Los recursos en divisas del Banco Central de Venezuela finalizaron el jueves en $10.898 millones, la cifra más baja desde junio de 1996. El vencimiento del bono de la petrolera estatal impactó el indicador.
La caída de las divisas del país se profundiza. De acuerdo a la información publicada por el Banco Central de Venezuela (BCV), las reservas internacionales cerraron el pasado jueves 27 de octubre en $10.898 millones, lo que significa una baja de $5.432 millones en 2016.
El pago de deuda externa que se ejecutó este viernes por el vencimiento más intereses del Pdvsa 2016 por $1.025 millones, hizo que las reservas se colocaran en su monto más bajo de hace 20 años cuando en junio de 1996 cerró en $10.708 millones. Durante este período en el cual gobernaba el presidente Rafael Caldera, las reservas internacionales se hallaban en un mínimo peligroso y la política de control de cambio mostraba el agotamiento de su efectividad, sobre todo en lo que se refiere al modo de contrarrestar la emergencia generada por la crisis bancaria.
El gobierno afirma que la caída del precio del petróleo ha complicado el flujo de divisas del país y por ende la situación económica. Sin embargo, también ha sido impactado por el alto endeudamiento externo ejecutado desde el gobierno de Hugo Chávez, que ha obligado a las finanzas públicas a erogar importantes recursos en divisas para el pago del servicio de deuda de los últimos años, así como la falta de un fondo de estabilización macroeconómica que contribuya a suministrar divisas en épocas de bajos ingresos petroleros.
Las diversas estrategias para incrementar las reservas internacionales del BCV también han sido infructuosas. En 2014 se trató de impulsar el fortalecimiento con la inclusión de las monedas extranjeras de fácil conversión, diamantes y demás piedras preciosas. Pero así ingresó dinero fresco, así de igual salió para pagar deuda y financiar algo de importaciones.
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Cuenta con 7 vuelos a la semana, 4 a Bogotá y 3 a Medellín. Actualmente tiene capacidad para 10.000 pasajeros al mes
Las autoridades aeronáuticas de ambos países ya firmaron los protocolos necesarios. Se espera que los vuelos inicien en los próximos meses
