Venezuela

El fantasma del 11 de abril

Es una fecha que todavía duele. Un día imborrable en la memoria contemporánea de los venezolanos. Aquella marcha a Miraflores marcó un punto de inflexión en la política del país y sus consecuencias todavía acechan las decisiones de la lucha política, entre opositores y defensores de la revolución. Caminar hasta el Palacio de Gobierno se ha asumido como vía “radical”, en un país donde el miedo puede más que las ganas de “sacar a Maduro”

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“¡Vamos pa’ Miraflores!”. El grito produce un déjà vu. Cada vez que una manifestación se percibe como masiva, y los ánimos se caldean lo suficiente como el pasado 26 de octubre, resurge la idea de caminar hasta el palacio de Gobiero como una acción necesaria para acabar con el conflicto político del país, la batalla final, el no va más.

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