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En el nombre de Paladini

El plan está anunciado y la figura del preparador físico Rodolfo Paladini salta a relucir. Una doble convocatoria, como ya se hiciera exitosamente en el proceso anterior, es la estrategia para enfrentar primero los más de 3.500 metros de La Paz y luego recibir al sorprendente Ecuador en Ciudad Guayana.

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Foto: EFE

Luego del mea culpa hecho por Noel Sanvicente ante los medios de comunicación tras el descalabro de la pasada doble fecha de Eliminatorias, la próxima parada de noviembre tendrá una particularidad que incrementa la exigencia: la temida altura de La Paz, capital de Bolivia.

Admitido el fracaso en el estreno de la ruta mundialista por el propio Seleccionador, el margen de error ahora es mínimo. Encarar con los bolsillos vacíos los encuentros venideros ante Bolivia y Ecuador hace imperioso que, más allá de las enormes dudas generadas por el juego de la Selección, sumar puntos siga siendo más que una necesidad, una obligación. 

El plan está anunciado y la figura del preparador físico Rodolfo Paladini salta a relucir. Una doble convocatoria, como ya se hiciera exitosamente en el proceso anterior, es la estrategia para enfrentar primero los más de 3.500 metros de La Paz y luego recibir al sorprendente Ecuador en Ciudad Guayana. 

Paladini sabe de esto, es un tipo preparado y con experiencia. El rosarino, espadachín de Sanvicente desde su paso por Caracas FC, con un punto y seguido para trabajar con Gerardo «Tata» Martino en Newell’s Old Boys, es otro obsesivo del trabajo y del triunfo. En este caso, ha decidido enfrentar a Bolivia con una mixtura de jugadores del campeonato local y del extranjero, con el fin de preservar al grupo habitualmente titular para chocar ante Ecuador. 

Se le dijo no a la preparación en Mucuchíes, lugar habitual en el país para el acondicionamiento del jugador a la altura y se confía en las flamantes nuevas cámaras hiper e hipobáricas con las que cuenta el Centro de Alto Rendimiento. Más allá del tema de «darle uso», es una planificación válida de las varias que han puesto en práctica las selecciones sudamericanas cuando deben enfrentar la exigente subida a La Paz.

Desde ya, con 22 días por delante para el choque en el Altiplano, el plan se ha puesto en marcha. Con la venia de los directivos (y no tanto de los técnicos) de los equipos de Primera División del campeonato profesional, un nutrido grupo de jugadores se concentrarán en Margarita en la carrera por entrar en ese selecto puñado de efectivos que demuestren poder adaptarse a las condiciones de la altura. Y es que no todos los llamados, serán los escogidos. Algo nunca visto.

El esfuerzo será tremendo. En el último módulo efectuado antes de los partidos contra Paraguay y Brasil ya varios jugadores del patio, que no fueron convocados para esos enfrentamientos, fueron vistos y conocieron la idea del juego de Sanvicente. Ahora les toca poner en práctica lo que quiere en cancha el entrenador, al tiempo que adecuan sus pulmones a la exigencia de la altura. Todo eso sin un punto cosechado en la eliminatoria, lo que les incrementa la presión por alcanzar unidades ante los de Julio César Baldivieso.

El equipo irá a La Paz el mismo día del partido, plan que le dio buenos dividendos a Uruguay en la fecha 1 del Premundial. Algunos legionarios habituados a jugar en condiciones de altura como Franklin Lucena y Luis Manuel Seijas serán los líderes de ese inédito plantel que tendrá sobre sí nada más y nada menos que recobrar la confianza de un país que ha perdido la ilusión en su selección. Una ventaja: los muchachos del campeonato local dejaron buena impresión al ganar a Honduras en dos amistosos en el inicio de la era Sanvicente. Basta saber si serán los mismos intérpretes de aquel par de encuentros.

No queda duda que el futuro de Sanvicente al mando de la Vinotinto pasa por lo que pueda lograr en noviembre. Él mismo ha reconocido que sin resultados no hay confianza y la presión ahora se ha triplicado. Por eso, la preparación física para lo que viene será trascendental. Paladini tendrá en sus manos buena parte del devenir de la Selección… y el de Noel.

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