Cultura

El musical, un género inventado por Hollywood que los años han revitalizado

A cinco años del estreno de “La La Land”y veinte de “Moulin Rouge”, películas que reavivaron el musical cinematográfico en el siglo XXI, nuevos títulos han seguido apareciendo como indiscutibles ganchos de crítica y taquilla. Hasta Steven Spielberg debuta en esta modalidad y anuncia el estreno en diciembre de su remake del clásico“West Side Story” 

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Musical

El siglo XXI trajo un resurgimiento importante del musical en el cine, lo que permitió un acercamiento apreciable a las nuevas audiencias, aunque sin emular los éxitos de antaño. Las sensaciones cambiaron con el estreno de «La La Land» (2016), que rescató los valores más primarios del género al tiempo que rindió un emotivo homenaje al cine hollywoodense y los sueños que ha inspirado por generaciones.

Su magia, combinada con importantes dosis de realismo, resultó en una fórmula perfecta, que le permitió conquistar a las audiencias y le abrió el camino para un lucido paso por la temporada de premios, que lamentablemente no pudo cerrar con broche de oro, luego que el Oscar a mejor película le fuera literalmente arrebatado a último minuto por «Moonlight», en uno de los momentos más polémicos en toda la historia del certamen.

Poco importó la derrota, pues a cinco años de su estreno «La La Land» se ha afianzado como uno de los filmes más originales y entrañables de su tiempo.

Música, color y frenesí en “Moulin Rouge”

También está de cumpleaños otro musical cinematográfico que hace dos décadas vino a revitalizar el género. Se trata de «Moulin Rouge» (Baz Luhrmann, 2001), que impacta desde un primer momento, pues ostenta uno de los comienzos más anticlimáticos posibles. En los primeros minutos, después que se abre el telón, nos enteramos que Satine (Nicole Kidman, nominada al Oscar por este papel) ha muerto, y su amado Christian (Ewan McGregor) la llora mientras escribe su historia de amor.

Si ya conocemos el final, ¿por qué vale la pena verla? Porque el camino que recorre esta trágica historia de amor es un viaje frenético lleno de música, color y puro sentimiento. Su ritmo avasallante es una montaña rusa sin freno. La edición es intachable, la cámara vuela sobre París y dentro del Moulin Rouge, con energía, la música provoca ganas de levantarse de la silla. El vestuario y la escenografía son impecables, hechos por la esposa del realizador, Catherine Martin, ganadora de los dos premios Oscar de las ocho nominaciones que tuvo la película, entre ellas la de mejor película, después de diez años de no tener a un musical compitiendo en la categoría más importante.

De «Moulin Rouge» es oportuno destacar que preparó el camino para una nueva era de películas musicales, que hoy seguimos gozando. Llegó inclusive a ganar el premio de la influyente Asociación Nacional de Críticos de Estados Unidos como la mejor de su año y tuvo una nada despreciable recaudación de 170 millones de dólares.

Un género que va y vuelve

Paralelamente al surgimiento del cine sonoro -o diríamos más bien, como consecuencia de éste-, entre los grandes inventos de Hollywood figuran las películas musicales. No en balde la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas le concedió en 1928 un galardón especial a «El cantor de jazz» («The Jazz Singer2, 1927), una producción de los estudios Warner, dirigida por Alan Crosland, que además de ser el primer filme con sonido, se erige igualmente como pionero en la historia de este productivo género.

“El cantor de jazz” (1929) fue pionera del género musical en el cine

A partir de allí, el musical cinematográfico, a tono con los avances de la industria, se fue haciendo cada vez más sofisticado y eficaz en su puesta en escena, dando lugar a obras tan notables como «Rose Marie» (1935), de W.S. Van Dyke, que hizo de sus protagonistas, Jeannette MacDonald y Nelson Eddy, dos estrellas de renombre, de la misma manera que «La alegre divorciada» (The Gay Divorce, 1934) y «Sombrero de copa» (Top Hat, 1935), ambas de Mark Sandrich, catapultaron a Fred Astaire y Ginger Rogers.

