Cultura

El Kumbh mela, la mayor peregrinación del mundo, pone a prueba la tecnología

Las nuevas tecnologías han encontrado en el festival hindú Kumbh mela en la India, la mayor peregrinación del mundo con millones de personas, el banco de pruebas ideal para experimentar aplicaciones informáticas que ayuden a organizar a las masas.

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Foto: EFE

Kumbh mela o Kumbhamela tiene lugar de forma rotatoria cada cierto número de años, dependiendo de cálculos astronómicos, en cuatro puntos del país asiático, en Allahabad, Haridwar, Ujjain y Nashik, a los que millones de hindúes acuden durante varias semanas a bañarse en ríos sagrados para purificar sus pecados.

La mayor «mela» (feria o reunión en hindi) ocurre cada doce años en el Ganges a su paso por Allahabad, en el norte de la India, y en su edición de 2013 acudieron cerca de cien millones de personas. El Instituto de Tecnología de Massachusetts (Estados Unidos) emprendió entonces el proyecto Kumbhathon, para estudiar cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar en la organización de la ciudad temporal que se monta para esa inmensa cantidad de gente durante el mes y medio que aproximadamente dura el festival.

«Kumbh mela es algo predecible, pero incontrolable», declaró a Efe Ramesh Raskar, uno de los investigadores del proyecto.

Hace dos años en Allahabab murieron 36 personas en una estampida y pensando en ello, Kumbhathon ha desarrollado una red informática y de telecomunicaciones que permita controlar la riada de gente que acude, con medidores del paso de peregrinos en puntos conflictivos y aplicaciones para teléfonos móviles que avisan de las incidencias.

«A través de Kumbhathon, nuestro equipo ha llevado la innovación tecnológica a Kumbh mela. Hemos fomentado que gente innovadora genere ideas con las que afrontar los grandes problemas que se plantean y les hemos guiado para que desarrollen prototipos que pueden ser probados en el mercado», subrayó otro de los investigadores, John Werner.

Miembros del equipo acudieron al último Kumbh mela, celebrado durante los últimos dos meses en Nashik, en el oeste de la India, para probar estos prototipos.

Las aplicaciones informáticas desarrolladas permiten a las autoridades supervisar el movimiento de peregrinos, desde que llegan por carretera o ferrocarril a Nashik hasta que acuden a la orilla del río Godawari a su paso por la ciudad. Allí, miles de peregrinos de todas las edades abarrotan los accesos al río en medio de un coro de silbatos de cientos de policías, obsesionados con que nadie se pare para evitar embotellamientos ni tampoco corra provocando una estampida.

«Es el momento más crítico y se necesitan todos los datos en tiempo real de la multitud para prevenir cualquier problema», comentó la investigadora Margarete Church.

Las aplicaciones con las que trabaja el equipo informan además de los alojamientos disponibles para los fieles en grandes carpas, de los puntos de reparto de comida a cargo de entidades benéficas o de dónde se encuentran las asistencias sanitarias.

«El trabajo no está del todo hecho, por lo que seguiremos trabajando entre los emprendedores locales y los investigadores de nuestro equipo en busca de más soluciones innovadoras», indicó Church.

Nashik es uno de esos cuatro lugares en los que la leyenda cuenta que se derramó el néctar de la inmoralidad de un «kumbh» o jarro que se disputaban dioses y demonios, tras luchar por él doce días, equivalentes a doce años terrenales. Por ello, bañarse en su río durante Kumbh mela, algo que solo está permitido durante el festival, libera de los pecados de toda la vida hasta ese momento.

Aunque la mayoría de fieles se sumerge vestido, muchos sadhus» o santones con la frente pintada de colores y el pelo rasta lo hacen desnudos. «En otras ocasiones no está permitido bañarse y vienen muchos sadhus», señaló uno de los bañistas, Anil Rao, en alusión a los santones con la frente pintada de colores y el pelo rasta que incluso se bañan desnudos mientras la mayoría de fieles lo hace vestido.

«Hay mucha gente porque es el último baño, unas 780.000 personas calculan», indicó Yayesh Shrivastan, vecino de Nashik, en referencia a la última oportunidad de sumergirse hasta Kumbh mela de 2016 en Ujjain.

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