Venezuela

El sufrimiento escaseó en Santa Teresa

Quizás no es que la fe ha desaparecido, sino que se ha transformado. En todo caso, la tradición del Nazareno de San Pablo ya no es lo que era.

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Fotografías: Valeria Pedicini

Cataclismos como los del miércoles 9 de abril de 1952, cuando fallecieron 46 personas a las 5:00 de la mañana por un tumulto dentro de la iglesia, ahora se hacen casi inconcebibles, entre otras cosas porque a la gente le da miedo salir tan temprano. Hoy es más probable una trifulca por conflictos políticos en las mismísimas barbas del Cristo Negro¡Perdona a tu pueblo, Señor!

La convocatoria en la basílica de Santa Teresa sigue siendo importante, pero ha disminuido considerablemente. Este miércoles 12 de abril, por ejemplo, se pudo entrar prácticamente sin hacer cola a la misa de las 8:00 de la mañana, cuando hace unos años era más fácil empujar un camello por el ojo de una aguja.

Por otra parte, es extremadamente difícil presenciar manifestaciones de dolor extremo por parte de los promeseros: se acabó aquella gente que clavaba las rodillas en el concreto a lo largo de cuatro cuadras, que se lastimaba con coronas auténticas de espinas, que afloraba en carne viva las llagas de Cristo o que manaba agua y sangre por un costado.

¿Qué caracteriza hoy a una misa del Nazareno? Un bosque de manos levantadas con celulares que le toman fotos al Cristo cada vez más doblado.

Lo que no quiere decir, repetimos, que se haya esfumado la fe. Sólo es diferente. Se manifiesta, por ejemplo, en un comerciante informal que pone el Blu-Ray de Los 10 mandamientos en la escena en la que Charlton Heston le lanza las tablas al becerro de oro con esa misma furia con la que el gobierno cierra las estaciones del Metro cada vez que hay una marcha de la oposición.

Siete arquetipos de creyentes que hoy son reconocibles un Miércoles Santo en los alrededores de la iglesia de Santa Teresa, al menos antes de que se presenten unos colectivos armados:

1. Los iluminados

Nazareno de san Pablo 2017

“Me puedes decir señorita”, solicitó Zulay, una dama de Colinas de Vista Alegre que asegura disfrutar de encuentros cercanos con el mismísimo Nazareno de San Pablo. “Él a mí se me manifiesta mucho. La última vez yo estaba en el Santísimo Sacramento del altar, no me le había acercado todavía para saludarlo y se me manifestó en blanco y negro. Después vinieron rayos de sol hacia mí desde su coronita. Estoy en la casa y le digo: ¿mi Amor, estás ahí? Y empieza a sonar la alfombrita. Yo no le pido nada específico al Nazareno: no lo amo por interés. Le pido para todo el mundo, para que todos podamos tener nuestra comidita cada día. Dios no quiere que le vendamos el alimento a un hermano por el doble o triple de lo que cuesta”.

2. Los extremos

Nazareno de san Pablo 2017

No se reportó ningún caso de alguien que llegara a la basílica de Santa Teresa desplazándose de rodillas, al menos no en la mañana. Pero sigue habiendo muchos que lo hacen descalzos, exponiéndose a quemaduras leves y también al desaseo de la ciudad. Carleny Flores, por ejemplo, se vino caminando descalza desde Carapita junto a su esposo y ambos además cargaban cada uno una cruz. “Antes veníamos vestidos de Nazareno solamente, pero este año estamos pagando una promesa por nuestra hija, que después de que nació estuvo en terapia. El recorrido desde Carapita ha sido un poco difícil y hace mucho calor, pero nos mantuvimos en la lucha y ahora nos sentimos felices. Le pedimos al Nazareno que nos ayude a mejorar todo lo que no funciona en el país”.

