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EEUU: Peligra la salud de presunto espía estadounidense en prisión rusa

Estados Unidos denunció que peligra la salud del estadounidense Paul Whelan, un antiguo infante de marina detenido en Moscú en diciembre de 2018 por espionaje y que se encuentra en prisión preventiva en la capital rusa.

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«La salud de Paul Whelan está en peligro, pero la dirección de la prisión preventiva de Lefórtovo se niega a aportar la documentación médica o a permitirle someterse a un examen médico independiente», señala el comunicado de la Embajada de Estados Unidos colgado en Twitter.

La nota añade: «Es hora de que le dejen volver a casa, donde Paul podrá recibir asistencia médica apropiada».

El ex infante de marina, que también tiene ciudadanía canadiense, británica e irlandesa, denunció ayer en una vista judicial dirigiéndose a la prensa que sufrió lesiones a manos de los guardias de la prisión.

«Estoy aquí de pie con un gran dolor debido a la lesión que me provocaron los guardias en la prisión», dijo.

Durante la vista se encontró mal, lo que obligó a suspender la vista y a llamar a una ambulancia, pero Whelan no fue hospitalizado como era su deseo.

«No me llevan al hospital. Me miran la presión, la temperatura y dirán que estoy bien. Esto es todo de cara a la galería», señaló.

Además, subrayó que se le mantiene en prisión con el propósito de arrancarle una confesión, aunque él se proclama inocente de todas las acusaciones en un caso que él tacha de secuestro político.

Un tribunal ruso prorrogó el viernes hasta el 29 de octubre próximo la medida cautelar de prisión preventiva contra el estadounidense, que fue detenido el 28 de diciembre del año pasado en un hotel de la capital rusa por presuntas actividades de espionaje a favor de Estados Unidos, delito por el que puede ser condenado a hasta 20 años de cárcel.

«El acusado recibió supuestamente de un conocido un pen drive que contenía la lista completa de los trabajadores de un servicio secreto» ruso.

Según su familia, Whelan viajó a Moscú para asistir a una boda. Su abogado, Vladímir Zherebenkov, mantiene que el estadounidense esperaba recibir materiales sobre viajes turísticos a Rusia en un dispositivo, como fotografías o vídeos y que no sabe de dónde salió la información secreta en el lápiz de memoria.

El detenido cree que cayó en una trampa y que, cuando recibió la información secreta, su conocido actuó bajo órdenes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

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