Opinión

El choque de dos bolas

Las conspiraciones mundiales contra la revolución bolivariana, literalmente, se multiplican. Superada la amenaza del presidente Santos, ahora la patria enfrenta el acoso del "profeta" Dos Santos, según ha denunciado el jefe de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

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De acuerdo con la versión de Cabello, Dos Santos planeaba atacar Caracas al mando de unos aviones de combate rusos. Es decir, que el profeta pasaría de echar cartas a lanzar bombas. Son las cosas que tiene la modernidad: en la IV República los brujos volaban con escobas, en la V lo hacen abordo de Sukhois.

Hasta la fecha, la ofensiva de Dos Santos se ha limitado a los medios de comunicación, disparando desde la televisión y Twitter. La novedosa táctica bélica empleada por el nigromante ha generado dudas en Cabello, quien aún no sabe si aplicarle la Ley Resorte o la Ley de Sorte.

La inteligencia chavista determinó que Dos Santos tenía previsto intervenir las computadoras de los Sukhois para perpetrar su acto terrorista. Antes de ejecutar esta fechoría, el Sebin detectó que el profeta también hackeó el proyecto de Presupuesto de la Nación, lo que explica de dónde salió ese pronóstico de 30% de inflación para 2015.

Para responder a esta provocación de magia afrodescendiente, el Gobierno despliega sus armas. Como Dos Santos se considera un iluminado, llamaron a Jesse Chacón, experto en apagar cualquier tipo de luces. Asimismo, conscientes de la necesidad de ampliar sus miras para combatir al vidente, cambiaron la programación de VTV para sacar a Walter Martínez y meter en la batalla a Walter Mercado.

Nadie conoce el origen del conflicto entre Cabello y Dos Santos. Las malas lenguas aseguran que todo comenzó cuando el diputado fue a una consulta para que le leyeran las cartas y el brujo lo sorprendió sacándole la de Giordani. Difícil adivinar cómo terminará esta historia, en la que uno carga su bola de cristal y dicen que el otro tiene una bola de plata.

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