La autorización del uso del dólar a Cuba fue anunciada el pasado 16 de marzo por la administración del presidente estadounidense, Barack Obama, dentro de un nuevo paquete de medidas ejecutivas para aliviar el impacto del embargo sobre la isla.
Como respuesta, Cuba indicó que eliminaría el gravamen del 10 por ciento al uso del dólar dentro de la isla, pero sólo cuando comprobaran que sí podían realizar transacciones con entidades financieras internacionales en esa moneda, algo que aún no ha sucedido.
La información de Cubadebate recuerda que la «persecución financiera» contra bancos de terceros países que operan con Cuba «ha generado multas por más de diez mil millones de dólares en los últimos tres años», además de no permitir a los bancos cubanos tener cuentas de corresponsalía en EE.UU., «encareciendo y alargando innecesariamente trámites».
Cuba denuncia que, a pesar de levantar las restricciones, las entidades financieras internacionales todavía temen operar con Cuba por el efecto intimidatorio que durante décadas han tenido las sanciones.