3. Los mercaderes del templo

Nazareno de san Pablo 2017

Jesús no los echará a patadas de la casa de su papá, pues algunos hasta son miembros de cofradías del Nazareno y cumplen promesas temprano antes de instalar sus tarantines. Es el caso de los Escobar, una familia de Catia que se especializa en el ramo de las túnicas moradas en todas las tallas y que se cotizan entre 3.000 y 7.000 bolívares. “Mi esposa corta la tela, mi hija cose, la nieta plancha y yo salgo a trabajarlas. La venta está ruda, ruda. En 20 días he vendido 30 batas, cuando antes uno vendía 40 o 50 en un solo día. No hay real. La gente lo que está pendiente es de un kilo de arroz. Un rollo de tela pasó de 20 mil a 250 mil bolívares”, se quejó Vicente Escobar. “Lo que le pido al Nazareno es que se acabe ya este gobierno. Tienen que entender que si no sirven lamentablemente deben irse”, agregó Luis Escobar a unos pocos metros. No faltaron los informales astutos que, atentos a la convocatoria de la MUD, se asomaron con banderitas de Venezuela: “Una bandera es algo que se vende todos los días”, justificó con disimulo uno de ellos.

4. Los convalecientes

Nazareno de san Pablo 2017

“Yo fui chavista en una época, pero ahora no lo soy, porque veo que mi país se está derrumbando. Jamás habíamos tenido un gobierno tan feo como este”, lamentó Amanda Zerpa, de 60 años, que se vino desde la avenida Victoria en andadera. “Hace 15 días me sacaron un tumor que me descubrieron en el útero, pero yo tengo que venirle a cumplir al Nazareno En 2016 también estuve muy mal después de que me dio un ACV. Pero le dije al Nazareno que yo era una mujer fuerte y que quería volver a vivir la vida, y Él me levantó de la silla de ruedas. Tengo que tomar 9 tipos de pastillas y hay algunas que no consigo desde hace un año. A los que ya no creen, les digo que Dios no nos ha abandonado a los venezolanos. Él tarda pero no se olvida”.

5. Los expedicionarios

Nazareno de san Pablo 2017

Saudí Domínguez en la arena ha dejado su barca y se ha venido descalzo desde Ciudad Guayana el Domingo de Ramos, en una promesa con un período de cinco años prorrogable de manera indefinida: “El Nazareno me cumplió con un milagro para salvar el pie de mi nietecito Sebastián de Jesús. Para el año 2018 le prometí que haré la peregrinación de rodillas desde el Teatro Municipal. Siempre he sido creyente y ojalá todos pudiéramos apreciar la riqueza más grande que nos ha dado Dios después de la vida: el tiempo. Le pido al Nazareno que reine la paz en mi país. No podemos matarnos unos contra otros. Estoy de acuerdo con la protesta, pero no con el vandalismo. Se aceptan sugerencias internacionales, pero no podemos permitir injerencias”.

6. Los deportivos

Nazareno de san Pablo 2017

Las nuevas generaciones están representadas por preadolescentes que llevan merchandising de Violetta o por universitarias como Ana Abarca, que llevaba en los brazos a su sobrina de 2 años con síndrome de Down y que pidió al Nazareno menos lacrimógenas contra las marchas. También por José Montoya, un enfermero que se vino descalzo desde los Jardines de El Valle con túnica morada y la gorra de los Leones del Caracas, quizás para que se acabe la pava de eliminaciones tempraneras de las últimas tres temporadas. “A veces le pido por los Leones”, sonrió. “Pero en realidad estoy en el último de una promesa de siete años por mi hija, que estando en el vientre, los médicos decían que no le aparecía el estómago. Gracias a Dios nació bien. Ruego al Nazareno para que los venezolanos no sigamos pasando tanto trabajo”.

7. Los cófrades

Nazareno de san Pablo 2017

Es la aristocracia del Nazareno. Caballeros que se engalanan como para acudir a las Bodas de Caná y que lucen impertérritos incluso bajo el sol flamígero de abril. Caso de Freddy Domínguez, hierático cófrade de Nueva Caracas (Catia), tan imponente como el mismísimo papa Benedicto XVI en una túnica morada elaborada por un sastre colombiano que rendía homenaje al Nazareno español de Medinaceli. “Hace diez años me operaron de la vesícula y me quedé en el quirófano con un paro cardíaco. Estuve muerto durante dos minutos y medio».

«Gracias a Dios, a la virgen y a los médicos estoy hablando con usted. Para el país pido paz y salud, porque el dinero, aunque no lo tengamos, siempre lo podemos sacar hasta debajo de las piedras”.

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