Venezuela

En la alianza entre Trinidad y Venezuela no importan los migrantes

Desde hace varios años los gobiernos de Trinidad y Venezuela afianzan una relación que antepone los acuerdos económicos incluso a la vida de los venezolanos que, desesperados, intentan llegar a esas costas donde no son bienvenidos

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Trinidad
Ilustración: Daniel Hernández / Fotos: Archivo

La conducta agresiva del gobierno de Trinidad y Tobago con respecto a los migrantes venezolanos que huyen de la crisis del país, más allá de los temas de seguridad y política de inmigración de la isla caribeña, tiene un componente geopolítico que se explica en las relaciones entre los gobiernos de Keith Rowley y Nicolás Maduro.

La muerte del bebé venezolano por el ataque de la Guardia Costera contra un bote de migrantes el domingo 6 de febrero, en el que viajaban 43 personas, ha sido la acción más agresiva de los últimos años del gobierno trinitense y las reacciones de los mandatarios de ambos países muestran hasta dónde llega la alianza de sus gobiernos.

Rowley justificó la operación armada contra la lancha de migrantes, alegando que “esa acción es legal, esa acción es apropiada para defender a Trinidad y Tobago” y aunque lamentó la muerte del bebé, resaltó que desconoce la identidad del oficial que apretó el gatillo; “pero sé que ese oficial sentiría el dolor de saber el resultado de esa acción”. La propia Guardia Costera justificó su acción señalando que “intentó detener el bote en defensa propia”.

En la acera de enfrente, su aliado, Nicolás Maduro, tuvo una discreta reacción frente a este drama. En escueto comunicado la cancillería venezolana señaló que “el gobierno venezolano extiende sus más sinceras condolencias a los familiares del infante. Al tiempo que exhorta a las autoridades de Trinidad y Tobago a realizar una investigación exhaustiva que permita esclarecer los hechos en torno a este fatal incidente en el que, lamentablemente, perdió la vida un niño venezolano y establecer los protocolos binacionales necesarios para consolidar la dinámica de seguridad transfronteriza que preserve el buen entendimiento entre los países”.

El amigo Rowley

La larga lista de desaparecidos en las aguas que separan a Venezuela y Trinidad tiene una historia de acciones emprendidas desde el gobierno de la isla caribeña contra los refugiados. A finales de 2020, una pequeña embarcación que llegó a las costas de Trinidad fue obligada a devolverse por la Guardia Costera: la lancha naufragó y 28 venezolanos perdieron la vida.

Este episodio generó una ola de indignación de organizaciones internacionales de derechos humanos. Desde Venezuela los señalamientos gubernamentales se dirigieron contra quienes utilizan sus botes pesqueros para transportar a los migrantes.

Una de las reacciones que no le gustó al primer ministro Rowley fue la de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que cuestionó la actitud de su gobierno frente a la crisis de migrantes. Como reacción, Trinidad y Tobago anunció que en adelante no participaría en ninguna votación de la OEA hasta que fuese reincorporado el representante del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y se destituya al representante del líder opositor Juan Guaidó, quien, frente a ese suceso, denunció al gobierno trinitense por el naufragio que dejó 28 venezolanos muertos.

«Asistimos a las reuniones; pero no votamos sobre ninguna resolución ni apoyamos ninguna resolución hasta que las personas que están sentadas allí representando a los países sean las adecuadas», dijo Rowley.

En una conferencia de prensa, Rowley expresó su desacuerdo ante las declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en su cuenta de Twitter, quien hizo un llamado “a los gobiernos de la región a admitir a las personas que huyen de la dictadura en Venezuela buscando refugio, en cumplimiento del principio de no devolución y el derecho internacional” al referirse a ese naufragio.

Anteriormente Rowley había pedido la destitución de Almagro debido a enfrentamientos por la situación de Venezuela. En defensa de su postura señaló que “la OEA, bajo el liderazgo equivocado de su presidente Luis Almagro, ha sido responsable casi por sí sola de desencadenar y alimentar la actual situación venezolana y estos funcionarios públicos prácticamente han declarado la guerra a Trinidad y Tobago por tener la temeridad de no haberse unido a Elliott Abrams y al presidente Donald Trump para forzar un violento cambio de régimen en Venezuela”.

