Venezuela

El Nazareno también sufrió el éxodo y la escasez de efectivo

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Fotografías: Daniel Hernández

La tradición del Nazareno volvió a congregar a cientos de feligreses este miércoles santo en la Basílica de Santa Teresa. 

Aunque es una  tradición de sacrificio, la escasez de efectivo y el éxodo de venezolanos, también la permea. Este año, la concurrencia de fieles fue visiblemente inferior a la de años anteriores, aunque las filas de creyentes esperando ingresar a «pagar su promesa», alcanzaban varias cuadras. 

La situación económica también se extendió hasta los vendedores de mirra, estampitas, velones y demás artículos típicos de esta fecha. 

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Ortencio Martínez tiene un puesto donde vende mirra. Este año debido a los altos costos, no pudo comprar y vende la mercancía que le quedo del pasado. «Un kilo me cuesta más de dos millones. Además, la gente no tiene efectivo para comprar. De verdad, no sé qué vamos a hacer. Será rezar y rezar», dice cabizbajo. 

Muy cerca de él estaba Rosario Álvarez, vestida de morado. Llego hasta la Basílica a pie, desde Catia, para pagar la promesa que le hizo al Nazareno por la salud de su hija de cuatro años quien nació con una  deficiencia cardiaca. Aunque ahora está bien, Rosario confiesa vivir angustiada ante la falta de medicamentos. 

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Carmen Lares también aguardó su turno en la fila para ingresar a la Basílica. Acudió como cada año, pero éste lo hizo sola porque sus hijos y nietos se fueron del país. 

«Siempre venía con ellos. Era una tradición visitar los siete templos y venir a agradecer al Nazareno. La familia se fue acortando y ahora quedo yo sola», relató. 

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La entrada y salida de feligreses desde tempranas horas de este miércoles fue constante. Así como los desmayados. Protección Civil había atendido alrededor de 30 personas hasta las 3:00 pm. 

A Mercedes Espinoza, una de las desmayadas, le afectó que no había ingerido alimentos desde el mediodía del martes. Asegura que se «limita» a comer porque le cuesta adquirir alimentos y solo cuenta con su pensión. 

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Sin violencia y sin políticos

A diferencia de hace un año, cuando ocurrió un hecho de violencia dentro de la Iglesia protagonizado por simpatizantes oficialistas y opositores, este miércoles los actos religiosos transcurrieron en paz. 

En esta ocasión, la misa de las 12 del mediodía fue presidida por el obispo auxiliar y secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor Jesús González de Zárate, pues el Cardenal Urosa se recupera de una operación de próstata. 

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La homilía de Monseñor Zárate estuvo llena de llamados a la esperanza y a recordarle a los fieles que lo escuchaban que «no están solos»

Zárate, quien auguraba que, a pesar del hambre y las situaciones difíciles, «todo iba a mejorar»,  pidió al «auténtico cristiano», rechazar la injusticia y trabajar por la unidad de la familia.  

«Debemos convertirnos en portadores de la esperanza, en una sociedad que vive en tinieblas. Evitar enfrentamientos estériles, la  corrupción y el despilfarro, la deshonestidad y la falta de solidaridad. Debemos generar iniciativas solidarias para alcanzar una sociedad justa y fraterna. Cada uno desde su posición», instó el Monseñor. 

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Zárate señaló que la Iglesia pone a disposición su infraestructura para ayudar ante la carencia. «Frente al mal tiempo, el llamado es a ser protagonistas, cada uno, frente a la realidad del país». 

También abogó porque los venezolanos puedan resolver los conflictos de manera pacífica.  Al grito de «¡Viva el Nazareno!», siguieron varios minutos de aplausos. 

Por su parte, el Obispo auxiliar, Enrique Parabano, manifestó que Cristo en la cruz, también muestra a quienes han matado y a quienes desprecian los derechos humanos.  

Al hecho de que los actos transcurrieran en tranquilidad se le suma el hecho de la poca, casi inexistente presencia de dirigentes políticos.  La ex alcaldesa Helen Fernández y la diputada Marialbert Barrios fueron de las pocas que acudieron a la cita religiosa, así como el viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana, general Endes Palencia. 

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Políticos deben reflexionar

Monseñor Zárate manifestó que esta época es propicia para la reflexión, especialmente de quienes tienen responsabilidades en la vida pública. 

«No se puede, por aspiraciones políticas o ideológicas, seguir manteniendo un estado de cosas que en este momento, van en detrimento de la inmensa mayoría de los venezolanos», indicó. 

Respondiéndole al presidente Nicolás Maduro en cuanto a que no les interesa politizar los actos religiosos, recordó que la labor sacerdotal, como pastores que son, es «iluminar sobre la realidad». 

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En relación a las próximas elecciones, Zárate considera que la vida política está «agitada» y que «no todos los venezolanos están de acuerdo con que ese acto de respuestas a sus necesidades». 

Agrega que la Iglesia apoyará siempre un diálogo pero no como los que se han venido dando. 

Para monseñor, es necesario la «sinceridad y transparencia» así como poner primero a la gente y sus necesidades, cosa que cree, no se ha hecho. 

Pedirle a Dios ya que autoridades no escuchan

Un grupo de enfermeras acudieron, uniformadas y con pancartas, a la procesión para pedirle al Nazareno interceda ante la situación que viven el gremio. 

Ana Contreras, presidenta del colegio de enfermeras del Distrito Capital, indicó que acudía para «elevar una plegaria»ante la grave crisis que viven los hospitales. 

Señala que a pesar del nivel profesional, los enfermeros y médicos se encuentran «de manos atadas» ante la escasez de medicamentos en hospitales y centros de salud que calcula, ronda el 85 % y que pone en riesgo la vida de miles de venezolanos. 

Así como los constantes cortes eléctricos dado que las plantas eléctricas no se encuentran en funcionamiento. A eso se le suman los sueldos insuficientes del personal y la consecuente renuncia y falta de enfermeros a nivel nacional. 

Contreras calcula que en hospitales como el Miguel Perez Carreño, los Magallanes de Catia y el Clínico Universitario  se registran entre 15 y 20 renuncias diarias. «Estamos ante otra grave emergencia que es el fantasma de la falta de personal». 

Critica además la falta de respuesta de las autoridades como el ministro de Salud y el propio presidente Maduro a quienes les han enviado comunicaciones y «simplemente, no escuchan». 

 

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