Economía

Crisis de efectivo obliga a pagar con transferencias hasta por montos bajos

La escasez de billetes y las constantes fallas de los puntos de venta han llevado a los comerciantes formales y a quienes prestan servicios de manera informal a recurrir al pago vía transferencia electrónica, como último recurso para no perder clientes en una economía en recesión con pérdida del poder adquisitivo de la moneda y caída de las ventas.

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Máquina de café
FOTO: Pixabay

No solo se trata de un comercio legalmente establecido, sino de los informales también. Es común encontrarse con un mototaxista o un taxista que apela a la buena fe del cliente para que pague el servicio mediante transferencia bancaria, aunque sea por Bs 10.000 que apenas equivale a 47 centavos de dólar calculados a la tasa del mercado paralelo de este lunes 11 de septiembre.
Más allá de estos servicios que se prestan de manera regular, ir a un negocio a comprar algún bien requerido pasa por la transferencia electrónica, ante las constantes fallas de los puntos de venta.
«Hasta el año pasado las operaciones se realizaban regularmente con tarjetas de débito, pero desde que los terminales POS comenzaron a dar problemas, le pedimos a los clientes que nos hagan una transferencia bancaria. Eso sí, hasta que el dinero no se refleje en la cuenta no puede retirar la mercancía», asegura Isabel, la encargada de un comercio de autopartes ubicado en la céntrica zona de Quinta Crespo.
«Nunca hay dinero en los cajeros automáticos y cuando tienes la suerte de conseguir te limitan las cantidades, por lo que el monto que retiras normalmente no te alcanza para cubrir la compra en un mismo lugar», dice Coromoto Velásquez, quien como la mayoría de los venezolanos sufre las consecuencias de la crisis de efectivo.
En los abastos, supermercados, panaderías y farmacias, comercios que concentran la mayor parte de las compras en una economía caracterizada por la escasez de bienes básicos e hiperinflación, los clientes no pueden apelar a las transacciones electrónicas.
«La semana pasada fui a comprar unas medicinas. Visité una farmacia y allí pasé tres veces la tarjeta de débito y no pasó, luego la tarjeta de crédito del mismo banco y tampoco pasó. Tuve que devolver lo que me habían despachado», comentó molesta Coromoto a El Estímulo.
Encontrar un medicamento en la Venezuela de hoy, es toda una misión imposible y si además no dispones de los billetes para cancelarlo y los puntos de venta fallan, se convierte en una tragedia mayor.
La crisis del efectivo es tal, que clientes dispuestos a pagar su compra con algún tipo de tarjeta ofrecen la posibilidad de pasar el consumo a su nombre a otros clientes que ven con billetes en la mano, para así hacerse de efectivo. Incluso es común verlo en los cajeros de las tiendas que consultan al cliente si tiene algún problema en darle el efectivo y ellos pasan sus plásticos.
Desde el 12 de julio no han llegado al país nuevos billetes de la ampliación del cono monetario puesto a circular en enero de este año, ante la espiral inflacionaria que erosiona el valor de la moneda y por tanto de cualquier aumento salarial que decrete el gobierno.
La velocidad con la que se mueven los precios de los bienes y servicios –33,8% en agosto, según data de la opositora Asamblea Nacional– es mayor a la que el Banco Central de Venezuela ordena emitir las piezas monetarias ¿Falta de liquidez?
Para complicar aún más el panorama, a la escasez de billetes y fallas en los puntos de venta se suman problemas en varias zonas del país con Cantv, principal empresa proveedora de líneas telefónicas fijas que sirven para hacer la conexión de los terminales electrónicos con los bancos.
De acuerdo con algunas denuncias se trata de una ola de robo de cables de cobre, que dado su alto valor en el mercado internacional, son ofrecidos al mejor postor. Pero quejas de otros comerciantes dan cuenta de una especie mafia que se ha enquistado entre los trabajadores y que ante los pobres ingresos que perciben ante el avance desmesurado de la inflación, cortan el servicio para luego cobrar a los comercios por la reinstalación.
«Lo malo es que se hace ya cotidiano y tratan de hacerlo varias veces. Son unos descarados», señala una vendedora de un tienda de calzados en el centro caraqueño.
En Los Teques (estado Miranda) ocurre con frecuencia, dice una habitante del sector que ha sufrido la situación en tres oportunidades distintas en lo que va de año, lo que le ha impedido concretar algunas compras.
La Superintendencia de la Instituciones del Sector Bancario promueve desde hace algunas semanas –en campañas y declaraciones– el uso de medios electrónicos de pago a manera de desincentivar el uso del efectivo que no hay.
Pero los puntos de venta resultan insuficientes ante la gran cantidad de transacciones que deben procesarse al día en una economía inflacionaria. No hay divisas para adquirir más equipos ni para repuestos de los que se dañan. Entonces quedan las transferencias electrónicas, pero su alcance es limitado, pues pueden realizarse en casos puntuales, pero no en las compras cotidianas.
Sorpresivamente, voceros del  gobierno hablan este lunes 11 de septiembre de un plan de defensa del cono monetario, que pasa por el regreso del uso del cheque, cuando hace dos años iniciaron una campaña para ir dejando atrás la utilización de este instrumento de pago.
Casi ningún comercio acepta cheques hoy en día. Ni grandes cadenas de tiendas independiente del área de negocio y mucho menos los pequeños, más susceptibles a estafas. Sencillamente se valen de los puntos de venta o del efectivo en todo caso.
En Quinta Crespo, Isabel dice que pueden recibir cheques, pero el procedimiento es exactamente igual al de una transferencia electrónica. Es decir, hasta que el monto de la operación no se refleje en la cuenta bancaria del comercio, el cliente no puede llevarse el repuesto.
Es tan inusual el pago con cheque, que la presidenta de Consecomercio, María Carolina Uzcátegui, dice no tener el dato de cuánto del total de las compras que hacen en establecimientos afiliados se pagan con cheque. «Pero no debe ser mucho puesto que ya no hay chequeras», apuntó.]]>

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