Venezuela

El Chacal para presidente

Por qué no. Acaba de salir en Francia “Saludos revolucionarios”, el libro de una periodista llamada Sophie Bonnet, quien se dedicó por meses a grabar sus diálogos con el terrorista internacional venezolano Carlos Ilich Ramírez Sánchez (Michelena, estado Táchira, 12 de octubre de 1949).

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TEXTO: MILAGROS SOCORRO | FOTOGRAFÍA: ARCHIVO EL ESTÍMULO

En esta publicación, el célebre Chacal se jacta de sus crímenes y asegura haber asesinado 83 personas con sus “propias manos” y más de 2000 con sus tropas. Por cierto, no han faltado investigadores que afirman que las diversas contabilidades que el Chacal ha ido desgranando a lo largo de los años están más que abultadas. La realidad apuntaría a que el tachirense conocido mundialmente por sus fechorías sería poco más que un chapucero y que sus muertos son exactamente los que la justicia le ha imputado y por los que estará preso de por vida. Pero también dragoneó de que saldrá de la cárcel y volverá a Venezuela “a tomar el poder”.
En este proyecto el Chacal topa con un obstáculo. Muy difícilmente se zafará de las tres penas de cadena perpetua que está pagando en Francia: la primera, según recuerda la nota de EFE que reseña el libro de Bonnet, por asesinar en París a dos agentes secretos franceses y un confidente, en 1975; la segunda, por cuatro atentados en Francia, en 1982 y 1983, en los que murieron once personas y unas 200 resultaron heridas; y la tercera, por un atentado en una galería comercial de París, en 1974, donde hubo dos muertos y una treintena de heridos.
Si no fuera por esto, el Chacal tendría pocos inconvenientes para llegar a Miraflores y mandar a colgar su retrato al lado de los de Simón Bolívar, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Un auténtico póker de reyes. Lo tiene todo. Para empezar, anunció que en cuanto regresara a Venezuela eliminaría “más de mil personas en unos días con el apoyo del pueblo”, que ya tiene la lista hecha y que las cosas “volverán a ponerse en su sitio”. Gran estratega. Una de las promesas que mayores simpatías le granjearon al golpista del 92 fue aquella según la cual, nada más llegar a la Presidencia de la República, se entregaría a “freír las cabezas de los adecos en aceite caliente”. Claro que en aquella época Venezuela producía aceite, pero nada cuesta importar unas toneladas con el dinero desviado, pongamos, de las diálisis o del material para emitir documentos de identidad. El caso es que asesinar al adversario es un programa de gobierno que en Venezuela goza de aceptación inmediata y entusiasta; y el apoyo del pueblo lo tendrá, eso seguro. De los diversos pueblos que conviven en el gran conjunto del pueblo venezolano. Asómese usted a las redes sociales y comprobará que cada sector tiene una lista de conciudadanos a quienes mataría gustoso. ¿Debatir, dirimir diferencias?, eso es de colaboracionistas, de traidores. Aquí hay que matar. Con listas. Por millares. Sin chistar. Y el Chacal ha interpretado cabalmente la tesitura del alma nacional.
Por la misma ruta, la periodista que lo sondeó por meses dice que Ramírez Sánchez “no se cuestiona nunca”. Naturalmente, no hace mea culpa de su vendimia de sangre, pero tampoco sobre el dinero al que echó garra del rescate por el secuestro de los ministros de la OPEP en Viena, en diciembre de 1975. ¡Un presidente ladrón, que no presenta cuentas y que además lucra de la desgracia ajena! Bueno, pues. Un estadista. Si fuera poco, cuando la periodista aludió a las muertes causadas a inocentes cuyos cuerpos volaron por los aires solo por estar en el lugar equivocado en la hora y el sitio en que él haría detonar una bomba, el Chacal le contestó que solo tenía desprecio por esas personas. He aquí otro atributo de los nuevos gobernantes, culpar a la víctimas de sus abusos, reírse de ellas, matarlas dos veces, primero con el cañón y luego con el discurso descalificador. Bien por él. Contará con millones de votos y con el apoyo de vastos sectores del mundo civilizado.
No olvidar, por ejemplo, que cuando Chávez mandó reprimir la manifestación de febrero de 2004, cuando la Guardia Nacional mató ciudadanos a sangre fría (aquella en la que funcionarios de la GNB derribaron a golpes a Elinor Montes), el propio Chacal declaró, el 7 de marzo, en entrevista telefónica desde la prisión, que «no hay víctimas inocentes». Mientras que José Vicente Rangel dijo que varios de los caídos habían sido asesinados por la propia oposición; y el diario francés Le Figaro publicó, el 4 de marzo, una nota titulada “L’opposition veut pousser Chavez à la répression” [La oposición obliga a Chávez a la represión], escrita por su enviada especial a Caracas, Lamia Oualalou.
Lo dicho: el Chacal, considerado un héroe de la causa árabe en Libia, Argelia, Irán, Siria y Palestina, lo tiene todo para ser presidente de Venezuela. Y si esa aspiración la ponemos a la luz de la tesis según la cual, tras la debacle del campo socialista, el Islam es “la principal fuerza de transformación activa de la sociedad y de lucha contra el imperialismo”, estamos hechos.
Tomado de Caracas Chronicles]]>

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