Economía

Crisis alimentaria desinfla ausentismo laboral en Venezuela

Muchos trabajadores van a la empresa para asegurarse una comida que muchas veces no consumen sino que la llevan a sus casas, por lo que algunas empresas reportan hasta 0,7% de ausentismo.La abrupta caída de más de 20 puntos porcentuales en el ausentismo laboral –especialmente en el sector industrial- podría ser motivo de regocijo en cualquier economía, pero en la Venezuela de hoy es una muestra más de la profundidad de la crisis que vive el país, toda vez que según analistas los trabajadores están acudiendo diariamente a sus empleos para garantizar al menos una comida y llevar algo de alimento para el hogar.

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Foto referencial: AVN

Hasta el año pasado, las industrias nacionales veían con preocupación reportes de hasta 25% de ausentismo en sus nóminas, cifras que en julio de este año han caído por debajo de 5%, según informan expertos del área, para quienes se trata de un fenómeno inusual que no se corresponde con una mejora de los procesos productivos.

“La situación es dramática y especialmente en las industrias donde hay comedor, donde se observa que muchos trabajadores ni siquiera ingieren los alimentos sino que se los llevan a la casa”, afirma Maryolga Girán, especialista en derecho laboral, agregando que por primera vez en varios años se ha logrado reducir el ausentismo, pero no para preservar el empleo sino para comer. “Hay hambre y mucha”, dice.

Aunque no existe un dato preciso, hasta finales del año pasado diversos gremios empresariales estimaban que el ausentismo laboral alcanzó niveles de entre 25% y 30%. Incluso Fedecámaras Lara ubicó el indicador en 36% e incluso se reportaron casos extremos como Toyota de Venezuela, donde el ausentismo llegó a 60%.

Pero la crisis actual cambió todo el panorama. “Encontramos que en las empresas del centro del país donde el ausentismo está por debajo de 1%”, señala Aurelio Concheso, presidente de la Comisión de Asuntos Laboral de Fedecámaras y director de la firma Transparencia Venezuela, cuyos datos coinciden con los de Girán, quien afirma que en algunas industrias el ausentismo de ubica hasta en 0,7%, la cifra más baja.

– Comida para llevar –

De acuerdo con los expertos, la situación ha comenzado a afectar a muchas unidades de producción, no solo porque se han incrementado los costos de la alimentación sino por las dificultades que tienen para hacerse con los insumos necesarios.

Ello ha conllevado a varias empresas a reglamentar el uso del comedor, en el sentido de que los trabajadores deben comer a una hora determinada o restringir la comida a una sola, pues muchos empleados llegan a las fábricas antes de su hora a fin de aprovechar la jornada de comida anterior.

Los expertos señalan que lo más elocuente de la severidad de la crisis se evidencia cuando se comprueba que muchos trabajadores no comen su ración y la guardan para llevarla a sus casas. “Esto era algo que sucedía desde hacía mucho en el caso de las trabajadoras, que guardaban su comida para llevarla a sus hijos. Ahora lo estamos viendo también en el caso de los hombres”, afirma Girán, quien agrega que se ha observado a trabajadores de reposo o ausentes por permisos, van a la empresa para comer.

“Las consecuencias es que estamos observando muchos desmayos por desnutrición”, agrega un empresario del sector de los servicios que prefiere el anonimato, quien señala que el caso de las empresas que no cuentan con comedor o en el sector comercial, se han incrementado las solicitudes de permisos para hacer colas a fin de comprar alimentos.

Esta situación ha disparado las acciones de solidaridad. En el caso de las industrias, están tratando de conseguir alimentos que son vendidos a precios de costo a sus trabajadores, e incluso se han realizado encuestas para conocer la situación de salud del entorno familiar de los trabajadores, con el objeto de donar aquellas medicinas que requieran, en especial por enfermedades comunes y de uso pediátrico.

“Estamos haciendo colectas para que los trabajadores de menos ingresos coman al menos una vez al día”, dijo el empresario que optó por reservas su identidad, agregando que muchas veces es la única ingesta que logran hacer pues el alimentos que logran comprar se destina a los hijos.

– Pesada carga –

Además del alza de los costos por el incremento de los insumos, las empresas deben enfrentar un incremento adicional en los gastos alimenticios de sus trabajadores, toda vez que el en el marco de estado de excepción y emergencia económica dictado por el gobierno nacional en mayo pasado, señala que las empresas con comedor, además de brindar la comida reglamentaria, deben cancelar tickets de alimentación.

Maryolga Girán explica que el decreto-ley deroga el artículo 4 de la Ley de Cestaticket Socialista, según el cual los patronos tenían la opción de ofrecer la comida diaria o el ticket. “El estado de excepción suprime ese postulado y las empresas deben entregar ambos beneficios mientras dure la emergencia”, dice la experta.

“Esto es una perforación completa de la Ley que puede ser muy peligrosa”, agrega Concheso, quien alude que se violenta todo el estamento jurídico establecido por la Ley de Alimentación puesta en vigencia en la llamada cuarta república.

Esto significa que los trabajadores venezolanos recibirán ambos beneficios hasta el próximo 13 de septiembre, fecha en la que expira el decreto de estado de excepción que no puede ser prorrogado por mandato expreso constitucional, aunque los expertos no descartan que se promulgue un nuevo decreto que extienda la disposición.

Sin embargo, estas no son las únicas prebendas que mantienen en jaque las finanzas de muchas compañías, pues a fin de descargar el peso de las prestaciones sociales muchas empresas han acordado bonificaciones especiales por la vía de la contratación colectiva, lo que significa que muchos trabajadores reciben triple beneficio alimentario. “Para muchas compañías esta es una carga ya imposible de llevar”, concluye Girán.

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