A su parecer, la crisis acentuada por la caída de los precios del petróleo ha afectado a la industria automotriz que va en caída libre. “Desde 2014 no hemos levantado cabeza. Cada año ha sido peor”, dijo.
El vocero sindical advirtió que en este momento hay empresas cuya producción está en cero, como Mitsubishi, en Barcelona (Anzoátegui) o peor aún como ocurrió con General Motors en Valencia (Carabobo) que tomó la decisión de cesar sus operaciones en Venezuela.
Sobre la modalidad de venta dual de vehículos, en dólares y bolívares, Pereira señaló que antes importaban un kit de materia prima con una solicitud de importación y otorgamiento de divisas por parte del Estado y con eso se fabricaba un vehículo que era vendido en bolívares. Ahora es al contrario, primero tiene que venderse el carro para que a través de particulares se obtengan las divisas que permitan encargar la materia prima, después se fabrica y luego se entrega.
“La operatividad de las ensambladoras parte de la comercialización y no es la condición natural porque estamos dependiendo de la cadena de comercialización para fabricar un vehículo y eso no es lo correcto”.
Dijo que existe preocupación entre los trabajadores de la planta de Encava, ubicada en Carabobo, porque debían reanudar labores el lunes pasado, luego de mantenerse en casa por adelanto de vacaciones.
La empresa había solicitado a la Inspectoría del Trabajo la suspensión de la relación de trabajo, “pero eso aún no está acordado”.
Señaló que los 260 trabajadores que acudieron a Encava consiguieron las puertas cerradas y no pudieron ingresar a la planta. “La empresa está imponiendo a la fuerza esa suspensión”.
La ensambladora de autobuses y busetas llegó a tener 1.200 empleados y ahora solo quedan 260.