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Djokovic venga su tercer Wimbledon

El tenista serbio Novak Djokovic supo superar la decepción acumulada tras la derrota en la final de Roland Garros ante Stanislas Wawrinka para llegar a Wimbledon dispuesto a revalidar el título logrado el año pasado sobre el verde londinense.

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Fotografía: AP

Al igual que sucedió en 2014, Djokovic, de 28 años, ha vuelto a apartar a Roger Federer de su octavo título en La Catedral y le negó un pedazo de historia de tenis al suizo, que quería agrandar todavía más su leyenda, erigiéndose como el jugador con más triunfos en Wimbledon.

Federer se topó con un tenista que viene culminando un año magnífico, con el título en el Abierto de Australia y la final en Roland Garros, y más sólido que nunca en el número uno del ránking mundial de la ATP.

Junto a Djokovic se mantuvo en todos los partidos del torneo el extenista alemán Boris Becker, tres veces campeón de Wimbledon (1985, 1986 y 1989) y responsable del cuerpo técnico del serbio desde finales de 2013.

El campeón alemán se unió al equipo de Marian Vajda, Miljan Amanovic y Gebhard Phil-Gritsch para asegurarse de que el juego de Djokovic ganaba la agresividad imprescindible para volver a la senda de los triunfos en los Grand Slam.

Su tercera victoria en el All England Tennis Club de Londres le quita la espina de la derrota que sufrió en la final de París y muestra la supremacía del tenista de Belgrado en todas las superficies.

Su tercera victoria en la capital británica devuelve el optimismo al serbio, padre de un hijo con su pareja, Jelena Ristic, y que ha dedicado su vida al tenis desde que era un niño.

Desde siempre

Novak pudo ser esquiador, como lo fueron de forma profesional su progenitor y sus tíos, o futbolista, como lo fue también su padre, pero eligió el tenis a una temprana edad.

Criado en la academia de Niki Pilic, en Múnich (Alemania), donde empezó con 12 años y donde permaneció durante dos temporadas, Djokovic enseguida comenzó a despuntar sobre sus compañeros, destacándose como un gran jugador en pista dura.

Fue la extenista y entrenadora Jelene Gencic quien distinguió sus cualidades con la raqueta entre el resto de niños y manejó los hilos para asegurarse de que dedicaba gran parte de su tiempo al tenis.

Sin embargo, él se considera un tenista que se adapta a cualquier pista y situación, algo que demostró al convertirse en el jugador más joven en alcanzar las cuatro semifinales del Grand Slam, con 20 años y 247 días.

En su época de júnior avanzó a las semifinales del Abierto de Australia en individual y dobles en 2004, pero no logró ganar un título en esa categoría.

Dotado de una gran gama de golpes, con revés a dos manos, capaz de pegar plano, ‘liftar’ y sacar a 200 kilómetros por hora con regularidad, su juego le ha llevado a ganar 50 títulos en su carrera, nueve de Grand Slam.

Unos problemas respiratorios, causados por una desviación de tabique nasal, le hicieron pasar por el quirófano a finales de 2006.

Djokovic había tenido que acostumbrarse hasta entonces a controlar su respiración en la pista y a no hacerlo por la boca, y este trabajo le desgastaba en los partidos, como por ejemplo en los cuartos de final de Roland Garros de 2006 contra Nadal, en los que se retiró tras perder los dos primeros sets.

En 2008 ganó su primer gran torneo, en Australia, tras lo cual Djokovic se convirtió durante algún tiempo en un semifinalista habitual en los Grand Slam.

Fue entonces cuando adquirió ese talante derrotista que se ha difuminado en los últimos años, con victorias en todos los Grand Slam menos en Roland Garros.

La larga racha de resultados por debajo de sus expectativas que siguió a su victoria de 2008 terminó finalmente en 2011, cuando estalló definitivamente como uno de los mejores del circuito y conquistó tres grandes torneos: Australia, Wimbledon y Estados Unidos.

En aquella ocasión, el serbio achacó su meteórica mejora a los cambios en su dieta que le recomendó el nutricionista serbio Igor Cetovjevic, que le recomendó que abandonara la mayoría de alimentos con gluten.

Ahora, cuatro años después de haberse llevado tres de los cuatro ‘grandes’ en juego, Nole, finalista en París, se ha impuesto en Melbourne y Londres y ya mira a Nueva York para concluir una temporada más de ensueño.

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