Energía y Petróleo

Monaldi: "En 10 años podría agotarse el shale revolution"

El crecimiento de la producción de petróleo de lutitas es algo que nadie había anticipado, aseguró el profesor y analista petrolero, Francisco Monaldi. Para que colapse, el precio del crudo tendría que caer a $10-20.

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Durante su participación en el Caracas Energy Forum, realizado en la sede del IESA, Monaldi explicó que la extracción de crudo de lutitas, principalmente la de Estados Unidos, puede responder velozmente a la volatilidad del mercado.  «El shale no es un negocio que requiere una inversión inicial tan grande y puede salir petróleo en apenas semanas», explicó. Esto permite recuperar la inversión rápidamente y responder de manera inmediata a la subida de precios.

Las predicciones sobre el comportamiento de este tipo de crudo no convencional, cuyo auge sorprendió a los analistas alrededor del mundo, establecen un pico de producción que llegará hasta 2020-2026. Después empezará a bajar, dijo Monaldi. «En 10 años podría agotarse el shale revolution y el Medio Oriente agarraría el sartén por el mango», sostuvo.

En 2014, 52% de los taladros en el mundo estaban en EEUU. Esta cantidad empezó a reducirse estrepitosamente, lo que envió al mercado, y en especial a Arabia Saudita, la señal de que el auge de las lutitas había llegado a su fin luego de que la caída de los precios había acabado con la rentabilidad del negocio.

No obstante, en julio, este indicador mostró una ligera recuperación. Monaldi explicó que hay una tendencia entre los productores estadounidenses a concentrar esfuerzos en los pozos más productivos, lo que también generó una reducción en los costos de extracción. «Para que colapse la producción de shale los precios tendrían que caer a $10-20″, puntualizó.

Pese a que considera difícil determinar el costo operativo, también llamado break even, del petróleo de lutitas, Monaldi considera que la mayor parte de los proyectos a nivel mundial siguen siendo viables aún con precios inferiores a los $20, como lo son los venezolanos. «El precio al cual los pozos se ven obligados a cerrar es sumamente bajo», dijo.

-Altos y bajos-

«Lo que hemos podido ver es que largos períodos de precios altos suelen venir períodos de precios bajos», indicó el analista en el foro, organizado por el Consejo Nacional de Promoción de Inversiones, el IESA y la firma Global Business Consultants. Esto se debe a que una cotización elevada en un momento determinado estimula la inversión y el desarrollo tecnológico que permite optimizar la producción, mejorar la oferta y, como consecuencia, los precios caen.

El más reciente auge petrolero, que marcó la década pasada, llegó a su fin el año pasado. Entre 2002 y 2014 Venezuela recibió 300% de su producto interno bruto en ingresos adicionales producto del ciclo de commodities. «Los fundamentos no dan para que el petróleo estuviera en esos niveles», aseguró. Los conflictos geopolíticos, especialmente el de Libia, sostenían los precios. Pero cuando el petróleo empezó a caer lo hizo más rápido que el resto, acotó.

Para él, el mercado no ha visto lo peor. «El piso que ataja el precio del petróleo sigue siendo uno lejano», sostuvo. Observa que en el mediano y corto plazo el riesgo es que la cotización caiga a $20, la cual no será sostenible, advirtió. Esto se debe a que la demanda americana de crudo se está recuperando un poco, impulsada por los bajos precios del combustible.

Sin embargo, acotó que los tres principales actores del Medio Oriente -Arabia Saudita, Irán e Irak- jugarán un papel importante en cuanto al incremento de la oferta.

-Cambio legal-

El analista Alberto Cisneros, CEO y presidente de GBC, explicó durante su intervención que el esquema de negocio que tiene Pdvsa con los empresas mixtas de la Faja del Orinoco se verá forzada a cambiar, debido a que la estatal está «exhausta» y carece de los recursos para sostener el peso de la inversión.

«En Venezuela la operación es mayoritariamente de Pdvsa. Se prevé que más adelante deberá darse una mayor apertura que requeriría esquemas mucho más elásticos en cuanto a operación y gerencia que pudieran articularse dentro de la actual Ley de Hidrocarburos», indicó Cisneros.

Sostuvo que la extracción de crudo extrapesado de la Faja del Orinoco, que es la más costosa, requiere de precios de entre $15 y $20 el barril para ser viable. Por lo tanto, considera que el problema del declive en la producción venezolana no radica en la caída de los precios sino en la situación de política económica. «Está vinculado a los problemas que ha habido con los socios privados. Incluso la producción temprana se demorará mucho tiempo y a menores niveles. Hay que cambiar este modelo, si no se va a poder revertir el problema de declinación (de producción)», indicó.

De acuerdo a un análisis histórico que realizó sobre las distintas crisis de precios petroleros que se han registrado en la historia, afirmó que si se da un proceso en el que actúen meramente las fuerzas del mercado, la recuperación de la cotización puede darse en aproximadamente dos años.

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