Economía

Dolarizar no debe ser el primer paso de un plan de estabilización económica

El tema de la dolarización de la economía en Venezuela sigue siendo objeto de debate. Para algunos economistas es una opción valedera para resolver la hiperinflación, mientras que para otros no es la panacea a los problemas actuales del país.  

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Foto: Ahiana Figueroa

Uno de los efectos positivos de la dolarización en una economía hiperinflacionaria como la venezolana es su completa eliminación, sin embargo, algunos analistas no se terminan de convencer ya que advierten que el país perdería control sobre su política monetaria.
Venezuela entró en un proceso hiperinflacionario desde finales del año 2017 y hasta la fecha, el alza de los precios ha alcanzado una tasa de hasta 90% mensual. Esta situación afecta de manera directa el poder de compra de los venezolanos, quienes muestran desconcierto ante esta espiral inflacionaria.
A juicio del economista jefe del banco de inversión Torino Capital, Francisco Rodríguez, aplicar un plan de estabilización puede hacerse cuesta arriba en un ambiente de alta incertidumbre y desconfianza, por lo que sostiene que se debe considerar la posibilidad de una dolarización para Venezuela.
«El beneficio de adoptar un anclaje irreversible en este momento es que detendría en seco la hiperinflación, evita tenerla por más tiempo y así el alto riesgo de la contracción que podría producirse si el gobierno desea estabilizar la economía y mantener la moneda», indicó durante su participación en el foro «¿Dolarizar para estabilizar? ¿El petro: Realidad o fantasía?», organizado por la Universidad Metropolitana.
Resalta que el gasto público se ha desplomado por la hiperinflación, al igual que los salarios de los trabajadores. «Yo sí creo que la dolarización puede funcionar muy bien para Venezuela», especialmente porque la economía no resiste más la restricción fiscal (…) Solo dolarizando evitamos que los salarios se pulvericen cinco veces más. Es suficiente con un año de hiperinflación».
El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, Ronald Balza, reiteró su posición sobre lo que se perdería en el país de llevarse a cabo una dolarización. «Dolarizar no resuelve los problemas», dijo y explica que al aplicarse el Banco Central de Venezuela (BCV) perdería el control de la política monetaria.
«El problema en sí no es la hiperinflación, sino el déficit fiscal y su financiamiento vía emisión monetaria (…) Eliminar el bolívar no asegura mayor poder de compra ni corrige conductas históricamente indeseables».
Reitera que se debe ser muy cuidadoso a la hora de dolarizar, ya que podría afectar a sectores como la banca y a los trabajadores. «Muchas cosas no quedan claras en un plan de dolarización. No se puede dar el primer paso en un plan para estabilizar la economía con una dolarización».
Francisco Rodríguez señala que aunque es cierto que Venezuela pagaría costos a largo plazo al sacrificar su capacidad de determinar su propio tipo de cambio y política monetaria, acota que en cualquier decisión de política pública se deben evaluar sus costos y beneficios.
El diputado de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, José Guerra, explica que dolarizar se emplea cuando han fracasado otros programas para estabilizar con otras reglas.
«La dolarización es la medida más dura. La economía está dolarizada de facto o de manera parcial, pero tenemos todas sus desventajas y ninguna de sus virtudes. A estas alturas yo estoy abierto a cualquier cosa con respecto a la dolarización. Esta crisis no se puede resolver a punta de devaluaciones y esta hiperinflación no se puede atender con políticas económicas convencionales», afirmó en el foro de la Unimet.
Sin embargo, Ronald Balza señala que Venezuela no está dolarizada de facto. «La dolarización no ha ocurrido aún, ni oficial ni no oficial. El hecho de que se paguen cosas a precios de dólar (paralelo) solo quiere decir que se están importando cosas».
Guerra es partidario de la puesta en marcha de un tipo de cambio fijo por un tiempo determinado, acompañado de una ley de responsabilidad fiscal, de manera de mejorar las expectativas para luego abrir el mercado cambiario y permitir la variación del tipo de cambio.
«He llegado casi al convencimiento de que Venezuela debe prescindir del bolívar. Me gustaría un esquema de control fiscal, quitar el control de cambio, que Pdvsa venda a un tipo de cambio flexible, ajustar las tarifas que están rezagadas y ajustar la política monetaria», dijo.]]>

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