Opinión

Diviértete con poco y abraza mucho

Aunque parezcan sencillos, por alguna razón hemos dejado de lado dos enunciados para ser felices: Diviértete con poco y Abraza mucho. Ricardo Adrianza nos habla de su importancia

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diviértete con poco y abraza mucho

Como ya lo he mencionado, el enunciado principal de la Filosofía del señor de las verduras es incorporar en nuestro devenir diario actitudes infantiles que moldeen nuestros hábitos de vida y contribuyan a nuestro bienestar. En esta tercera entrega comparto dos postulados más, que enfrentan dos adjetivos –mucho y poco– enmarcados bajo dos acciones que, aunque parezcan sencillas, casi infantiles, por alguna razón las hemos apartado de nuestro día a día: Diviértete con poco y Abraza mucho.

Soy un convencido de que la vida es, en gran medida, lo que queremos que sea. Es tan importante el sentido que le damos a lo que nos pasa, que por ello he incorporado en mi filosofía de construcción de la felicidad como elemento irremplazable el enunciado: ¡Diviértete con poco!

Los niños poseen una capacidad impresionante para divertirse con poco y entregarse plenamente a cualquier juego, sofisticado o no. Por el contrario, los adultos cedemos esa capacidad y le damos paso a las preocupaciones o deliberaciones mentales que nos apartan de alguna actividad.

No pretendo comparar el bagaje de vida del adulto y del niño, pero sí rescatar nuestra esencia perdida en el mar de las frustraciones, deudas y preocupaciones. ¿Cómo hacerlo? Podemos comenzar por incorporar como mantra la frase que nos dejó San Juan Pablo II, que además sirve como fundamento a esta filosofía: “Nacimos para ser felices, no para ser perfectos”.

Abraza mucho
Foto: Elly Fairytale / Pexels

Bajo tal fundamento y enmarcados en el Diviértete con poco, se impone practicar alguna actividad que nos reporte placer, que nos guste y nos motive. No necesitamos de nada extraordinario, simplemente activar como convicción que muchas veces las cosas simples nos dejan recuerdos memorables. Les comparto un ejemplo:

En los años de noviazgo con mi esposa, y a propósito de las fiestas navideñas, recuerdo particularmente una muy especial. En ese entonces, el centro de atracción era el primer sobrino de mi esposa, Mariano. Había un disfrute en ver al pequeño Mariano abriendo regalos y obviamente, en los que recibió, se contaba el mío.

Era estudiante de los últimos años de mi carrera y aunque trabajaba, mi presupuesto era limitado. Me decidí por comprar un camión de plástico de bajo costo –en un periplo por el centro de Caracas– con la ilusión de que, dada la afición de Mariano a los carritos, le gustara.

¡Y así fue! Mi regalo le causó tal emoción que, a pesar de lo frágil de mi inversión, el disfrute le duró toda la noche y no tuvo tiempo para desempacar los regalos restantes.

Diviértete con poco
Foto: Polesei Toy / Pexels

Tal vez pienses que este pequeño relato no coincide con el postulado de Diviértete con poco pero te equivocas, pues dibuja de manera simple como los niños logran conectarse con un estado de bienestar de forma inmediata.

Para ellos, conectarse es una práctica automática. Muy al contrario, a los adultos nos cuesta. Pero la buena noticia es que fuimos niños, nos divertimos con poco y esa impronta debe estar esperando por nosotros. En tiempos de juventud jugamos beisbol con “chapitas”, jugamos metras y un sinfín de juegos que solo se activaban con las ganas de divertirte.

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Recuerda que lo fundamental de este enunciado es abrazar con entusiasmo las alegrías diarias y sumergirnos en un estado que nos conecte con el bienestar y la felicidad. La teoría del Flow propuesta por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi –uno de los mayores exponentes en psicología positiva– confirma la importancia de lo referido y reitera que dicho estado se alcanza cuando estamos inmersos en una actividad.

diviertete con poco
Foto: Ferdinand Studio / Pexels

Atrévete entonces a incorporar una rutina simple que te permita activar el hábito que teníamos de niños, o simplemente busca una actividad con la cual te identifiques para desarrollarlo. Eso, te aseguro, abonará a tu sensación de bienestar.

Abraza mucho

El siguiente enunciado es ¡Abraza mucho! Con esta simple pero poderosa acción mostramos cariño, respeto, amor. Pero lo increíble es que los beneficios en la salud son múltiples: disminuyen la presión arterial, favorecen la oxigenación de nuestros tejidos y fortalecen el sistema inmunitario. Además, ¡un abrazo genera empatía, favorece nuestro estado de ánimo y nos hace más humanos! En definitiva, nos arrima al sendero de la felicidad.

Soy un convencido de que no podemos ser felices sin un abrazo. Los que adversan esta última afirmación, quizás me estarán dando la razón en estos momentos de distanciamiento social. Estoy seguro de que muchos pensarán como yo, y la primera acción programada post-pandemia, sea abrazar.

Para sintetizar la importancia de abrazar, me apoyo en una frase del fallecido escritor argentino Julio Cortázar: “Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela. Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duele el alma por extrañarle”. ¡Y yo elijo no extrañar!, por eso el abrazo es una acción coherente en mis días.

abraza mucho

El significado de la vida es vivir. El abrazo es vida y un acto de solidaridad con repercusiones celestiales.

Diviértete con poco y Abraza mucho son dos acciones que sumarán alegría y bienestar a tu vida. Dos enunciados que hurgarán en tu esencia y alimentarán en ti el espíritu de un niño; lo que significa adoptar la “Filosofía del señor de las verduras”.

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