La previsión subraya la lucha que enfrenta la OPEP frente a un aumento de la producción de sus rivales, como Estados Unidos y Rusia. La estrategia de mantener la producción mientras caen los precios significa que los costos financieros son inmensos, asegura el documento.
«A pesar de que los precios del petróleo siguen fomentando un moderado crecimiento de la demanda, su impacto parece estar limitado por otros factores», resalta el texto. «La eliminación de los subsidios y controles de precios de los productos derivados del petróleo en algunos países y las mejoras técnicas seguirán restringiendo el crecimiento de la demanda de petróleo».
La OPEP asume que los precios subirán hasta un promedio de $ 80 por barril en términos nominales en 2020, y $ 70,70 en términos reales. Esto significa una reducción de $30 con respecto a sus previsiones del año 2014.
La organización, además, aumentó su estimación de la demanda mundial de petróleo en 2020 en 500.000 barriles diarios a 97,4 millones al día. Para entonces, el consumo de combustible en los países emergentes superará al de las economías industrializadas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.