Fred Astaire y Ginger Rogers, una pareja imbatible

Históricos y memorables títulos

Con el paso del tiempo, el público llenó las salas y convirtió en éxito títulos  imprescindibles como «Melodía de Broadway» (Broadway Melody, 1938), de Roy del Ruth; «El mago de Oz» («The Wizard of Oz», 1939), de Victor Fleming; «Cita en San Luis» («Meet Me in Saint Louis», 1944), de Vincente Minnelli; «Desfile de Pascua» («Easter Parade», 1948), de Charles Walters y «Un día en Nueva York» («On the Town», 1949), de Stanley Donen, en donde brillaron estrellas como Gene Kelly, Rita Hayworth, Judy Garland, Ava Gardner, Frank Sinatra y Betty Grable.

En la década de los años cincuenta, un período de gran esplendor, la Metro Goldwyn Mayer lanzó películas míticas como «Cantando bajo la lluvia» («Singin’in the Rain», 1952), de Gene Kelly y Stanley Donen, considerada por muchos la obra maestra del género, cuyo reparto encabezaron Kelly, Donald O’ Connor, Debbie Reynolds y Cyd Charisse, así como «Un americano en París» («An American in Paris», 1951), «Gigi» (1958) y «Brigadoon» (1954), las tres dirigidas por Vincente Minnelli.

Gene Kelly en “Cantando bajo la lluvia”, considerada una obra maestra del género

Pop, rock y Broadway como ingredientes

Durante la década de los sesenta, se alternaron producciones influidas por el pop y el rock, al estilo de «¡Qué noche la de aquel día!» («A Hard Day’s Night», 1964), de Richard Lester, estelarizada por los Beatles, con otras más clásicas, como la taquillera «West Side Story» (1961), de Robert Wise y Jerome Robbins; «Mi bella dama» («My Fair Lady»,  1964), de George Cukor; «La novicia rebelde» («The Sound of Music», 1965), de Robert Wise y «Mary Poppins2 (1964), de Robert Stevenson.

Los años setenta fueron fundamentalmente de adaptaciones de obras estrenadas en Broadway o en el West End londinense, entre las que destacan la excelente «Cabaret» (1972), de Bob Fosse; «Violinista en el tejado» («The Fiddler on the Roff», 1971), de Norman Jewison, «El hombre de La Mancha» («Man of La Mancha,» 1972), de Arthur Hiller y «Cabaret» (Bob Fosse, 1973), que le valió a Liza Minnelli, su protagonista, el Oscar que nunca le otorgaron a su madre, la genial Judy Garland .

Liza Minnelli obtuvo por “Cabaret” el Oscar que nunca ganó Judy Garland, su madre

También surgieron dos parodias que marcarían época, ambas con un tono experimental: «El fantasma del Paraíso» (Phantom of the Paradise, 1974), de Brian de Palma y «The Rocky Horror Picture show» (1975), de Jim Sharman, suerte de imanes para un público juvenil que luego se engancharía con producciones muy marcadas por la industria discográfica, como «Fiebre del sábado por la noche» («Saturday Night Fever», 1977), de John Badham, y «Grease» (1978), de Randal Kleiser.

En los ochenta, la decadencia del musical cinematográfico resultó notoria, con alguno que otro hallazgo de recaudación, como la hoy envejecida «Fama», de Alan Parker. ¿El culpable? Un formato televisivo, el video-clip, heredero de su estética y atributos, pero esta vez en función de la promoción de canciones.

Regreso con buena salud

Aunque los años dorados del musical en el cine pasaron, no se puede hablar de un agotamiento del género, pues cada tanto vuelve a brillar con muy buena fortuna. Para confirmarlo, basta apelar a la clamorosa adaptación cinematográfica del musical de Broadway «Chicago», que dirigió el estadounidense Rob Marshall en  2002 y resultó ganadora ´del Oscar como la mejor película, estatuilla que también recibió su protagonista, Catherine Zeta-Jones, como mejor actriz.

