Espectáculos

Desorden Público quiere que la "resurrección" del país sea bailando

Desorden Público acaba de publicar su nuevo disco de estudio, Bailando sobre las ruinas, no sin pocas presiones. La banda goza y sufre de estar en el microscopio de la opinión política. Sus canciones contestatarias de toda la vida, desde aquella "Políticos paralíticos" hasta "¿Dónde está el futuro?" siguen vigentes, y las nuevas no pueden evitar ser vistas con ese mismo lente.

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Fotografía: Dagne Cobo

Este álbum ya anunciaba contenido áspero, comenzando con aquella «Todo está muy normal» que les valió una censura televisiva cuando la tocaron en el Festival Suena Caracas de 2014. Meses después la grabaron y hasta salió como sencillo, incluyendo una sonora carcajada a palabras de Nicolás Maduro que ahora se incluye en esa placa.

Horacio Blanco, vocalista de Desorden Público, comenta que «el disco comenzó a grabarse en 2015. Hicimos seis temas el año pasado y otros seis en el primer semestre de 2016. En total tiene 12 pistas y nosotros comenzamos a componer este trabajo desde el año 2014, cuando lanzamos la canción ‘Todo está muy normal'». Es decir, la composición de sus líricas se trabajaron en pleno candelero nacional.

En la pieza que da nombre al disco, el grupo canta: Pusimos el pie en el piso y vimos todo demolido a escombros / Tanto destrozo de un lado y de otro / Con su paso pesado, los apocalípticos / Soporíferos y fofos los acríticos / Mejor retomar el foco, la cabeza el ritmo y la rima / y así retomar el ciclo bailando sobre las ruinas…

«Esa canción es más pop, del británico, con un piano inspirado en el sonido de Joe Jackson, y resume perfectamente el concepto del álbum y le planta cara a lo que nos está tocando vivir. No es una solución conformarse con lo malo. Tampoco ponerse pesadamente apocalíptico. Creemos que es el momento de buscar nuevas inspiraciones y vivir colectivamente una resurrección. Vamos a imponernos con arte, música y buena vibra sobre todo lo que está tan demolido, tan destruido«, dice Horacio Blanco.

El músico insiste en que este disco está «muy inspirado en el momento que nos ha tocado vivir. Este repertorio no se pudo haber escrito en ningún otro momento«. Además, señala que las canciones fueron saliendo de manera orgánica y con evaluación de la propia audiencia. «También hay otras que hemos estado presentando en conciertos de ese repertorio y para fortuna han funcionado muy bien. Cuando uno toca una canción que no se ha publicado y la audiencia se engancha, es una señal maravillosa y un buen augurio para el repertorio». Entre esas están «Los zombis están de moda» y «A mí me gusta el desorden» que salieron rápido en el estudio porque el álbum «se cocinó mientras Desorden ha estado muy activo en escenarios y en buena forma para hacer la chamba».

Las doce piezas de Bailando sobre las ruinas van cambiando de temática, de estilo, y hasta de idioma. Para Horacio Blanco, escucharlo de arriba a abajo es «super fino porque creo que va desarrollando distintas atmósferas, distintas experiencias. Es un álbum que tiene de fiesta pero también de disconformidad. Tiene mucho sarcasmo pero también conexiones más sensibles».

El tema más experimental del disco es «Mano poderosa», donde se atreven con el rap, seguida de «Cementerio de mis amores» que está escrita y cantada como una copla llenara, con versos octosílabos. «Hecha una mano de formas musicales del folklore venezolano. Es un ska y no un joropo, pero tiene ese recurso de composición», detalla Blanco.

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También hay dos versiones. La primera en el listado, la pista 6, es «La temperatura», original de los Hermanos Lebrón. «Es una canción de la salsa clásica, nuevayorkina o salsa brava de los 70», dice el vocalista sobre el tema que suena ska aunque el piano mantiene melodía salsera, mientras los metales van dibujando ritmo para bailar.

El segundo cover es al propio Desorden Público, pero de hace dos décadas. Tomada del disco En descomposición (1990), mantienen la letra y reformulan la estética. La voz de Horacio, un tanto más grave que entonces, canta a ritmo más pausado que hace 25 años el desinterés por los rollos, el subdesarrollo, los periódicos, el desastre económico o la evaluación de opciones nacionales. Claro, en 1990 cuando cantaban que no importaba el régimen político -«democracia, dictadura o socialismo»- no habían vivido el último. «Creemos que la letra de esa canción está muy vigente y creemos pertinente haber hecho ese auto cover«. El resultado tiene más minutos que la versión original y aún así no consiguen encontrar ese «algo» que los ocupa hace casi tres décadas.

Horacio Blanco destaca la cantidad de invitados en la producción de este nuevo álbum, un factor «inédito» en este trabajo . «Aquí están los amigos de Tokyo Ska Paradise Orchestra, una de las bandas más importantes del ska a nivel mundial. También tenemos como invitado al Dr. Ring Ding, que es un cantante alemán súper importante en la movida ska reggae europea. En el ámbito venezolano, invitamos a Hana Kobayashi quien canta conmigo en la canción ‘Ska mundo ska’, y también hace los coros en el tema ‘Los que se quedan los que se van'».

Bailando sobre las ruinas presenta la primera canción de Desorden Público cantada en alemán, «Es Ist Kalt In Berlin», que traduce «hace frío en Berlín». «Hemos cantado antes en otros idiomas. Primero hicimos un coqueteo en kariña, hemos grabado en japonés, en portugués, en inglés, y ahorita el experimento es alemán».

El cantante y compositor afirma que con la banda han tenido la fortuna de tocar muchas veces en Europa, especialmente en Alemania. «Producto de la relación con ese país y su gente que nos ha tratado muy bien, tanto Caplís (Chacín, bajista) como yo empezamos a estudiar alemán en Caracas en el Instituto Goethe. No somos muy expertos con la lengua pero manejamos algunos rudimentos. Nos arriesgamos y nos tomamos la licencia de escribir esta canción sobre la ciudad de Berlín, que es alucinante y siempre nos ha tratado muy bien. De las 10 veces que hemos ido a Europa, ocho hemos tocado en esa ciudad, que es muy dura por toda la historia universal que ha pasado por ahí».

Desorden Público, que está girando por Europa dando conciertos en varios países del continente, quieren insuflar ánimos con su música. Por eso Horacio Blanco insiste en que «no creo ni remotamente que este sea un disco apocalíptico. Creo que es el antónimo. Es un disco de renacimiento, de nuevas inspiraciones. Fíjate que el título Bailando sobre las ruinas presenta dos elementos antagónicos: lo ruinoso que está cercano a la destrucción, y por ende a la muerte, y por otro lado está el baile que es la energía vital, la fiesta. Entonces, bailar sobre las ruinas me parece que es una gran metáfora para describir cómo la vida puede triunfar sobre la muerte o sobre la destrucción«, dice el cantante agregando que «la música puede funcionar como parte de eso que se nos exige a quienes nos tocó vivir en este momento y en este lugar del mundo. Tenemos que reinventar, buscar nuevas inspiraciones, buscar reoxigenar y, bueno, salir pa’lante porque sino qué, ¿nos vamos a morir todos? Pues no«.

Bailando sobre las ruinas se consigue en descarga digital en bolívares en ichamo.com.

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