La liquidez monetaria al cierre del 7 de agosto se ubicó en 2,81 billones de bolívares, un salto de 87,42% en comparación con los 1,49 billones de bolívares que el público mantenía en su poder hasta el 8 de agosto de 2014, en tanto que en igual período del año pasado había aumentado 70,7%. La velocidad con la que el Banco Central de Venezuela imprime billetes ha ido en aumento a la par de la caída del precio del barril de petróleo desde mediados de 2014.
En lo que va de año la cantidad de monedas, billetes, depósitos a la vista, de ahorro y a plazo ha aumentada 40,44%, al pasar de 2 billones de bolívares a Bs 2,81 billones, mientras que al 9 de agosto de 2014 el incremento en un año había sido de 23,9%.
Ante la insistencia del gobierno de mantener artificialmente las tasas de cambio a Bs 6,30 y Bs 12,80 por dólar, el BCV ha puesto a trabajar al máximo a la Casa de la Moneda que ya se quedó sin papel de seguridad para imprimir los billetes de Bs 50 y Bs 100 y ha tenido que abrir una licitación internacional para imprimir más billetes de alta denominación.
El billete de Bs 100, el de más alta denominación en la economía, no tiene capacidad de compra tomando en cuenta la elevada inflación que el BCV trata de ocultar al no publicar las cifras, y que sin embargo, calculan fuentes no oficiales o bancas de inversión.
De acuerdo con reportes de economistas independientes y bancas de inversión, la inflación cerrará 2015 alrededor de 200%. Aunque no se revele la cifra oficial, el ciudadano común percibe el alza de precios cada vez que adquiere algún producto.
De manera semanal los comerciantes ajustan precios en los bienes que no están regulados por el Estado, y estos últimos se consiguen cada vez con mayor frecuencia fuera de los canales formales en redes de los llamados bachaqueros, que aprovechan los subsidios a productos de la cesta básica para revenderlos a un valor que multiplica las ganancias.
Analistas calculan que en los últimos meses del año el gobierno creará una sensación de «bienestar» importando la mayor cantidad posible de alimentos y bienes de primera necesidad de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, por lo que necesitará que la población tenga dinero para incentivar el consumo.
Entrada la segunda mitad de agosto, las autoridades monetarias no han dado señales de imprimir billetes de más alta denominación en un contexto de inflación acelerada. El economista y presidente de la firma consultora Datanálisis, Luis Vicente León, dijo en su cuenta de Twitter que «no hay razón técnica que justifique empeorar los efectos negativos de la inflación negándose a emitir billetes de más alta denominación».
No tiene sentido someter a toda la población y a la banca a una crisis operativa para «controlar» bachaqueros…que igual no se controlan.
— Luis Vicente Leon (@luisvicenteleon) agosto 17, 2015
No importa las presiones ni amenazan que se ejercen frente a la banca. Le será imposible mantener una operación fluida con billetes de 100. — Luis Vicente Leon (@luisvicenteleon) agosto 17, 2015
Las necesidades de billetes de 100 para una persona normal aumentan a ritmo de la inflación. En breve se requerirán carretillas.
— Luis Vicente Leon (@luisvicenteleon) agosto 17, 2015
El ente emisor mantiene el financiamiento indiscriminado al gasto público a través de instituciones como Petróleos de Venezuela, política que lo ha llevado a imprimir dinero sin respaldo en bienes y servicios en la economía que vive una reducción de oferta por el cerco que el gobierno ha impuesto al sector privado.
El gobierno se queda sin billetes de alta denominación -son altamente demandados en la frontera por los revendedores- y la banca comienza a limitar retiros vía taquilla y cajeros electrónicos.
El estatal Banco de Venezuela informó este lunes a través de su página web, que pasó a restringir la cantidad máxima por retiro en sus dispositivos electrónicos de Bs 5.000 a Bs 3.000.
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