El distanciamiento social y otras normas preventivas se cumplen a medias en el transporte público. En los centros comerciales, aunque se controla la entrada de personas, también se irrespetan normas como sentarse a comer o aglomerarse en pasillos y vitrinas
El primer día de la flexibilización de la cuarentena demostró que en Caracas el distanciamiento social se cumple a medias. En el transporte público, incluido el Metro de Caracas, no existe. En los centros comerciales, que ayer reabrieron después de tres meses, las normas contra COVID-19 se respetaron más.
Entre las normas que Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno de Maduro, dictó para el transporte público, está dejar asientos de por medio lo que implica no llenarlo a toda capacidad y la obligación de que pasajeros, conductores y recolectores utilicen mascarillas. En un recorrido por la ciudad, El Estímulo confirmó que los autobuses van repletos, con todos los asientos ocupados y gente parada.
En el Metro se vive una situación similar, a pesar de que se mantienen las restricciones para su uso. Solo se permite la entrada a personas con salvoconducto, funcionarios públicos, militares, policías, trabajadores de servicios esenciales, de la salud y de medios de comunicación.
Hoy, por primera vez en tres meses, en los centros comerciales podían abrir todas las tiendas y no solo la de servicios básicos como farmacias, supermercados y ópticas.
Tanto en el Centro Sambil como en el Millenium Mall, la entrada era controlada. A todas las personas se les tomaba la temperatura antes de entrar.
También había límite en cuanto a aglomeraciones de personas en las tiendas. Las grandes solo pueden tener 20 clientes en el local al mismo tiempo y las medianas, 10.
La afluencia de gente no fue la esperada. Algunas tiendas, sobre todo de textiles y ropa, no abrieron.
Sin embargo, tampoco en los centros comerciales se cumplió del todo el distanciamiento social.
En los restaurantes no está permitido usar mesas ni sillas, solo comprar para llevar.
Sin embargo, en Centro Sambil se pudo observar que los clientes se sentaban a comer en donde pudieran, y se les permitía.
La línea de taxis del Sambil también se activó desde temprano, pero muy pocos clientes requirieron sus servicios.
Así transcurrió el primer día de flexibilización de la cuarentena, con un distanciamiento social a medias. Habrá que esperar resultados.
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