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Documental en Sundance llama a la acción y abre debate racial de EEUU

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Foto: AP Carolyn Kaster

La reciente polémica por los jóvenes negros muertos a manos de policías o vigilantes blancos es sólo la punta del iceberg de un problema que la comunidad afroestadounidense conoce bien, y hay que hacer algo al respecto.

Ese es el mensaje tras «Three and a Half Minutes» (tres minutos y medio), un documental estrenado en el festival de cine de Sundance, que tiene lugar hasta el 1 de febrero en las montañas nevadas de Park City en Utah, centro-oeste de Estados Unidos.

La película cuenta la historia tras el juicio que siguió al homicidio en 2012 del joven de 17 años Jordan Davis.

El director británico Marc Silver filmó el juicio, que fue cubierto de arriba a abajo por los medios internacionales y que terminó con una cadena perpetua para el homicida de Davis, Michael Dunn, de 47 años.

«Diseñamos la película con la esperanza de que sea una historia sobre una familia que resuene en la audiencia por su intimidad», dijo Silver en una entrevista con la AFP.

El adolescente de Florida (sureste) fue abatido por Dunn en el estacionamiento de una estación de gasolina en Jacksonville, donde Davis y tres amigos habían parado a comprar cigarrillos y goma de mascar en medio de una noche de fiesta.

El caso fue apodado «juicio de la música alta» debido al altercado que originó el asesinato: todo comenzó cuando Dunn expresó su molestia por el alto volumen de la música que salía del automóvil del grupo de amigos.

El incidente es parte de una seguidilla de asesinatos de personas de color en Estados Unidos en los últimos años.

Davis murió sólo nueve meses después de que otro joven negro de 17 años, Trayvon Martin, falleciera a manos del vigilante comunitario George Zimmerman.

Este tipo de casos han aumentado recientemente, varios de los cuales involucran a policías blancos que matan a jóvenes negros desarmados. El más sonado fue la muerte en agosto pasado del joven Michael Brown en Ferguson, Misuri (centro).

Cuando la justicia decidió no inculpar al oficial que lo mató, se desataron protestas y momentos de violencia esporádica tanto en Ferguson como en el resto del país.

La madre de Davis, Lucy McBath, dijo que estos episodios son apenas los últimos de una larga serie de muertes que antes no eran reportadas por la prensa.

«Hay tantos casos con estos mismos elementos que nadie fuera de la comunidad habla de ellos o quiere oír hablar de ellos», dijo a la AFP. 

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