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Dominic Ongwen, el niño soldado que se convirtió en el cruel señor de la guerra

La Corte Penal Internacional lo encontró hoy, 4 de febrero, culpable de 61 cargos, entre ellos asesinatos, torturas, secuestro de niños, violaciones y esclavitud sexual. Se estima que el ejército rebelde que comandaba en Uganda es responsable de 100.000 asesinatos entre otras atrocidades. Fue secuestrado de niño y, ya en la guerrilla, se destacó por su maldad

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Dominic Ongwen

Una mañana de los años 80, Dominic Ongwen caminaba hacia su escuela, en Uganda, cuando fue interceptado por milicianos del rebelde Ejército de Resistencia del Señor (LRA). No se sabe bien qué edad tenía. Él dice que 14, pero otros calculan que 9 o 10.

Desde ese día, Dominic vivió en medio de esa guerrilla, que lo formó como niño soldado. Pero fue también ese día el que marcó, en Dominic, un antes y un después en el desarrollo de una crueldad sin límites.

Era tan malo que se ganó la confianza de Joseph Kony, el líder de este sanguinario ejército al que se le atribuyen 100.000 asesinatos, entre otros delitos. Todo con el supuesto objetivo de derrocar al entonces presidente Yoweri Museveni y establecer un «estado bíblico». Seguimos: Dominic era tan despiadado que a los 18 años ya tenía cargo militar de mayor y a los 25, de brigadier. Lo llamaban «Hormiga blanca», un alias relacionado con su apellido, que puede traducirse en «el año que vivió la hormiga blanca». También lo apodaban «Señor de la guerra».

Ahora tiene 45 años y durante los últimos 5 años ha sido juzgado, por la Corte Penal Internacional, por 61 delitos, entre los que se imputan asesinatos, reclutamiento de niños soldados, violaciones, torturas y esclavitud sexual. Hoy, 4 de febrero, fue encontrado culpable de crímenes de guerra y contra la humanidad.

¿Dominic Ongwen sabía lo que hacía? ¿Se deleitaba matando, secuestrando niños, y torturando a mujeres a las que, si quedaban vivas, les cortaba  las orejas y la nariz? La Corte Penal Internacional (CPI) cree que sí era plenamente consciente de sus actos.

Dominic Ongwen
Auma Consolata, una mujer a la que el LRA cortó la nariz y las orejas, una práctica habitual del ejército rebelde / AFP

En las aldeas de Uganda, el nombre de Dominic Ongwen es sinónimo de terror. Esta mañana esperaron el veredicto de la CPI con ansiedad. Y celebraron al saber que lo hallaron culpable.

Dominic Ongwen
Mujeres en Lukodi, una de las aldeas más afectadas por el LRA, celebrando el veredicto contra Dominic Ongwen. Foto Sumy Sadurni / AFP
Habitantes de Lukodi se arremolinan alrededor de una radio para conocer el veredicto. Foto Sumy Sadurni / AFP

¿Cambió Dominic?

El legado que dejó el LRA es tenebroso: cerca de 100.000 asesinatos, secuestro de 60.000 niños y cientos de miles de personas torturadas o esclavizadas en Uganda, Sudán, República Democrática del Congo y República Centroafricana. Todo a lo largo de tres décadas y con unos pocos centenares de milicianos, nunca más de 500. El gran jefe era Joseph Kony, un antiguo monaguillo que se autoproclamó profeta y que sigue prófugo. Entre los que seguían al mando, entre sus lugartenientes cercanos, estaba Dominic Ongwen.

Cuando el LRA perdió fuerzas, Ongwen se hizo fugitivo. En 2007 llegó a falsificar su muerte, logrando que emitieran un certificado de defunción que perdió vigencia cuando le hicieron una prueba dactilar al verdadero fallecido. En enero de 2015 lo atraparon en la República Centroafricana, en una operación conjunta con la fuerza militar estadounidense que había ofrecido 5 millones de dólares a quien lo entregara.

«Ahora deberá responder por los numerosos casos de homicidio, mutilaciones, reclutamiento forzado de niños soldados y uso de esclavos sexuales», manifestó, en ese momento, Amnistía Internacional.

La imagen que hoy da Dominic dista mucho de aquel hombre que lucía rastas y ropa militar o étnica cuando militaba en el LRA. En el juzgado se aparece bien afeitado, con el cabello al rape, sobrias corbatas y un flux hecho a la medida. Busca que su imagen transmita su defensa: que fue una víctima del adoctrinamiento del LRA.

 Dominic Ongwen
Dominic Ongwen en el tribunal. Foto de archivo Peter Dejong / AFP

Algunas atrocidades

Sobre Ongwen pesan muchas pruebas de su crueldad, incluso en video, mostrados por los fiscales durante el juicio. Sus acusadores lo califican de «comandante feroz y entusiasta», líder de la brigada Sinia del LRA.

Los videos grabados después de los ataques de la brigada Sinia al campo de refugiados de Lukodi muestran a bebés calcinados y niños destripados. En otro refugio, en Odek, aún resuenan las palabras de Ongwen en los oídos de los pocos sobrevivientes cuando gritó a sus tropas que «no dejaran nada vivo».

Monumento dedicado a las víctimas de los ataques del LRA en Lukodi / Sumy Sadurni / AFP

«15 miembros de mi familia murieron en uno de los ataques de Dominic Ongwen», cuenta Muhammed Olanya, un campesino de 38 años de Lukodi.

Además de Lukodi y Odek, Ongwen lideró feroces ataques en otros campos de Pajule y Abok, todos al norte de Uganda.

El veredicto

Es primera vez que la Corte Penal Internacional sentencia contra una persona que fue víctima y autor de crímenes a la vez.  «El tribunal es consciente de que ha sufrido mucho», dijo Bertram Schmitt, juez a cargo del veredicto. Y añadió: «Sin embargo, se trata de crímenes cometidos por Dominic Ongwen como adulto responsable y comandante del Ejército de Resistencia del Señor».

El juez enfatizó en que «se estableció su culpabilidad más allá de toda duda razonable».

Ongwen negó «en nombre de Dios» los cargos y sus abogados pidieron su absolución alegando que fue víctima de la brutalidad del grupo rebelde.

dominic ongwen
Foto Peter Dejong / AFP

El proceso en la CPI comenzó hace cinco años. Es el primer miembro del Se trata del LRA en ser juzgado por matanzas cometidas en Uganda y tres países más.

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