Economía

Más de 20 horas de cola para comprar productos básicos en Aragua

El Índice de Escasez ya el Banco Central de Venezuela no lo hace público. Sin embargo las colas cada vez más largas miden el nivel de desabastecimiento. Un recorrido por redes públicas (Mercal y Bicentenario), la intervenida cadena DíaDía y por algunos supermercados privados y bodegas de barrios indican que el termómetro en los valles de Aragua está en grado de ebullición.

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Luisa Maracara @lmaracara

El Banco Central de Venezuela dejó de publicar el índice de escasez desde febrero de 2014 cuando registró 28% y hace un par de semanas difundió un dato que denominaron existencia de acaparamiento (87%), del que no han dado mayores explicaciones acerca de lo que mide. Pero la calle no miente y las colas están allí para probar lo que el BCV no divulga.

Las colas cada día son más largas y la cantidad de productos regulados en los supermercados cada vez menor, los anaqueles están vacíos de productos de primera necesidad. Incluso el instituto emisor lo reconoce. “El desabastecimiento de algunos productos es percibido por la población como uno de los principales problemas que aquejan al país, junto a la especulación y el acaparamiento. La apreciación de existencia de acaparamiento en el país se ubica en 87,0%”, expresa el informe publicado por el BCV el 15 de enero.

Un recorrido por varias cadenas privadas y por varios Mercal, Abastos Bicentenario y Practimercados DíaDía, en el estado Aragua, dan cuenta de lo que el Gobierno se niega a reconocer: la escasez ha llegado niveles dramáticos en esa región. Situación que se repite en todo el país. Esto, junto a una inflación de 107,5% acumulada hasta septiembre, medida por el BCV para Maracay, deja a los habitantes de los valles de Aragua sin alternativas a las largas colas.

– Cómo comprar en Mercal-

En el Mercal de La Segundera de Cagua y en el Mercal de Palo Negro el lunes 25 de enero y martes 26, volvieron a vender pollo, luego de que desde mediados de diciembre no llegara este producto a esos centros de abastecimiento público.

En un Mercal de Cagua, la gente empezó a pasar a las 4:00 de la tarde del lunes para “marcar” la cola, pues el “radio bemba” aseguraba que al día siguiente no solo venderían pollo, sino también carne a precio regulado.

Ana Marcano esperó hasta las 9:00 de la noche del lunes para ir a “marcar” la cola, al llegar había más de 60 personas (y ella se imaginó que cada quien le “marcaba” la cola a 2 por lo menos). Cuenta la señora que alrededor de las 10:30 llegó un miembro del consejo comunal de la zona y dijo que para evitar “despelote” al día siguiente, en la madrugada iba a pasar a recoger las cédulas de quienes estuvieran allí y entrarían en el orden en que fueran recibidos los documentos de identidad. El representante del consejo comunal no dijo a que hora iría “para evitar vivezas”, según testigos.

El hombre se presentó a las 3:30 am y a esa hora recogió las cédulas. Ana Marcano se fue a su casa en ese momento a “dormir un rato” y volvió al Mercal a las 7:00. Hizo su cola en el mismo lugar que la había hecho la noche anterior, pues cada quien sabía donde iba y efectivamente fueron llamados en el orden en que habían entregado sus cédulas.

Ana logró comprar un kilo de arroz (Bs14), un kilo de harina de maíz (Bs 18), un kilo de leche (Bs 59), un paquete de carne de segunda (Bs 373) y para su sorpresa si quería llevar un segundo paquete de carne (al que le dieron opción porque cuando entró se había terminado el pollo) de unos 2 ½ kg aproximadamente, debía comprar obligatoriamente un Panettone a un precio de 700 bolívares. Lo compró, pues considera que aun así el ahorro fue significativo en la carne que llevó.

En el Mercal de Palo Negro, en el barrio La Croquera, la gente empezó a hacer cola a las 2:30 de la madrugada del domingo, pues les aseguraron que el lunes 25 llegaría pollo. Alrededor de las 9:00 de la mañana llegó la cava con el preciado producto.

