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VIDEO | El fútbol es español y las dudas son argentinas

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Foto: Antonio Díaz

La selección española propinó una goleada histórica a su similar argentina, con actuaciones individuales superlativas de Isco, Iniesta y Thiago, pero con una magistral clase de lo que significa el término equipo en este deporte. Sin muchos más episodios para experimentar antes del mundial, un equipo se afianza como candidato y el otro todavía no sabe quién es.España es una selección maravillosa, con distintas opciones para dominar a sus rivales. Al juego de sus mediocampistas le ha agregado, bajo la sabia conducción de Julen Lopetegui, los cambios de ritmo de Marcos Asensio. La Roja juega a distintas velocidades y eso para el oponente es casi imposible de detener. Su mayor problema es que por momentos comete el mismo pecado que otros grandes equipos antes que ella: se gusta demasiado a sí misma. No es algo ajeno al fútbol, basta recordar episodios vividos por el “Equipo Dorado” de Hungría, la Holanda del 74 o el Brasil del 82.

Con una ventaja de dos goles por cero y un oponente que estaba más para recibir otro gol que para marcarlo, el combinado ibérico dejó de jugar al fútbol para jugar a la pelota. La profundidad que comenzaba con Iniesta e Isco para trasladarse a Asensio, Alba o Carvajal desapareció sin que nadie se rebelara ante el curso que tomó el partido. No es un tema de intensidad sino de aceptar que los partidos no se abandonan, de la misma manera que un boxeador no se confía en las tarjetas. Argentina, por momentos perdida, creció ante la vanidad roja, y tras el gol de Otamendi pudo incluso hasta empatar el encuentro.

El otro problema que debe resolver España es cómo adaptarse a rivales que ensucien el juego, que propongan fricción. Cuando Argentina, incapaz de reaccionar frente a la goleada, quiso embarullar, España cayó en el pantano; le costó encontrar una dinámica que le ayudase a seguir dominando el partido.

Lopetegui termina esta doble fecha de partidos preparatorios con la tranquilidad de saberse conductor de un equipo capaz de dominar a través del juego posicional, de la misma manera que sabe sacar provecho de los envíos largos de David de Gea. España compró más boletos que lo acreditan como un favorito bravo para el Mundial de Rusia.

Argentina por su parte no tiene una identidad y parece que ni siquiera tiene claro por dónde comenzar ese tránsito. Su entrenador, Jorge Sampaoli, vive rehén de su propia ansiedad. Su equipo ni es “bielsista”, ni es “guardiolista”. Tampoco es el equipo de Messi porque ningún equipo es de un solo futbolista.

Es cierto que los argentinos gozaron de alguna oportunidad en las botas de Gonzalo Higuaín, pero mientras España jugó, la albiceleste no encontró cómo oponerse e intentar jugar de igual a igual. Sampaoli insistió en la rueda de prensa previa al duelo que quería disputarle la posesión a los españoles, sin embargo olvidó que ello no es más que una herramienta, y que para construir superioridades se necesita tanto al balón como al movimiento de los futbolistas.

En este apartado es que uno puede suponer que, estando todos sanos, Sergio Agüero es el candidato ideal para el puesto de delantero. El “Kun” es un futbolista que tiene incorporado por su propia naturaleza eso de moverse, de ofrecerse; lejos de pelearse con los centrales, conducta que facilita la intervención de los defensores, el del Manchester City se tira atrás y a los costados, sumándose incluso a la construcción de juego.

Sampaoli encara uno de los viajes más complicados de toda su carrera como entrenador. La búsqueda de esa identidad, que no es más que una manera de jugar, pareciera una quimera. La competencia se acerca y Argentina todavía experimenta con futbolistas que no parecen estar en sintonía con lo que el seleccionador desea. Llegados a este punto parece que son dos los caminos posibles: cambia la idea o cambian los intérpretes.

6 – España: De Gea; Carvajal, Piqué (Azpilicueta, m.72), Sergio Ramos, Jordi Alba (Marcos Alonso, m.79); Koke, Thiago (Parejo, m.83), Iniesta (Saúl, m.56), Isco (Lucas Vázquez, m.76), Marco Asensio; y Diego Costa (Iago Aspas, m.46). 1 – Argentina: Romero (Caballero, m.22); Bustos (Mercado, m.62), Tagliafico, Otamendi, Rojo, Macherano (Pavón, m.56), Biglia; Banega (Pablo Pérez, m.62), Meza, Lo Celso (Acuña, m.84) e Higuaín (Lautaro Martínez, m.59).Goles: 1-0, m.12: Diego Costa. 2-0, m.27: Isco. 2-1, m.39: Otamendi. 3-1, m.52: Isco. 4-1, m.55: Thiago. 5-1, m.74: Aspas. 6-1, m.75: Isco. Estadio Wanda Metropolitano lleno, ante 65.541 espectadores.

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