Internacionales

El Estado Islámico pierde territorio pero se expande por el mundo

La organización terrorista tiene células en varias naciones y disponen de plena capacidad operativa en por lo menos 18 países

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POR: MANUEL TOVAR

Si no puedes dispararles, apuñálalos, y si no puedes hacerlo, aplasta sus cabezas con rocas. Si tampoco puedes hacerlo, atropéllalos con tu carro y mátalos”, fueron las palabras con las que el vocero del grupo Estado Islámico Mohammed al Adnani buscaba que sus adeptos causaran daño a todo aquél que rechazara la ideología de su organización.

Ya al Adnani había tenido éxito expandiendo su mensaje de aniquilación y muerte. En junio de 2014 había anunciado el nacimiento del califato y en septiembre de 2015 afirmó que era un deber religioso de los miembros del Estado Islámico lanzar una serie de ataques contra Occidente, así fuera como lobos solitarios, luego de eso ocurrieron una serie de agresiones en Europa, Alemania, Francia, Bélgica, en Australia y hasta en Estados Unidos.

Al Adnani no era sólo portavoz, también era el jefe de operaciones internacionales de la organización, conocido como Amniyat. La eliminación del número dos del grupo representó un extraordinario golpe para los yihadistas y se suma a la perdida de territorios en Irak y Siria. Pero con el asesinato del número dos cabe hacerse la pregunta ¿Está cayendo derrotado el yihadismo wahabita?

Efectivamente el Estado Islámico ha perdido territorio. Según cálculos de Estados Unidos el grupo radical ha perdido 50% de su máxima expansión en Irak –momentos en que se desarrolla una gran ofensiva contra Mosul, la segunda ciudad más importante del país– y 20% en la vecina Siria. Detallan que eso implica 40% del territorio poblado en Irak y 20% de terreno con ciudadanos en Siria, hay que recordar que ambos países tienen vastos desiertos y zonas inhabitadas.

La consultora de defensa IHS corrobora la información. En agosto publicó un informe en el que señalaba que la coalición tomó aún más terreno en el primer semestre de 2016 y redujo el territorio de los yihadistas de 78.000 kilómetros a 65.800 kilómetros, una pérdida neta de 14% en tan sólo seis meses, y aunque se desconocen cifras, los bombardeos rusos dieron un segundo aire al ejército sirio que ha retomado ciertas posiciones, aunque mayormente ha sido en zonas de la oposición al régimen de Bashar al Assad más que en los predios del Estado Islámico.

Cachorros y Lobos solitarios

El avance de la coalición que lidera Estados Unidos y de Rusia en los territorios ocupados por los extremistas no implica la derrota total de la barbarie impuesta por los seguidores del líder del grupo extremista Abu Bakr al Bagdadi.

Un documento filtrado desde la agencia de seguridad de Arabia Saudita, señaló que el Estado Islámico tiene células en varios países que disponen de plena capacidad operativa en por lo menos 18 naciones, algunas de ellas occidentales.

Otros textos anteriores del Departamento de Estado de los Estados Unidos, afirman que a partir de 2014 el Estado Islámico estaba operativo en 7 países, entre los que se identificaba a Siria e Irak como epicentro de sus operaciones junto con las naciones en las que disponía de “filiales asociadas oficialmente”, entre ellos Argelia, Nigeria, Libia, la península del Sinaí (Egipto y Palestina), Arabia Saudita, Yemen, Afganistán, Pakistán y la zona del Cáucaso al sur de Rusia.

El mapa también muestra “filiales” que aspiraban a convertirse en satélites del Estado Islámico en Mali, Somalia, Bangladesh, Indonesia y Filipinas.

Este año se informó que el Estado islámico prepara un plan de acción ante una eventual –y muy posible– pérdida del califato geográfico que hoy domina debido a varios reveses militares en Irak, con el impulso de los Peshmerga Kurdos y Estados Unidos y en Siria a manos de fuerzas militares tanto ruso-sirias y estadounidenses.

Un reporte de funcionarios de inteligencia del Consejo de Cooperación del Grupo de Países del Golfo advierte que es precisamente la pérdida de control territorial del Estado Islámico la que impulsa la expansión de ataques en menor escala y operaciones conjuntas de parte de los terroristas para compensar la pérdida en los campos de batalla de Levante. El informe indica que implica una nueva fase de planificación y ejecución de ataques en Occidente, en especial la de “lobos solitarios”.

Por su parte la agencia consultora Grupo Soufan, con sede en Nueva York, calculó en un informe publicado en diciembre de 2015 que había 27.000 yihadistas extranjeros de 86 países diferentes en las filas del grupo y más de la mitad eran de Medio Oriente y Norte de África, la mayoría tunecinos.

Un reporte de Naciones Unidas expresó que las pobres condiciones económicas de la nación norafricana y la desilusión tras el fracaso de las reformas democráticas que se aspiraban en la Primavera Árabe de 2011 y que sacó del poder al gobernante Zine al Abidine Ben Alí llevan a jóvenes e incluso a infantes a buscar una forma de salir de la pobreza y el grupo los adoctrina y les promete riquezas y mejoras a sus condiciones de vida.

Estados Unidos calcula que sus jets han asesinado a 45.000 militantes en dos años, por lo que los llamados “Cachorros del califato”, como la organización nombra a sus niños combatientes, están siendo usados para paliar el déficit de sus soldados y paliar la brecha.

Es un producto de la inversión del Estado Islámico en los niños, asevera Hassan Hassan, coautor del libro Isis: Dentro del Ejército del Terror e investigador residente del Instituto Tahrir para la política de Medio Oriente. “La segunda generación del Estado Islámico ya está ocurriendo. Cuando lo necesitan, solo basta con llamarlos”.

Otra amenaza

La caída del bastión yihadista de Sirte en Libia -que tras la guerra y asesinato del hombre fuerte Muamar Gadafi fue un lugar propicio para los yihadistas- supone un punto de inflexión definitivo en el desalojo del Estado Islámico de sus posiciones en el país.

La operación conjunta de aviones norteamericanos y grupos de operaciones especiales británicos y estadounidenses en tierra junto a las fuerzas del gobierno de Trípoli que apoya la ONU y la Unión Europea es una buena noticia en la lucha contra los extremistas, que han perdido más de 300 kilómetros de territorios logrados entre 2014 y 2015 y hoy apenas tienen unos pocos vecindarios con mil de sus guerreros.

Sin embargo, mientras los combatientes resisten los embates de las fuerzas militares también negocian con las mafias para partir rumbo a Europa. Los organismos de inteligencia del continente ya han expresado su preocupación por la situación e implementa planes para evaluar a las personas que llegan a sus costas y evitar que, desde las embarcaciones de refugiados que salen a diario desde las costas del puerto Sirte, lleguen terroristas a sus países pero un lobo solitario es como una aguja en un pajar de refugiados.

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