Economía

La burbuja del Black Friday en Venezuela ¿Qué tan mal estamos en realidad?

Esta tradición estadounidense que se ha expandido por todo el mundo llegó a Venezuela este año con más fuerza que nunca, aun cuando el país cumple ya más de dos años en un ciclo hiperinflacionario y un 50% de la población percibiendo ingresos que apenas alcanzan para comer

Black Friday
Daniel Hernández / Andrés Martínez |El Estímulo / El Interés
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Tal cual como en el Dakazo de 2013, donde personas esperaban afuera en largas filas para comprar electrodomésticos a precios irreales por regulaciones del gobierno, hoy sucedió lo mismo en el Black Friday venezolano.

Desde la mañana, la gente hizo colas afuera de algunos centros comerciales para empezar a comprar, aunque esta vez la política de libre mercado estaba de por medio, y pese a que la gente entró corriendo a los locales, no hubo saqueos ni pérdidas millonarias para los comerciantes como en aquella oportunidad.

Esta tradición estadounidense que se ha expandido por todo el mundo llegó a Venezuela este año con más fuerza que nunca, aun cuando el país cumple ya más de dos años en un ciclo hiperinflacionario y un 50% de la población percibiendo ingresos que apenas alcanzan para comer.

Sambil, el epicentro del Black Friday en Caracas

En Caracas, el Centro Comercial Sambil fue el epicentro de esta tradición extranjera ahora extrapolada a una Venezuela que sufre su peor crisis económica en la historia moderna. Las tiendas en este recinto ofrecían descuentos de hasta 80% y pesar de la posibilidad de una poca afluencia, sucedió todo lo contrario. No cabía un alma.

En horas de la mañana, aproximadamente a las 10:00 am, el recinto abrió sus puertas e inmediatamente la gente salió corriendo a comprar. El centro comercial había anunciado toda una campaña por redes sociales promocionando un horario corrido hasta la media noche para que la gente pudiera aprovechar las ofertas.

Agregado a esto, las tiendas también aplicaron estrategias de marketing para atraer clientes. En varios locales del centro comercial habían dj’s, animadores y música muy alta que buscaba transmitir un ambiente que hasta cierto punto era de celebración.

La gente compraba ropa, zapatos, electrodomésticos, de todo; en un país donde cada vez es más común ver gente comiendo de la basura. Pero, ¿a qué se debe esto?

La crisis es una realidad al igual que la inestabilidad económica. No obstante, este año entraron varios factores en el juego que permitieron a algunos entrar en esta burbuja de consumo.

Dolarización transaccional

Este año el régimen chavista levantó el control de cambio, lo que permite una circulación más libre de divisas dentro del país, algo muy diferente a años anteriores. En consonancia con esto, la firma Ecoanalítica explica que para este año un 50% de la población tiene acceso a moneda dura.

De este 50%, 15% tiene ingresos altos en moneda extranjera mientras que el 35% restante usa este tipo de remuneración para sobrevivir el día a día. El economista experto en consumo Francisco Allen explica que este fenómeno es lo que ha permitido observar un aumento en el consumo para los mercados de nicho durante este último trimestre.

Ecoanalítica también explicó que para junio de este año, un 40% de las transacciones en Venezuela se hacían en dólares. De la misma manera, el director de la firma Asdrúbal Oliveros escribió en su Twitter que cada vez más venezolanos manejan dólares y lo que buscan es comprar. Para él, esta reacción es lógica.

«Es una población que tiene 6 años padeciendo una crisis sin precedentes. Necesitan un poco de satisfacción. Y además tampoco es que la factura promocional sea muy alta. Las cosas hay que verlas en su justa dimensión. El «Black Friday» venezolano no es equiparable al del resto del mundo», escribió el experto en su cuenta de Twitter.

En otros países, las ofertas del Black Friday pueden llegar incluso hasta un 95%, sin embargo, en Venezuela el promedio de los descuentos se ubica entre 30 y 80% en los casos más atípicos.

La crisis sigue

Pese a la burbuja de consumo, esto no quiere decir que hay una recuperación económica. De hecho, las proyecciones económicas para el 2020 no son alentadoras, pues Ecoanalítica espera que el PIB se contraiga otro 10% y las reservas nacionales se reduzcan en más de mil millones de dólares.

El recorrido de El Interés por el Centro Comercial Sambil ciertamente dejó ver una gran cantidad de personas aprovechando las ofertas. No obstante, las tiendas con más afluencia de personas eran las que ofrecían mejores precios.

Tiendas como Aishop y Ciudad Alternativa ofrecían precios que partían desde los 5 y 7 dólares con sus descuentos. La zapatería Apolo tenía todo su inventario a mitad de precio y un par de zapatos venía costando aproximadamente 20 dólares, según indicó personal de la sucursal a El Interés.

A medida que los precios iban subiendo, la cantidad de gente era menor en cada tienda. Prueba de esto es la sucursal de Carolina Herrera que se encontraba prácticamente vacía al igual que Martina Buenos Aires que tenía descuentos de hasta 80% y una prenda podía quedar en unos 15 dólares aproximadamente.

La burbuja en las principales ciudades

Este fenómeno que el economista Luis Oliveros cataloga como una «burbuja de consumo», se vio más que todo en Caracas y en las principales ciudades del país, como lo son Barquisimeto, Maracay y Valencia. Esto contrasta también con los datos de Ecoanalítica que ubican a estas urbes como las localidades donde más se tranza con dólares.

En el resto del país la realidad es otra pues la crisis se mantiene, la hiperinflación también, el PIB sigue en caída y los pronósticos para el 2020 no son alentadores.

La euforia de la gente en redes sociales revela que hay una idea errónea de que el país se está recuperando económicamente. Henkel García, director de Econométrica, explica que este año hay un ambiente de mayores libertades que permite a una parte de la población consumir más.

La economía sigue en un estado precario. García señala que para hablar de una recuperación es necesaria una reforma completa en la economía, que para él es imposible sin un cambio político.

Desde el 2014, el PIB se ha reducido más de un 50% y la gestión del Banco Central deja ver que la corriente ideológica que preside a Venezuela desde hace 20 años es totalmente inviable. Fedecámaras reveló a mediados de año que desde 1998 —año en el que el chavismo llegó al poder— se han cerrado más 370.000 empresas privadas y el reto para el futuro es lograr mantener abiertas las que quedan —270.000, según la entidad gremial—.

Sin embargo, esta celebración implica un aspecto positivo para la empresa privada. Asdrúbal Oliveros comentó en su Twitter que esta iniciativa del Black Friday permite al sector privado mantenerse en pie en medio de la peor debacle económica que ha vivido el país.

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