Economía

Entre ganar el partido y dinero extra se vivió el juego Venezuela-Colombia

El encuentro no solo fue visto como una ocasión para desviar los problemas que aquejan a los venezolanos en materia económica, política y social. Fue una oportunidad de negocio en la que no solo los establecimientos formales (hoteles, restaurantes, posadas y ferias de comida rápida) estaban abarrotados. Los vendedores informales también hicieron su agosto.

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Ventas en San Cristóbal
Fotos: Rosalinda Hernández

Perros calientes, pasteles, jugos, refrescos, tortas, quesillos, franelas, gorras, cornetas, eran parte del arsenal comercial que, tanto en bolívares como en pesos colombianos, se vendía a lo largo de la avenida España de San Cristóbal, vía obligada para llegar al “Templo Sagrado” del fútbol nacional.
Los vendedores informales de franelas y gorras de los equipos señalaron que no había sido fácil mover la mercancía en San Cristóbal. La mayoría de ellos siempre trabaja con la venta de artículos deportivos y viajaron desde el centro del país (Caracas, Valencia, Maracay y Barquisimeto) para aprovechar la temporada y hacerse de un dinero extra.
Venta franelas
Yolanda Jiménez llegó de Caracas y dijo a El Estímulo que las ventas han estado regulares y solo mostraron un leve repunte durante el día del juego.
Al pago de hotel, comida y transporte, se suman las unidades tributarias que exigió la alcaldía de San Cristóbal para permitir el trabajo en las avenidas.
“Es una alternativa para agregar un valor a la economía familiar. Ha sido un buen momento para hacerse un dinero extra. Yo vendí pasteles, jugos, agua y maltas, y me fue bien”, dijo Gerson Rondón.
“Hay que salir a buscar a Dios”, dijo Oscar Pinto, quien viajó desde Barquisimeto hasta San Cristóbal con su hermano Abel para vender los artículos en la calle.
“El problema que he tenido es que no hay efectivo para que los clientes nos paguen las camisas. Tuve que alquilar un punto y nos cobran el 15% sobre la venta, dinero que le cobramos al comprador que accede, a veces, si no puede traer los billetes. Otras veces se van sin concretar la venta porque el costo aumenta unos 12.000 o 15.000 bolívares”.
Uno de los sectores que presentó un breve repunte en sus ganancias fue el transporte público y gubernamental que no cesaba de trasladar a decenas de personas en los accesos más cercanos al estadio tachirense.
Transporte San Cristóbal
Con tarifas que oscilaban entre 200 y 300 bolívares el pasaje corto de autobuses y entre 5.000 y 6.000 bolívares en trayectos cortos de taxis, las unidades de transporte no cesaban de movilizar a fanáticos que se calculan en unos 40.000 espectadores.
– Fanáticos de todas partes –
Provenientes de distintos estados del país y de diversos departamentos de la geografía colombiana, la fanaticada deportiva llegó desde tempranas horas de la mañana a la avenida España de la capital tachirense, puerta de acceso al estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo.
Al mal tiempo buena cara, dijo Pedro Almeida quien venía de San Antonio del Táchira y dijo a El Estímulo que a pesar de la situación que vive el país “hay que salir de la rutina y olvidar por unas horas la graves crisis”.
Con alegría, toque de bandas y ataviados con franelas de las selecciones que disputaron el partido, los espectadores tuvieron distintas apreciaciones sobre el encuentro. Gonzalo Correa lo catalogó como “un partido de honor donde a pesar de estarse jugando una importante puntuación, representa todo un clásico, algo comparado como un juego Caracas-Magallanes”.
Dijo que a pesar de que la Vinotinto está eliminada la gente quería ganarle a Colombia con un marcador “tres a cero lo que era posible por la camada de muchachos de la Sub-20 que tenemos”.
– Masiva presencia de colombianos –
Los aficionados colombianos llegaron con la expectativa de cerrar el juego “tres a cero”, contando con figuras como Falcao, Cuadrado y Cardona. A pesar de admirar el dispositivo de seguridad que se desplegó desde los puentes internacionales, se quejaron de que la frontera permanezca aún cerrada para el paso vehicular.
La mayoría de los consultados lamentó la situación de los venezolanos que “mendigan en las calles de Cúcuta” y aseguró no sentir ningún afecto por el presidente venezolano Nicolás Maduro, como este lo ha dejado saber en distintas oportunidades.
Pastor Rincón llegó de Cúcuta con toda su familia. Pudo adquirir las entradas en Venezuela sin ningún problema porque tiene cédula de residente en el país.
No corrieron con la misma suerte Hugo Zabal y su novia, que tuvieron que “colaborar” con dinero para que les vendieran entradas con pasaporte colombiano en San Cristóbal.
Por más de 16 horas desde Cali hasta Cúcuta viajó Jhon Peña. No vino solo, estaba acompañado de más de 10 amigos que apostaban un marcador de 2 a 1 a favor de Colombia.
Los aficionados locales coincidieron en que el dispositivo de seguridad desplegado en Táchira a propósito del encuentro Venezuela-Colombia, debería funcionar constantemente como se está haciendo para el partido de fútbol.
“Los sancristobalenses estamos sorprendidos al ver tanta seguridad en las calles. Si esto fuera así siempre tuviéramos la mejor ciudad con vigilancia constante pero lamentablemente no es así y es por eso que la delincuencia se ha apoderado de nuestras calles y a diario vemos atracos, nos roban los teléfonos y andamos en la calle con temor”, dijo ángel Colmenares.]]>

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