«La pertenencia a la Unión Europea no solo ha hecho del Reino Unido una economía más rica, sino también lo ha hecho un país más diverso, más excitante y más creativo», indicó Lagarde durante una conferencia organizada por el Ministerio de Finanzas de Austria.
La experta francesa recordó que, si bien hay personas que están en apuros en este escenario, «para la mayoría de los ciudadanos, (la UE) ha sido una gran historia de éxito».
Aunque reconoció que son los británicos los que deben decidir, Lagarde dijo que el FMI considera firmemente que hay riesgos negativos asociados a una salida del Reino Unido de la UE, conocida como «brexit».
Lagarde dijo que el incremento del volumen de negocio asociado a ser miembro de la UE no habría ocurrido y aseguró que, con más comercio, vienen más inversiones.
Un proceso que, dijo, ha permitido a la industria británica integrarse en la cadena de suministro de Europa en sectores como el aeroespacial o el automotriz.
Lagarde reconoció que la llegada de emigrantes y refugiados influye en el referéndum británico de permanencia en la UE.
Al respecto, indicó que ese país se ha beneficiado de la llegada de trabajadores de todo el mundo.
La directora del FMI dijo que siempre ha admirado al Reino Unido por su apertura hacia otras nacionalidades y culturas, y reconoció que es difícil creer «que esas actitudes hayan cambiado en un periodo de tiempo tan breve».
Con todo, Lagarde reconoció que hoy día demasiados europeos están preocupados por su identidad cultural y sus empleos, y a muchos se les está haciendo creer que «las cosas serían mejores si Europa regresa a las fronteras cerradas y el nacionalismo económico».
Lagarde pidió combatir esa visión negativa y que los europeos que creen que sólo una Europa unida puede ser próspera deben dar un paso adelante y levantar su voz.
Respecto al tema emigración, la exministra de Economía de Francia afirmó que los datos y análisis objetivos muestran que los refugiados pueden añadir valor a las economías de los países de acogida sin quitárselo.
Además, se mostró convencida de que la UE tiene la capacidad de superar esta «crisis humanitaria» si está determinada a hacerlo.
Por su parte, el ministro austríaco de Finanzas, Hans Jörg Schelling, expresó su confianza en que los británicos sean «suficientemente sabios como para quedarse».
Schelling incluso planteó que de producirse el «brexit», el Reino Unido como tal podría dejar de existir debido al deseo de algunas de sus regiones, como Escocia, de permanecer en el club comunitario.