La designación de nuevos rectores es un paso necesario mas no suficiente para recuperar la confianza en el voto y retomar la vía electoral. Aunque sean figuras vinculadas al gobierno o a la oposición, el CNE debe garantizar un arbitraje institucional, con independencia y autonomía en sus decisiones; algo que no hicieron directivas anteriores | Por Víctor Álvarez
Las garantías electorales permiten que la ciudadanía ejerza su derecho político de elegir y ser elegido. Tienen que ver con quiénes pueden votar, quiénes son elegibles, requisitos para inscribir organizaciones políticas y candidatos; así como el conteo, registro de los votos y publicación de los resultados.
Mientras que las condiciones electorales se refieren a que todos los candidatos deben tener las mismas oportunidades de ganar o perder, sin ventajismos de ningún tipo. Estas se relacionan con la información sobre las opciones de candidatos, los medios para promover la oferta electoral, el financiamiento de las campañas y los mecanismos para la movilización de los electores.
El artículo 63 de la Constitución señala que las garantías electorales se refieren a:
Nombramiento de nuevas autoridades del CNE (Art. 295 y 296 CRBV; Art. 18 al 30 de la Ley del Poder Electoral).
– Universalidad del voto, sin más limitación que las que dictan las leyes.
– Derecho del voto de los venezolanos en el exterior o extranjeros residentes, según el tipo de elección.
Certificación de las organizaciones con fines políticos (Art. 10-15 y 26 de la Ley de Partidos Políticos)
Auditorías técnicas en presencia de los partidos y auditores externos. (Artículo 160 y 161 LOPE).
Catastro con base en el número de centros y mesas de votación del último Registro Electoral (Vecindad, inclusión y selección de miembros mesas).
Ejercicio del voto sin acompañamientos indebidos.
Contraloría y fiscalización electoral.
Observación nacional e internacional calificada en todas las etapas del proceso.
La designación de nuevos rectores es un paso necesario mas no suficiente para recuperar la confianza en el voto y retomar la vía electoral. Aunque sean figuras vinculadas al gobierno o a la oposición, el CNE debe garantizar un arbitraje institucional, con independencia y autonomía en sus decisiones; algo que no hicieron directivas anteriores cuya actuación fue mediatizada por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
Por lo tanto, antes de apresurase y descalificar a priori a los nuevos rectores, hay que darles un voto de confianza y apoyarlos para que puedan lograr:
La profesionalización de la gerencia técnica del CNE en los órganos subordinados y las oficinas regionales.
La actualización y depuración del Registro Electoral.
El sorteo transparente de los miembros de juntas y mesas electorales que deben ser oportunamente notificados y capacitados para sus funciones electorales.
La designación y registro de los testigos de los partidos que deben estar presentes en la instalación de las mesas, la jornada de votación, el conteo de votos y envío de resultados.
Las auditorías a todo el sistema, desde el Padrón de Electores hasta los Centros de Votación, pasando por las máquinas de votación y del sistema de totalización y de transmisión.
La imparcialidad de los medios de comunicación públicos y la no utilización de recursos del Estado a favor de una parcialidad política.
La regulación de las campañas y fiscalización del financiamiento.
Eliminar los puntos rojos y azules, así como cualquier mecanismo de coerción o presión sobre los electores.
La investigación de las denuncias y solución de los conflictos.
La observación nacional e internacional.
Entre las condiciones electorales que se escapan de las competencias del CNE debido a que son decisiones que dependen del Tribunal Supremo o de la Contraloría, y tienen que lograrse a través de un acuerdo político, vale destacar:
La libertad de los presos políticos, el retorno de los exiliados y la rehabilitación de candidatos suspendidos por la Contraloría.
La legalización de los partidos políticos y la devolución de los símbolos de los partidos intervenidos a los dirigentes elegidos por la militancia.
Este vistazo a las garantías y condiciones electorales nos permite ver que el proceso electoral no se limita al mero acto de votación, sino que se extiende a las diferentes etapas que se desarrollan antes, durante y después de depositar el voto en la urna.
En todas y cada una hay garantías y condiciones que está pendiente restaurar para garantizar la legalidad y legitimidad de la elección; y asegurar la aceptación nacional e internacional de los resultados finales.
La tarea apenas comienza.
Para ver más detalles sobre las diferencias entre las garantías y condiciones electorales:
En tono de interrogantes para sí mismo y para la audiencia, Andrés Cañizález se pasea por este escenario: ¿qué pasaría en Venezuela si la ciudadanía prodemocracia no sigue el guion escrito desde el Palacio Miraflores y una avalancha de votos convierte a Rosales en presidente?
María Corina Machado consideró que lo que hace el chavismo es un "bloqueo electoral" y pidió a los venezolanos en el extranjero protestar para exigir condiciones para realizar elecciones libres
No hay opción perfecta, así que hay que buscar la posible ante una concepción del poder que no atiende ni a leyes ni a nada. ¿Dejar de participar? Jamás