terrorista y se centran en los problemas psiquiátricos del agresor, que sufre «delirios místicos» y también es toxicómano, según la fiscal.

La representante del Ministerio Público afirmó, sin embargo, que desde hace una semana el individuo, que hasta entonces no mostraba ningún sentimiento religioso, comenzó a rezar y pidió a su madre que le diera una «chilaba», la misma que vestía el día de los hechos.

De las 13 personas heridas, ocho siguen hospitalizadas y sus vidas están fuera de peligro.

Este suceso, unido a otra agresión registrada el pasado sábado en una comisaría de una ciudad a 250 kilómetros al sur de París, también al grito de «Alá es grande», han despertado cierta alarma en Francia.

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