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“Detrás de una cuaima hay una mujer malquerida”

La psicóloga venezolana afincada en Madrid, Mariela Michelena, acaricia la portada de su más reciente libro: “Mujeres que lo dan todo a cambio de nada” y completa la trilogía que comenzó con el ya convertido en bestseller “Mujeres malqueridas” y siguió  con “Me cuesta tanto olvidarte”. Más de 3 mil cartas recibidas de lectoras de Venezuela, España, Argentina, Bruselas, Canadá, Brasil y Colombia son el punto de partida de este libro que revela la maestría de la autora para identificar cuándo se está ante una desigual, injusta, desequilibrada o violenta relación de pareja.  

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Autor: Helen López / Fotografía: Alberto Hernández

“Grilletes que nos atan al ex”, “Le presté dinero y nunca me lo devolvió”, “Espero que mi pareja calme mis necesidades”, “Tropezar siempre con la misma piedra” son algunos de los capítulos entre los que resalta; “Un gato vegetariano” en el que Michelena hace alusión al concepto de “Cuaima”, que aún desde la distancia y con casi 30 años residenciada en España no teme en analizar.

“La cuaima es una mujer controladora, que cela a su marido, que ata corto a un hombre que está orgulloso de ser mujeriego y sobre todo que se siente feliz de tener como mujer a una cuaima que lo defiende, lo cuida, que no puede vivir sin él”.

Cuando le preguntan si es posible cambiar a un hombre, Michelena responde: “No es frecuente. Y si lo hace, posiblemente no sea contigo”. En este sentido, invita a reflexionar sobre la necesidad de ser cuaima, pues asegura que en muchas ocasiones “detrás de una cuaima hay una mujer malquerida”. Aunque “una dosis de cuaima no viene mal”, sugiere.

“Uno de los rasgos de la cuaima es que es astuta por eso a mis pacientes a veces les doy un Curso rápido de cuaimas, porque si bien en Venezuela las mujeres sí se notan interesadas y preocupadas por los hombres, en España asumen una actitud bastante indiferente, como de que no les importan, hasta que aparece uno que les interesa y entonces se muestran demasiado ansiosas”.

Por eso, el curso incluye evadir cualquier dato “matapasiones”, por ejemplo: “el chico te escribe el sábado por la noche y le dices ‘estoy en el sofá de mi casa viendo películas’ pues mejor no contestas, esperas el lunes y respondes que ya ni te acuerdas lo que estabas haciendo en ese momento, hay un componente clave en la seducción y es el deseo ¡hay que hacerse desear!”.

En España, Michelena ve desde su consulta cómo las mujeres intentan imitar la sexualidad masculina. Las aplicaciones móviles ayudan a este fin. Pero aun así, suelen fracasar. “La nuestra es más compleja”, considera. La psicóloga es creyente de que el clítoris “está en el oído”.

“También he visto cómo los hombres comienzan a rechazar la falta de romanticismo, a no sentirse cómodos con aquello de ‘aquí te pillo y aquí te mato’, no quieren verses reducidos a un objeto sexual”

Y por terapéuticas que resulten algunas herramientas virtuales, lejos está de considerarlas una amenaza para el psicoanálisis. Por el contrario, “hacen que la gente valore estar una hora frente al terapeuta”.“Si bien en Internet pueden conversar sobre lo que les pasa, solo en una consulta se puede establecer la relación íntima que requiere la solución de algunos problemas”

Como psicóloga, Michelena busca las razones en el plano inconsciente, escudriñando en la persona para llegar a respuestas como por qué tropezamos con la misma piedra, o lo que ella llama “sentir pasión por la piedra”. Esa imposibilidad de la mujer de separarse de un maltratador. “Esta terapia es un fondo de armario, un vestido negro, es una apuesta segura”, considera.

Aunque su libro puede ser considerado de autoayuda, la venezolana no le teme a esta calificación, pues opina que “cualquier libro puede volverse de autoyuda”.

“En los míos trato no dar consejos por una sola razón: nadie los sigue”

Por eso, busca en el subtítulo de su libro una metáfora con la concluye: “Lo importante es lo que cada quien hace con las cartas que les tocan en la vida, estos libros permiten a las mujeres (y a cada vez más hombres) a  pensar en su situación, en la responsabilidad que tienen de lo que les pasa, que se hagan preguntas del tipo ¿por qué estás dispuesto a darlo todo? ¿Es siempre a cambio de nada? ¿Estás esperando mucho más? ¿Por qué dar más?  El objetivo es que cada mujer tome ‘cartas en el asunto’. No todo está bajo tu control pero tú tienes la opción de jugar tu propias cartas en el amor”.

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