L o que se aprecia desde la carretera de la Costa (Troncal 9, Anzoátegui), a la altura del Complejo Criogénico “José Antonio Anzoátegui” (Jose), no son montañas comunes. Lo primero que salta a la vista cuando se les observa a la distancia es su color: son negras y aunque asemejan una especie de cordillera de unos 30 metros de altura en sus picos más altos, no son formaciones naturales. Son, de hecho, pilas enormes de coque de petróleo que comenzaron a acumularse en los patios del criogénico hace seis años y crecen a razón de 15 mil toneladas diarias.
No hay acuerdo en cuanto a la cantidad exacta de coque (petcoke, por sus siglas en inglés) que hasta la fecha hay apilado en el Complejo.
El ex-dirigente sindical de Sutrapetrorinoco, José Salas, desincorporado de Petroanzoátegui a finales de enero, estima que en los cinco patios del Criogénico que han sido dispuestos para el almacenamiento del residuo hay aproximadamente 40 millones de toneladas.
La cifra que maneja el diputado a la Asamblea Nacional (AN) por Anzoátegui, Carlos Michelangeli, aunque también elevada, es mucho más discreta. El parlamentario, que en reiteradas ocasiones ha denunciado el caso ante diferentes instancias gubernamentales, estima las toneladas en 18 millones.
La última cifra oficial disponible la dio a conocer Pedro León Rodríguez, director ejecutivo de la Faja Petrolífera del Orinoco “Hugo Chávez” (FPO), en una reunión con la Comisión Permanente de Petróleo y Minería de la Asamblea Nacional (AN), a finales del año pasado. Entonces, León Rodríguez estimó las toneladas almacenadas en 10 millones.
Hay dos razones fundamentales por las cuales las inusuales montañas localizadas en Jose son un problema: la primera, el hidrocarburo es altamente contaminante; la segunda, el desaprovechamiento del elemento sólido que se extrae del petróleo pesado y extrapesado durante el proceso de refinación para hacerlo más comercial.
A finales de 2014, Michelangeli calculó que los 18 millones de toneladas del subproducto apiladas en Anzoátegui equivalían a poco más de 1,4 mil millones de dólares, a razón de $80 la tonelada.
En 2014 el precio promedio de la tonelada de coque rondaba los $80. En base a ese precio referencial, las 15.000 toneladas que a diario se producen en el Criogénico deben tener un valor aproximado en el mercado de $1,2 millones, así que, de ser exportadas mensualmente, reportarían al país $36 millones de dólares, y anualmente $432 millones, estima Michelangeli.
Al tipo de cambio más bajo de Bs 6,30 por dólar, la exportación de coque representaría unos Bs 7,5 millones diarios, unos Bs 226,8 millones mensuales o Bs 2,72 mil millones al año.
– Contingencia eterna –
Trabajadores de Petróleos de Venezuela aseguran que el declive del parque industrial oriental, particularmente de los muelles de exportación de sólidos, comenzó con la nacionalización de la petrolera en 2007. Pero la verdadera tragedia se materializó hace seis años: el 3 de enero de 2009, a las 5:00 am, un incendio en uno de los terminales de embarque del Complejo Criogénico “José Antonio Anzoátegui” acabó con la banda que transportaba el coque a los buques exportadores.
Desde entonces, el conjunto industrial fue declarado en emergencia y hasta la fecha se mantiene la contingencia. “Todo sigue más o menos igual”, dijo José Bodas, sindicalista de la refinería Puerto La Cruz.
Antes del incendio en el Criogénico de Jose, que desde 2001 recibe subproductos sólidos sustraídos del petróleo extrapesado de la FPO en los mejoradores Petromonagas, Petroanzoátegui, Petropiar, Petrocedeño (antiguamente Cerro Negro, Petrozuata, Ameriven y Sincor), la exportación de coque era rentable –algunos años más que otros.
La transnacional Koch Terminales Sólidos era la encargada de las labores de colocación en los barcos, y su casa matriz, Koch Mineral C.A. se encargaba de la comercialización en el extranjero (el coque venezolano era comprado por Holanda, Turquía, Italia y Brasil).
En 2004, Venezuela era el segundo productor de coque del mundo con 15.000 toneladas diarias, provenientes de los 800.000 barriles de crudo mejorados a diario en el Criogénico. Todo lo que se producía era vendido. Más tarde, el país fue desplazado por China.
Salas recuerda que antes de nacionalización, en los muelles de Jose se despachaban de ocho a nueve barcos por mes, cada uno con 50 mil toneladas de sólidos (entre coque y azufre). A seis años del incendio, período en el que no han faltado las promesas y proyectos sin concretar, de los terminales de embarque orientales parten mensualmente de uno a tres barcos. “Lo que significa que estamos operando a un 30% o 35%, pese a que han sido asignadas cuatro partidas para la restauración del muelle”, puntualizó el ex dirigente sindical.
De acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Petróleo y Minería 2014, de los muelles de Jose salieron 38 mil barriles diarios de coque y azufre.
A finales del año pasado, Rodríguez León, director ejecutivo de la FPO; Freddy Rojas, gerente de Salud Corporativa de Pdvsa; y Juan José García, gerente de Manejo, Uso e Industrialización del Coque y Azufre de la Dirección Ejecutiva de Nuevos Desarrollos, dijeron a la Comisión Permanente de Petróleo y Minería de la AN que “la solución a la situación de contingencia que se presenta con el coque es la industrialización del mismo, para lo cual se están realizando pruebas que respalden proyectos presentados”.
– La mafia del coque –
Luego del siniestro de 2009 la línea de transporte nunca fue reparada; en cambio, fueron contratadas volquetas (vehículos de carga pesada) para trasladar el residuo sólido desde los mejoradores a los patios.
Michelangeli, Salas, Bodas y otros diputados y petroleros que han denunciado persistentemente las irregularidades en el Criogénico de Jose están convencidos de algo: el accidente que atrofió el para entonces precario mercado de exportación de coque venezolano, le abrió la puerta a la “mafia del coque”.
En los últimos años varias empresas han recibido adjudicaciones directas, apoyadas en “emergencias”, para transportar coque (y otros sólidos) dentro del Complejo. Las contratistas se han ocupado principalmente de apilar las montañas del subproducto en casi una treintena de hectáreas de terreno al aire libre.
La Constructora Urbano Fermín Compañía Anónima (Cuferca) y T&C Services Compañía Anónima han sido las principales adjudicatarias.
La contratación de estas dos empresas ha generado un importante gasto al Estado. Ambas han sido receptoras de cuantiosas sumas de dinero.
Michelangeli explicó que “las 205 unidades, entre gandolas y camiones, que emplean las contratistas para trasladar los sólidos tienen un costo mensual estimado de Bs 369 millones, lo que en un año es igual a Bs 4,42 mil millones, monto muy superior al presupuesto del estado Anzoátegui para el ejercicio fiscal de 2014 (Bs 3,54 mil millones)”.
Aclaró que dentro de esos cálculos no se incluyen el costo de las cisternas (con las que se riegan las montañas para reducir su toxicidad), ni el de la construcción de alumbrado en las pilas de coque, así como tampoco otros aspectos de los contratos de servicios suscritos con Cuferca y T&C Services.
Cuferca (RIF: J-31129819-3), cuyo presidente, de acuerdo con el Registro Nacional de Contratistas (RNC), es Carlos Enrique Urbano Fermín, fue creada en 2008. Desde entonces, la compañía ha tenido una estrecha relación laboral con las alcaldías de los municipios Guanta y Sotillo (norte de Anzoátegui), ambos con alcaldes militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), así como también con Pdvsa.
De esas tres entidades ha recibido de esas tres instituciones gran cantidad de contratos en obras públicas. Su capacidad de contratación era al cierre de 2013 (a cinco años de su creación) de Bs 3,49 mil millones.
En octubre de 2014 el empresario Carlos Enrique Urbano Fermín, conjuntamente con sus hermanos Carlos Esteban y Carlos Eduardo, adquirieron el diario regional El Norte, del estado Anzoátegui.
En 2007 fueron demandados, a través de sus empresas, A & J 3000, C.A y Premezclados y agregado Los Llanos, porque le debían beneficios laborales al ciudadano Manuel Rangel. En años recientes, trabajadores de Cuferca han protestado también por beneficios laborales.
Los trabajadores de Cuferca que operan maquinaria en los patios de coque del Criogénico de Jose (alrededor de 300 trabajadores tercerizados) “laboran en condiciones inseguras, no tienen seguridad social, ni comedor, ni beneficios de Pdvsa”, indicó Bodas.
El caso T&C Services (RIF: J-30678842-5) es otra historia. La compañía cuyo presidente es Marcos Leonardo Troconis Olivares fue creada en el año 2000, pocos meses antes de la puesta en funcionamiento de los mejoradores de crudo. A la fecha todo su trabajo ha sido dentro del Complejo Criogénico, antes con privadas (Cerro Negro, Ameriven y Petrozuata), y ahora con Pdvsa. Su capacidad de contratación al cierre 2013 era de Bs 343,8 millones.
Fueron demandados en 2006 por el ciudadano Alexis Jáuregui, ex-trabajador de la compañía.
Además de que los servicios que prestan al Criogénico, la contratación de las intermediarias en los últimos años ha sido muy costoso, Bodas asegura que el transporte que usan para el traslado del coque no es el que (por normas de seguridad) debería ser empleado, por lo cual “la toxicidad de los subproductos, ocasiona lesiones importantes a la salud de los trabajadores y daña muy rápido la maquinaria, inutilizándolas y obligando a la adquisición o alquiler de otras nuevas”.
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