Empresas y Negocios

Las marcas comerciales en tiempos de coronavirus

Para directores, gerentes o emprendedores es fundamental, además de adoptar medidas en respuesta a las necesidades urgentes con sus respectivos equipos, instaurar desde ya un pensamiento genuinamente transformador, pues el mundo no volverá a ser el mismo

Las marcas
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Hace poco más de un año, las marcas, las empresas, el país entero debió afrontar una situación que no esperábamos vivir: el apagón nacional. Ahora tenemos la misma sensación con la llegada del coronavirus, con la diferencia de que es una situación que se replica a escala global.

Muchas empresas, a estas alturas, ya habrán avanzado en un plan de acción que les permita seguir desarrollando una actividad fluida en medio de las circunstancias. Conforme pasan los días, es probable que aprendamos nuevas habilidades para el seguimiento del trabajo a distancia y en equipo.

Sin embargo, también es válido reflexionar o cuestionarnos sobre el valor de nuestra marca en estos momentos, y en cómo esta va a evolucionar una vez superada la pandemia.

Como directores, gerentes, emprendedores es necesario que, además de tomar acción para atender las necesidades urgentes con los respectivos equipos, nos centremos en adoptar, desde ya, un pensamiento esencialmente transformador, ya que el mundo no volverá a ser igual

Una mirada al futuro

El comportamiento, no solo de consumo sino, en general, de la vida, cambiará. Se deberá trabajar para poder afrontar cambios inesperados, y vaya que en Venezuela se han presentado situaciones que han servido de entrenamiento. Pero la vulnerabilidad está a flor de piel, cuando vemos que las principales economías del mundo se tambalean. El aporte tangible que, humildemente, podemos dar, es más conocimiento. 

Hoy, más que nunca, el saber debe estar en el encabezado principal de las organizaciones. Es vital asumir el conocimiento como la herramienta que permite el avance y la toma de decisiones más acertadas. El objetivo es lograr que las empresas, el personal y las audiencias estén cada vez más preparados para contribuir con cambios profundos que repercutan en la sociedad.

Somos testigos presenciales de cómo las personas pueden propiciar el bienestar común. Ciertamente, las marcas y empresas están tomando las riendas desde su espacio natural, con mensajes e insumos que son de gran ayuda para las personas. Sin embargo, esta es una acción que debe mantenerse en el tiempo y transformarse en un lineamiento y una política.

Diferencias que aportan

El mundo reclama cambios profundos y este es el momento propicio para reinventarse, asumiendo este término desde la perspectiva de la adaptación. Es menester adaptarse a la nueva realidad que nos encara sin aviso, pero que nos transforma y nos invita a crear nuevos mecanismos de atención a las audiencias y los equipos de trabajo.

No se trata solo de reactivar las bases de datos ─que tenían telarañas-─, de descargar la última aplicación para el seguimiento de tareas ni de apresurarse a hablar mediante  lives o streaming en las redes, como mera reacción porque las otras marcas lo están haciendo. En situaciones de crisis también es bueno callar, sobre todo cuando se trata de empresas cuyo rol en la actual situación no es central en términos de utilidad.

En cambio, otras empresas sí pueden tener una participación más activa, como hemos visto con las que integran los sectores licorero y de perfumería. Estas han donado millares de litros de alcohol para contribuir a enfrentar la emergencia. Otras compañías han asegurado pagar a sus empleados, a pesar del cierre forzoso por la pandemia. Los cambios exigen mucho más que adaptaciones de logo, que también son válidos, claro está. Y es que, más allá de la inteligencia emocional y de la influencia social, la acción debe estar orientada a la adaptación que, como empresas y marcas, tienen que adoptar en relación con las personas. Se trata, pues, de ser oportunos.

Nuevas estrategias, nuevas realidades

La actual coyuntura planetaria nos invita a adaptarnos a la nueva realidad empleando un enfoque novedoso, lo mismo que a ejercitar la empatía con el personal y las audiencias, ahora que ambos son más vulnerables.

Apegados, por supuesto, a los valores que las representan, como guía principal de su estrategia para encarar el futuro. Y, por sobre todas las cosas, aprender cuál es el mejor momento para hablar.

Para las empresas, es momento de abrir espacio a los especialistas en salud y a los líderes mundiales para que actúen como guías. Y, en sintonía con ello, tomar las mejores decisiones para construir el valor que tienen como marca en medio de esta crisis.

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