Economía

Puerto Rico negocia tregua con tenedores y prepara medidas contra crisis

El gobierno de Puerto Rico negoció una breve tregua con tenedores de su deuda en default, poco antes que el gobernador, Alejandro García Padilla, presente este lunes las medidas para evitar que se pofundice la crisis de la isla.

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FOTO: SAIT SERKAN GURBUZ | AP

De acuerdo con el Banco Gubernamental de Fomento (BGF, Central), los tenedores de bonos agrupados en el llamado Grupo Ad Hoc, que posee papeles por unos 900 millones de dólares, acordaron postergar acciones de cobro mientras se mantienen negociaciones sobre un intercambio de «notas interinas».

Por este acuerdo provisional, el gobierno estudia la posibilidad de emitir una nueva deuda de hasta 1.500 millones de dólares para un intercambio de notas senior con un recorte de 43,75% del valor original, de forma tal que la institución financiera supere su falta de liquidez.

García Padilla sostendrá una rueda de prensa este lunes para explicar las medidas que aplicará su gobierno para evitar una profundización de la crisis en la isla, con una población de 3,4 millones de habitantes.

En un mensaje de televisión en la tarde del domingo, García Padilla anunció una moratoria de la deuda de 422 millones de dólares del BGF.

Anteriormente, la isla caribeña había incurrido en dos impagos que afectaron a acreedores locales, como los proveedores de servicios y las cooperativas, pero en esta ocasión incluye a bonistas de Wall Street.

Con una deuda pública que ronda los 70.000 millones de dólares, Puerto Rico se encuentra prácticamente insolvente, ya que la liquidez del BGF es apenas de 562 millones de dólares.

Uno de los grandes temores de Puerto Rico en medio de esta crisis fiscal es que se produzca una avalancha de demandas contra el Estado Libre Asociado (ELA) de Estados Unidos que desvíe los pocos recursos con que cuenta el gobierno de la isla en representación legal.

García Padilla anunció el domingo en tono lúgubre que el Congreso estadounidense se había negado a atender la situación de Puerto Rico, por lo que ante la falta de liquidez no tenía otro remedio de incurrir en una moratoria de la deuda.

Ante la posibilidad de dejar de brindar los servicios esenciales y la indiferencia del Congreso de asistir a esta isla del Caribe a solucionar su crisis, el gobernador explicó que no quedaba otra salida que el impago.

– Dedo acusador al Capitolio –

El gobernador de Puerto Rico afirmó que la asistencia del Congreso a la isla no representaría un costo adicional para los contribuyentes estadounidenses.

«Lo que queremos es un proceso de reestructuración que no les costará nada a los contribuyentes de Estados Unidos; simplemente necesitamos las herramientas legales que nos permitirán enfrentar esta crisis y asegurar que Puerto Rico, de cara al futuro, sea viable», resumió.

Advirtió, además, que el establecimiento de una junta federal de control fiscal como desean los congresistas del partido Republicano, representará una pérdida para la democracia puertorriqueña.

De acuerdo con García Padilla, los potenciales integrantes de esa junta federal de control fiscal determinarían qué se gasta y cómo se gasta el dinero recaudado por el fisco.

El gobernador también pidió que el presidente de la Cámara de Representantes federal, el republicano Paul Ryan, ejerza su liderazgo «y cumpla su palabra» porque «necesitamos un mecanismo legal de reestructuración de la deuda».

«Ya hemos hecho lo que nos toca», reclamó García Padilla al Congreso estadounidense, refiriendo los repetidos llamados del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, a una pronta actuación de los legisladores para permitir la reestructuración de la deuda.

Por ser un estado libre asociado y no un estado de la unión, Puerto Rico fue excluido en 1984 del capítulo 9 de la ley de bancarrota de Estados Unidos, lo que implica que no tiene autonomía para reestructurar su deuda.

La crisis en Puerto Rico comenzó cuando en 2006 finalizó un sistema de exoneración fiscal para empresas norteamericanas instaladas en la isla, lo que provocó una caída de la actividad económica, ante lo cual sucesivos gobiernos emitieron deuda para cubrir el creciente déficit.

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