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El Brasil 1 Venezuela 0: La fallida “Operación Morumbí”

Mientras las selecciones van a buscar los partidos (hasta Bolivia lo ha hecho) aquí estamos tratando de mantener el cero en el arco. Lamentablemente así no se puede competir contra bacanales históricos como Argentina, Brasil y Uruguay.

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Tres derrotas, sin goles. Es inevitable no hablar de los resultados cuando ellos te muestran la realidad. La recomposición de algo que no estaba descompuesto ha traído consigo que el análisis de lo que ocurrió en Morumbí haya hecho que alabemos el juego (defensivo a ultranza) de un equipo que se le olvidó atacar.

¿Cuántas ocasiones de gol ha tenido Venezuela en estos tres partidos? Hemos retrocedido, así se quiera demeritar lo que se había hecho hasta la llegada de Peseiro al banquillo. Mientras las selecciones van a buscar los partidos (hasta Bolivia lo ha hecho) aquí estamos tratando de mantener el cero en el arco. Lamentablemente así no se puede competir contra bacanales históricos como Argentina, Brasil y Uruguay.

¡Hay para más! ¡No puede ser que la mejor generación de futbolistas de Venezuela sea desaprovechada! Catar no queda lejos todavía en las cuentas, pero por fútbol parece que debemos pensar en 2026.

La “Operación Morumbí” de Peseiro era la lógica. Para salir vivo de Brasil hay que hacer todo perfecto y más para un equipo que venía de perder en sus dos presentaciones anteriores. La propuesta era conseguir el 0-0, porque parece que no hay cómo aspirar para algo más. Por eso, Soteldo y Machís tuvieron que ser laterales más que extremos. Hasta con una línea de seis defensores llegó Venezuela a tratar de contrarrestar a los de Tite.

Ciertamente hay agravantes en este Plan de empatar en Sao Paulo, como las lesiones de los laterales Feltscher y Rosales (preocupa más que no puedan estar disponibles para enfrentar a Chile). Justo en el momento que se hacía el cambio de Rosales, Venezuela tuvo una oportunidad (¡milagro!) de acercarse al arco de Ederson. La reacción contragolpeadora de Brasil agarró mal parada la maraña defensiva Vinotinto y Otero, recién ingresado por Soteldo, no cumplió con la responsabilidad de ir al relevo lateral. Y por ahí llegó la jugada del gol que marcó la diferencia.

Uno puede entender que ante Brasil en su casa, una selección que jamás ha perdido dentro de sus fronteras por eliminatorias mundialistas, el plan presentado era el que se debía adoptar. Pero luego del 1-0 no hubo nada que diera a entender que se tenía planificada una opción para ir a buscar el empate con el marcador abajo. Ahí me preocupa, porque contra Chile todo tiene que ser distinto. Hay que dejar las prudencias y aprovechar el fútbol ofensivo que tienen en sus botas los nuestros. ¿Estarán preparados para eso? Tienen tres días para entrenarlo.

Notas altas para Fariñez (demuestra que aunque no tenga actualidad en Lens, es el uno de la selección), Osorio (la construcción defensiva debe pasar por él) y Cásseres (qué bueno que encontramos un cuarto volante que siempre va a jugar por tantas bajas y cumple). El equipo hizo bien el trabajo colectivo en la idea de mantener el cero, pero no tuvo mayor reacción para buscar el empate (el tiro libre de Otero y más nada).

Viene Chile. El cambio tiene que ser radical si se quiere seguir compitiendo y algo que también tiene el mismo peso de importancia: si se quiere mantener la atención del aficionado que ya está desesperado.

Se agotan los créditos. No hay margen para más.

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