Keith Rowley, líder del “Movimiento Nacional del Pueblo”, considerado un movimiento de centro-izquierda, es primer ministro de Trinidad y Tobago desde 2015 cuando su partido obtuvo la mayoría en elecciones generales y fue reelecto en agosto de 2020.

El 25 de agosto de 2018 Rowley visitó a Venezuela y firmó importantes acuerdos económicos con Maduro con el fin de fortalecer las relaciones bilaterales, en especial la explotación conjunta en campos ubicados en el estado Sucre para la exportación de gas hacia Trinidad.

En esa reunión en Miraflores, Rowley estuvo acompañado de su canciller e importantes representantes de las empresas energéticas de Trinidad, para la firma de acuerdos.

Rowley quiere gas

En el encuentro, el primer ministro de Trinidad resaltó que: “bajo el reciente liderazgo que hemos tenido y el liderazgo actual que tenemos en ambos países, se ha dado un nuevo ímpetu a nuestra cooperación en materia de nuestro legado de hidrocarburos. Trinidad y Tobago procesa y exporta gas natural y productos derivados del gas. Los recursos de Venezuela en materia de gas natural nunca han participado de ese negocio pero después del día de hoy, lo que esperamos que ocurra en el futuro muy cercano, es que el gas venezolano va a llegar al mercado internacional donde va a ser monetizado para beneficiar al pueblo venezolano y al pueblo de Trinidad. Una vez que esto ocurra el cielo va a ser el único límite para las ventajas que podemos derivar de estos acuerdos. (…) Al presidente Maduro quisiera agradecerle por haber acordado estas negociaciones, por haber cooperado con Trinidad y por permitir llegar a este momento, quizás un poquito más tarde de lo que habíamos previsto inicialmente, pero nunca es tarde para iniciar este emocionante viaje que hoy iniciamos”.

bebé venezolano trinidad

Por su parte, Maduro le dijo a los trinitenses: “siéntanse en su casa. Los bolivarianos no hablamos por hablar. Cuando decimos que esta es la patria de ustedes, sientan en su corazón que esta es la patria común (…) Estamos unidos por el sentimiento compartido de respeto, de amor que hay que seguir cultivando. Hemos firmado un acuerdo para la explotación conjunta de yacimientos de gas. Hemos recorrido un espacio de 12 años para ver cómo llegan los resultados concretos transformados en riquezas concretas en el cheque que le llegue a Venezuela y el cheque que le llegue a Trinidad con los numeritos de riqueza concreta”.

Con Delcy sí

En Trinidad se generó una polémica cuando en marzo de 2020 en pleno cierre de fronteras por la pandemia, se presentó una comisión venezolana encabezada por la vicepresidente de la República Delcy Rodríguez a fin de reunirse con Rowley presuntamente para precisar mecanismos de evasión de las sanciones de EEUU en materia de petróleo y gas. Poco tiempo antes se habían conocido las acusaciones de EEUU de narcotráfico a importantes figuras del gobierno chavista.

Rowley negó que la visita de la vicepresidente venezolana estuviera relacionada con las sanciones y la acusación del Departamento de Justicia de EEUU contra Nicolás Maduro y otras 14 figuras del chavismo.

El ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Stuart Young, a través de un comunicado dijo que la reunión tuvo como eje el combate de la covid-19 en la región y la situación de los venezolanos en Trinidad y Tobago.

Medios locales se preguntaron cuál era la razón de que se concediera un permiso especial a Rodríguez para aterrizar en Trinidad y Tobago para reunirse personalmente con Rowley, cuando el tráfico aéreo estaba suspendido a causa del cierre de fronteras por la pandemia.

El hecho de que muchos presidentes del mundo habían suspendido reuniones personales para sustituirlas por videoconferencias levantó interrogantes entre la prensa local sobre la urgencia del encuentro.

Julio Borges, quien para el momento manejaba las relaciones exteriores del equipo del gobierno interino de Guaidó, denunció que el viaje de Rodríguez se hizo en una aeronave de PDVSA sancionada por EEUU. Y dijo: “tenemos información de que el viaje oculto de Delcy Rodríguez a Trinidad y Tobago no fue para tratar la pandemia. Buscan firmar acuerdos petroleros y gasíferos de espaldas al país, regalando nuestras riquezas. La acompañaron Asdrúbal Chávez, presidente de PDVSA y otros funcionarios de la estatal”.