Luego vinieron «Dreamgirls» (Bill Condon, 2006), «Les Miserables» (Tom Hooper, 2012) y «El regreso de Mary Poppins» (2018), donde Rob Marshall retorna al musical como director, con un elenco encabezado por Emily Blunt y Lin-Manuel Miranda. Menos suerte tuvo Tom Hopper al adaptar para la gran pantalla «Cats» (2020), de Andrew Lloyd Weber, musical que tuvo 21 años exhibiéndose con gran éxito en Nueva York y Londres, además de incontables representaciones en numerosos países, pero que en el cine resultó un desastre de taquilla y permaneció muy poco tiempo en las marquesinas.

“West Side Story” a lo Spielberg

La gran noticia en lo que a próximos estrenos de esta modalidad se refiere, viene de la mano del gran Steven Spielberg, con el remake que el rey Midas de Hollywood ha hecho de «West Side Story», adaptación del filme de 1961 que obtuvo 10 premios Oscar, incluyendo el de mejor película. Tiene previsto arribar a los cines de todo el mundo el próximo 25 de diciembre. Antes de estrenar su quinta película de la saga Indiana Jones, Spielberg quiere llenar las reabiertas salas con música, danza y color.

A finales de los años 50, a raíz de su estrenó en Broadway, «West Side Story» se situó como un musical rompedor en muchos sentidos, por ser una revisión del mito de Romeo y Julieta, la obra teatral de William Shakespeare sobre dos jóvenes amantes que pertenecían a familias enfrentadas entre sí. En esta ocasión, los Montesco y Capuleto no viven en Verona, sino en el peligroso Manhattan de los años 60 del siglo pasado, donde las bandas rivalizaban por controlar sus barrios.

Este musical, creado por Jerome Robbins sobre un libreto de Arthur Laurents, con la fantástica y vibrante música compuesta por el gran Leonard Bernstein, fue adaptado rápidamente a la gran pantalla en 1961 por Robert Wise, director, entre otros éxitos, de «La novicia rebelde» (1965).

Un viejo sueño cumplido

Steven Spielberg, como muchos niños de su generación, quedó fascinado por los bailes latinos en plena calle y la música febril de Bernstein. El atractivo reparto de la «West Side Story» original lo encabezó Natalie Wood, con Richard Beymer, George Chakiris y Rita Moreno en roles estelares. En cuanto a Spielberg, se sabe que su elenco es de actores predominantemente latinos. Recordemos que en la original, la banda de puertorriqueños eran histriones blancos maquillados.

Steven Spielberg estrena en diciembre el remake de “West Side Story”, su debut en el musical cinematográfico

Rachel Zegler, cantante y youtuber de Nueva Jersey, de 19 años, fue elegida en un casting de más de 30.000 aspirantes para dar vida a María, el personaje protagonista que en su día hizo Natalie Wood. Rachel es de origen colombiano y en su instituto ya interpretó a María en una adaptación de este musical.

Para las secuencias de bailes, una pieza fundamental de la trama, Spielberg contó con la ayuda de Justin Peck, coreógrafo residente del New York City Ballet. Su guionista fue Tony Kushner, un riguroso dramaturgo, con quien ya había trabajado en «Munich» y «Lincoln», cuya misión ha sido adaptar con verosimilitud los diálogos al lenguaje de hoy.

En la industria del cine de Hollywood no pocos comentan que estos ingredientes apuntan a que el musical de Spielberg podría ser el gran éxito del año y favorito a todos los premios próximos. Tras el largo período pandémico de cierre de salas y escasez de estrenos en el ámbito cinematográfico, un derroche de baile y música en la calle es, mucho más que necesario, vital 

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