Economía

Más de 60% del salario no se calcula para aguinaldos ni vacaciones

León Arismendi, profesor de la UCV y abogado laboral, afirmó que los continuos aumentos del salario minino solo "echan más gasolina a la crisis", ya que no van acompañados de políticas económicas para frenar la fuerte inflación y promover la productividad.

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FOTO: Federación de Trabajadores URT

El director general del Instituto Nacional de Asuntos Sindicales (Inaesin), León Arismendi, criticó que la decisión de aumentar el sueldo mínimo se haga de forma unilateral sin discutir con todos los sectores, ya que lo recomendable en política laboral debe ser objeto de concertación y de acuerdos entre Estado, empresarios y las organizaciones sindicales.

«Aquí se llegarían a los acuerdos donde los trabajadores queden satisfechos pero también se aumente la productividad y se genere más empleo, que los bienes necesarios para la población sean producidos en el país”, dijo.

Explicó que para el pago de los aguinaldos solo cuenta el salario mínimo, es decir, el ticket de alimentación no vale para esta bonificación de fin de año.

“Si la persona gana sueldo mínimo, la base de cálculo será de 27.000 bolívares, en esa cuenta no entran los 63.000 bolívares del bono de alimentación. En otras palabras, el salario total de 90.000 bolívares no vale para los aguinaldos. Más de 60% del ingreso real no es calculado para utilidades ni vacaciones”, destacó Arismendi.

Señaló que aunque la mayoría de la población no lo recuerda, una parte importante de los aumentos salariales no tienen incidencia en prestaciones sociales ni cálculo de vacaciones, porque se pagan mediante el bono de alimentación.

“Lo que se percibe por ticket de alimentación es más del doble del salario mínimo, lo cual se ha convertido en una distorsión, se suponía que los ingresos no salariales no deberían superar 20% del ingreso total”, dijo.

En el marco de la mesa de análisis sobre el deterioro de la capacidad adquisitiva del trabajador organizada por el Inaesin y Cedice, señaló que las erróneas políticas del gobierno han destruido el trabajo como vía de progreso en Venezuela, porque cuando el ingreso del trabajador se reduce al ser arropado por la inflación el esfuerzo del trabajador queda sin sentido.

“Porque es una realidad que a partir de su sueldo no pueden cubrir ni las más mínimas necesidades, siendo la respuesta del Poder Ejecutivo es echarle más gasolina al fuego con alzas salariales que se vuelven sal y agua ante la inflación”.

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