De Interés

Emiten orden de captura contra Alex Goncalves y Jean Mary Curró

Acusados de "incitación al odio", sobre los conductores del podcast "Nos reiremos de esto!" pesa ahora una orden de aprehensión emitida tras una "investigación" hecha en menos de dos días. Alex Goncalves y Jean Mary Curró, como se sabe, no viven en Venezuela

Publicidad

Ocurrió lo que se esperaba desde que la noche del domingo 28 de marzo Tarek William Saab anunció que había designado a un fiscal del Ministerio Público para investigar a los locutores y humoristas Jean Mary Curró y Alex Goncalves: en menos de dos días se emitió una orden de captura contra los conductores del podcast «Nos reiremos de esto!».

Una orden de captura que -por supuesto- no podrá materializarse porque ninguno de los dos -como bien se sabe- vive en Venezuela y sería más que iluso pensar que van a viajar a encarar a un tribunal de la justicia chavista ante el cual se les acusa de «incitación al odio».

Yonder Daniel Canchica es el fiscal que presentó la solicitud ante el juzgado 20 de primera instancia en funciones de control del área metropolitana, a cargo de la jueza Mercedes Natera. Y la orden de aprehensión, tal como lo compartió vía tuiter Saab, se presentó de inmediato al Sistema de Información Policial (Siipol) y al Sebin.

¿Cuál fue la falta de Curró y Goncalves? En su show, que se transmite vía web y del que buena parte de su contenido es solo para suscriptores, expresaron unas desafortunadas opiniones sobre el animador Dave Capella. Como ya se sabe, Capella, su padre y su madre enfermaron de covid-19 y en consecuencia se abrió un gofundme para pedir apoyo monetario para sufragar los gastos de hospitalización. Desde el momento inicial, al menos dos cuentas anónimas en Instagram plantearon abiertamente que se trataba de una estafa por parte de Capella.

Curró y Goncalves se hicieron eco de esta versión en una de las entregas de «Nos reiremos de esto!» y aportaron, además, algunos comentarios de cosecha personal. Días después el padre de Capella falleció. Y luego -el 28 de marzo- murió el animador producto de las complicaciones de la enfermedad.

De inmediato, corrió el video y -tal como sucede en las redes- las opiniones y los insultos se desataron. Tarek William Saab también tuvo algo que decir. Y lo dijo. Y ya hoy se conocen las consecuencias iniciales: no fue la familia de Capella la que reaccionó legalmente -como cabría esperar en materia de posible difamación- es el Estado venezolano el que procedió con rapidez y por cuenta propia.

La discusión en torno al triste caso de Capella y las injustificables palabras de Curró y Goncalves ofrece una oportunidad para reforzar una idea que desde hace tiempo manosea el poder: apretar las tuercas -más- del libre uso de las redes sociales. Y, de paso, permite la aplicación de una especie de castigo ejemplarizante y simbólico que manda un mensaje claro: cuidado con lo que dices. Así, lo que pudo haber dado pie a un momento de reflexión interesante y necesario sobre la responsabilidad en el uso de ciertas plataformas, se transforma ahora en una diatriba sobre la utilización del sistema judicial y la política.

Hoy en un segmento abierto de «Nos reiremos de esto!» los conductores abordaron la situación y reiteraron sus disculpas y reconocieron nuevamente el tremendo error que cometieron. Pero para entonces no debían estar enterados de la decisión de la Fiscalía en su contra.

Publicidad
Publicidad