Empresas y Negocios

¿Cómo ha funcionado la venta de vehículos en dólares?

A cuatro meses de haberse firmado acuerdos con el gobierno nacional que replican el esquema aprobado el año pasado para Ford Motor, de vender vehículos en dólares, la mayoría de las empresas del sector siguen sin poder producir.

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De acuerdo con el llamado Plan Ford, cada marca debe adquirir el material de ensamblaje con dólares propios que son aportados por los concesionarios, quienes recuperan su inversión con la venta en dólares de las unidades producidas, constituyéndose así el capital de trabajo inicial que permite la reanudación del proceso productivo.

En el papel el esquema funciona, pero la práctica ha demostrado que el mecanismo no es tan confiable como parece. Muestra de ello es General Motors Venezolana, hasta 2014 la mayor productora y líder del mercado local, o MMC Automotriz, empresas que no han podido consolidar un plan que les permita reanudar operaciones.

“Seguimos en las mismas: sin poder producir y sin posibilidades concretas de poder hacerlo en el futuro inmediato”, reconoció una fuente ligada a la planta valenciana que prefirió el anonimato, quien destacó que la compañía no ha podido concretar un plan para la compra de partes de ensamblaje con recursos propios.

“No sabemos qué va a pasar pues no hay perspectivas de reanudar ensamblaje”, comentó la fuente, quien descartó rumores sobre la supuesta llegada de material productivo.

Algo similar se comenta desde MMC, hasta el año pasado productora y representante de las marcas Mitsubishi y Fuso. “Se firmó el acuerdo pero aun no hay nada concreto. Se está tratando de encontrar un mecanismo que permita reanudar las operaciones, pero hasta el momento no hay nada”, destacó otra fuente también anónima de le empresa, adquirida por el Grupo Yammine.

– A media máquina –

En FCA, antigua Chrysler, la situación tampoco es muy prometedora. Tras seis meses sin producir una sola unidad y ante la falta de material de ensamblaje, el 1º de julio inició un período forzado de vacaciones colectivas que culminará con el mes. Al regreso, los más de 1.200 empleados de la fábrica tendrán la oportunidad de terminar 36 carros que no pudieron ser concluidos en 2015 por falta de piezas nacionales.

Y la promesa es que para el último trimestre del año puedan ensamblar 144 unidades. “Eso fue todo lo que se pudo concretar con los concesionarios, que al parecer no están muy convencidos de las bondades del plan del gobierno”, señaló Christian Pereira, presidente del sindicato de trabajadores de FCA.

Entretanto, Toyota reitera que el 2 de agosto reanudará producción tras seis meses de inactividad. “Tenemos colocados los pedidos de material para cuatro meses (agosto – noviembre) y estamos trabajando en diciembre”, señala Wilfredo Valdivia, gerente de Relaciones Institucionales de la empresa.

“Es poco pero lo importante es arrancar la planta, que nuestros trabajadores sientan nuevamente que están operativos”, agrega el vocero, quien recuerda que los planes prevén la producción de unas 200 unidades mensuales (unos mil vehículos en lo que resta de año), 10% de las cuales pudieran ser despachadas al mercado de exportación, estrategia que les permitiría una entrada adicional de divisas para la compra de material de ensamblaje.

– El gobierno torpedea – 

Aunque reconocen el esfuerzo de las ensambladoras por reanudar operaciones, analistas del sector estiman que el plan propuesto por el gobierno no es viable en el mediano plazo, toda vez que la escasa producción no rendirá los frutos suficientes como para mantener las actividades por mucho tiempo.

“Estos son pañitos de agua caliente que poco pueden ante la grave crisis del sector”, acota una fuente ligada a la industria que prefiere el anonimato, quien añade que mientras las ensambladoras padecen las vicisitudes de la falta de dólares e insumos, el gobierno torpedea estos intentos al permitir a compradores individuales y empresas del ramo la importación de autos terminados con recursos propios.

“Los pocos compradores que hay prefieren traerse el carro importado que incluso puede salirle más barato, a tener que esperar meses para comprar un auto ensamblado aquí”, agrega la fuente.

A esto se suma lo que es una realidad inobjetable: no hay mercado para tantos carros. La fuerte depresión de la economía ha limitado el número de compradores de tal manera, que siendo Ford Motor -la única empresa que hoy puede producir- enfrenta problemas para colocar las 230 unidades que en promedio ensambla cada mes.

“Los patios de Ford están llenos, lo que significa que están teniendo problemas para colocar las más de 200 unidades que produce. Imagina entonces cuando otras empresas tengan vehículos disponibles. Simplemente no hay clientes para una oferta mayor”, señala otra fuente del sector que también pide el anonimato.

En resumen, la situación de la industria es delicada y las perspectivas de mejora son muy limitadas, por lo que los riesgos siguen latentes para un sector que este año, en el mejor de los casos, producirá unas 3.000 unidades, apenas un tercio de lo ensamblado en 2015.

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