Empresas y Negocios

Avelina apela a presentaciones pequeñas para no perder mercado

La Industria y Procesadora de Cereales, Inproceca, tiene en Avelina su marca más conocida. Con seis años en el mercado, la distribuidora de avena presenta en 2017 su nivel más bajo de inventario y consumo, aseguró Mauro Libi, presidente de la compañía. Nuevas presentaciones y productos en el mercado local y el inicio de exportaciones son las ventanas que la empresa abrió para sobrevivir a la crisis. 

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Fachada Inproceca
Foto: Cortesía Inproceca

«Tenemos el inventario al mínimo. La planta tiene capacidad para producir 7.500 toneladas, pero actualmente estamos sobre mil. Adicionalmente, el consumo del segundo trimestre del año disminuyó. Por ello, hemos creado nuevas presentaciones del producto, más pequeñas y menos costosas; pero esto requiere inversión en maquinaria, registros, empaques. Es costoso adaptarse a las circunstancias del mercado», dice en conversación con El Estímulo.
Considera que la situación obedece a la pérdida de poder adquisitivo del venezolano, no obstante, el grupo se expande, apoyado en ingresos de otras cadenas del Grupo Libi, y en ventas de productos a base de avena, a otras empresas del sector.
«Estamos produciendo entre 200 y 300 toneladas de producto para exportar, que equivalen al 20% del total. Actualmente, llegamos a República Dominicana, Curazao, Colombia, Honduras, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, entre otros países. Esperamos ver números positivos entre tres y cuatro años. Ahora es pérdida, pero nos tenemos que arriesgar. Hemos tenidos muy buena receptividad, porque vendemos una excelente hojuela, de buena calidad y precio. Podemos ser competitivos», señala.
«En Venezuela, no sólo ofrecemos nuestro producto final, también vendemos harina de avena a empresas de galletas y similares. Así mantenemos a Avelina. Estamos sobreviviendo, como todas las empresas venezolanas. No es fácil, porque aquí suben los costos de todo por día. Quien tenga una empresa aquí y diga que está ganando, no está revisando bien sus números».
Para contrarrestar la situación, la marca buscará ampliar su alcance en el mercado. «Hace tres meses hicimos el lanzamiento de nuestra línea Selecta, sin azúcar, para complacer a distintos consumidores y llegar a todos. En 90 días lanzaremos un producto, totalmente nuevo para Venezuela. Esperamos ser, en unos años, la marca líder en el país».
– En defensa propia –
Libi insiste en desmentir las acusaciones en su contra hechas por el diputado Julio Montoya en agosto de 2016, por «adquisición y uso indebido de divisas preferenciales», por un monto de $581 millones.
La Comisión de Contraloría del ente cerró la investigación «al no verificarse ningún acto, hecho u omisión que menoscabe el patrimonio público», dijo.
«Si me hubiesen dado 581 millones de dólares, no estaría aquí, sino en mi pueblo, en Pescara», asegura sereno el presidente del grupo de empresas que lleva su apellido, y que fue fundado por su padre hace más de 50 años. Lo hace desde la cabeza de la mesa de reuniones de su oficina, ubicada en Guatire. «Esta no es una empresa de maletín, como se puede ver», dice.
El empresario fue señalado en 2016, en diversas investigaciones periodísticas, de haber cometido delitos cambiarios ante Cadivi y Cencoex, entre los años 2004 y 2012.
El 11 de agosto la denuncia fue llevada ante la Asamblea Nacional, por el diputado opositor Julio Montoya. Una semana después, el empresario inició un proceso de defensa ante el órgano del Poder Legislativo, que culminó a su favor.
La Comisión de Contraloría del ente cerró la investigación «al no verificarse ningún acto, hecho u omisión que menoscabe el patrimonio público».
Se afirmaba que, entre el lapso de tiempo mencionado, las empresas Inversiones Pro Imagen de Venezuela, Distribuidora Pastas Granoro, Importaciones Millecose, Industria y Procesadora de Cereales, representaciones Orval e Inversiones 4528 (investigada por el Ministerio Público), habían recibido un total de $581 millones, «a una tasa preferencial para la compra de alimentos que nunca llegaron a los anaqueles”. Todas estaban vinculadas a Mauro Libi, según la acusación.
«Hace seis o siete años se inició una campaña de descrédito en mi contra. Yo siempre me había mantenido bajo perfil, por lo que fue una sorpresa. Se decía que tenía empresas de maletín, testaferros, y que había cometido delito cambiario. Daba asco escuchar estas acusaciones sin pruebas. Afortunadamente, en la Asamblea me dieron derecho de palabra para solucionar esto».
La intervención del empresario ante la AN se llevó a cabo el 5 de octubre. Una vez presentadas las pruebas, la comisión presidida, para el momento, por Freddy Guevara, anunció la designación de la subcomisión encabezada por el diputado Carlos Berrizbeitia, con el objetivo de comprobar o descartar los argumentos con los que se defendía el acusado.
La resolución emitida por el equipo de investigación determinó que Inversiones 4528 e Importadora Millecose, no pertenecen al Grupo Libi; y que las empresas restantes presentan domicilio fiscal verificable y solvencia laboral. Por lo tanto, la suma real recibida por el acusado había sido de $50 millones, según consta en la resolución de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional número 34, del 8 de diciembre de 2016, contenida en el expediente número 1.651.
«Comprobamos que la denuncia era injusta, que lo que recibimos los usamos para comprar 93.191,62 toneladas de alimentos, y que todo se distribuyó», destaca Libi. Afirma, sin embargo, que sus últimas postulaciones al Sistema de Cambio Dipro no han tenido éxito. «Lo hemos hecho tres veces y no nos han adjudicado. Necesitamos las divisas para adquirir materia prima».
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