La señora Isabel (prefiere no dar su apellido) pasó 10 horas haciendo cola para un comprar un pollo, pero cuando estaba saliendo llegaba la cava con carne, por lo que llamó a su hijo para que fuera a buscar el pollo y volvió a hacer la cola para poder adquirir este producto. Explicó que un paquete de carne de 2 kilos lo compra en Mercal entre 350 y 400 bolívares, mientras que en la carnicería por esa misma cantidad de carne debe pagar mínimo 3 mil bolívares. “Me estoy ahorrando como 2 mil 500 bolívares. Vale la pena hacer la cola otra vez”.

– El Día a Día de cola –

Francisco López y Lisbeth Martínez viven en Las Vegas de Cagua, un barrio alejado del centro de Cagua, pero el viernes 22 de enero no les importó dormir en el centro del pueblo para poder comprar productos básicos a precios regulados en Practimercados DíaDía, cadena intervenido en febrero de 2015 por el gobierno nacional, y que se ubica a dos cuadras de la alcaldía del municipio Sucre.

Llegaron a las 6:00 de la tarde a la cola y finalmente pudieron comprar el sábado a las 2:30 de la tarde. Francisco es albañil y Lisbeth trabaja en una floristería, son vecinos y decidieron acompañarse en la cola que les permitió, después de 20 horas de cola, comprar a precio regulado, harina de maíz (1 paquete), jabón azul, detergente de lavar (paquete grande) , aceite (un litro) y arroz. Pagaron 720 bolívares por ese grupo de artículos.

Lisbeth Martínez dice que con sueldo mínimo en la floristería no le alcanza para comprarle a los bachaqueros, por eso tiene que hacer las colas y arriesgarse a no comprar en caso de que se acabe el producto “o que algún policía se enamore de uno porque reclamas a los coleados y te saque de la fila”.

– Colas kilométricas en abastos privados – 

En los barrios de Aragua, en los abastos o bodegas a los que les despachan productos de primera necesidad fabricados por Polar las colas comienzan a formarse antes de las 5:00 de la mañana, la mayoría de los negocios vende sin cédula, uno o dos productos por persona.

Entretanto, en cadenas grandes como Superlíder, San Diego, Central Madeirense o Euromercado las colas son kilométricas y comienzan temprano en las madrugadas.

Foto: Luisa Maracara
Foto: Luisa Maracara

La gente hace filas sin saber si al abrir las puertas a las 8:00 de la mañana venderán algún producto regulado. La mayoría dice que hacen la cola porque no pueden pagar los precios de los bachaqueros.

Mientras la mayoría hace horas y horas de cola para comprar papel toillet o se lo compra a un bachaquero por 8 veces su costo, Amalia García y su hermana Rosario compraron en Cagua 22 paquetes de papel sanitario sin cola, a precio regulado y sin que fuera su día de compas por terminal de cédula.

El lunes 25 de enero ambas se encontraban en el centro de Cagua para comprar pan en la calle Miranda y al llegar a la panadería casualmente en dos locales de comerciantes chinos había cola de no más de 8 personas. Estaban vendiendo papel higiénico por bultos a 580 bolívares o paquetes de 4 rollos por 50 bolívares, pero había que pagar en efectivo. Entre las dos lograron reunir Bs 1.120. Una entró dos veces al mismo local y en cada ocasión compró 6 paquetes de cuatro rollos. La otra hermana compró 6 paquetes en un local y cuatro en el otro.

Los pocos que pasaban a esa hora por allí, pues hacía una hora que todos los comercios habían cerrado sus puertas, se detenían y compraban un bulto de papel sanitario o lo que el efectivo que cargarán en sus carteras les permitiera.

Según explicaron las hermanas y quienes compraban papel regulado, un camión acababa de descargar los artículos y la gente se dio cuenta y le exigieron a los dueños de los locales que no cerraran y que le vendieran a los que allí se encontraban, la única condición de los chinos fue que todo el mundo pagara con efectivo.

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