Información oculta

La líder de la oposición de Trinidad, Kamla Persad-Bissessar, cuestionó la falta de transparencia sobre la visita de Rodríguez y que se tuvieran que abrir las fronteras para permitirle entrar. Recordó que mientras Rowley abrió las fronteras por esta reunión había rechazado movilizar a la aerolínea nacional para recoger a trinitenses varados en el extranjero.

Esta polémica habría ocasionado la renuncia del ministro de Servicios Públicos de Trinidad y Tobago, Robert Le Hunte, el 21 de mayo de 2020 para evitar que lo vincularan con los mecanismos de evasión a las sanciones internacionales al gobierno venezolano y las acusaciones de narcotráfico de altas autoridades.

Según el diario Caribbean News Global, el ministro Le Hunte se negó a ser parte de una presunta trama que involucraba a José Guillermo Ruperti, hijo del venezolano Wilmer Ruperti, dueño de una empresa petrolera registrada en Suiza la cual solicitó al gobierno de Trinidad y Tobago la compra de 100 mil barriles de gasolina de 95 octanos y 50 mil barriles de 91 octanos.

El diario Caribbean News Global señaló que las discrepancias se iniciaron luego de la visita de Rodríguez a ese país.

Un mes después Venezuela recibió un cargamento de gasolina a través de las empresas, Maroil Trading y ES Euro Shipping, propiedad de Ruperti. Aunque en ese entonces el ministro de Energía trinitario, Franklin Khan, dijo que el cargamento de combustible tenía como destino las islas caribeñas, manifestó: “Si parte de ese envío finalmente llegó a Venezuela, no tenemos responsabilidad en ese asunto”.

Los envíos se habrían realizado a través de la empresa trinitaria Paria Fuel Trading Company. El diario de T&T Guardian confirmó que la empresa suiza, propiedad de Wilmer Ruperti, contactó al presidente de Paria Fuel Trading Company el 28 de marzo para negociar la venta del combustible y que el presidente de Paria Fuel Trading Company, Newman George, confirmó el envío de gasolina hacia Aruba desde Trinidad el 21 de abril, un cargamento que tendría como destino final a Venezuela.

Naufragios, detenciones y deportaciones

Meses después de la visita de Delcy Rodríguez a Trinidad, en noviembre de 2020, las autoridades de ese país deportaron en dos balsas -sin salvavidas, ni mayor protección- a 29 venezolanos, entre ellos iban 16 niños, uno de cuatro meses, tras negarles el refugio y separarlos de sus padres, quienes se encontraban en el territorio caribeño. Un caso que conmocionó y generó rechazo internacional y obligó al gobierno trinitense a devolver las embarcaciones, tras dos días desaparecidas con los migrantes, por una orden de la Corte Suprema.

Durante los últimos tres años se han reportado ocho naufragios, con personas que optaron por migrar desde Venezuela, según el portal venezolano, Efecto Cocuyo. Estos naufragios se han registrado principalmente en las rutas del mar Caribe entre Venezuela y Trinidad y Tobago. En 2021 fueron tres naufragios en los que fallecieron por lo menos 58 migrantes. En 2019 ocurrieron tres tragedias; en 2020 y 2018, un naufragio cada año.

Trinidad
Güiria enterrando a sus muertos en 2020 (AFP)

La respuesta del gobierno trinitense ha sido la detención y prisión, incluso de mujeres y niños, por ingresar ilegalmente al territorio, sin considerar el estatus de “refugiado”, mientras que decenas de migrantes han sido repatriados en embarcaciones precarias hacia territorio venezolano.

Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, ha exhortado a ambos gobiernos a tomar medidas para reforzar las vías regulares para asegurar que los venezolanos “puedan tener acceso a seguridad sin arriesgar sus vidas”. Al contrario, cada vez aumentan las restricciones y las exigencias de visa difícil de obtener para que los venezolanos puedan ingresar legalmente a los países vecinos.

Trinidad ha aplicado con mayor severidad las restricciones para el acceso de migrantes que huyen de la crisis venezolana. La respuesta del ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Stuart Young, resume la posición oficial: “Si un migrante entra a la isla de manera ilegal, inmediatamente se convierte en una persona indeseable y deberá afrontar consecuencias”.

Darielvis Sarabia, madre del bebé asesinado, lo sabe muy bien. Y a su pesar. También resultó herida por la guardia costera, fue obligada a declarar luego de ser dada de alta del hospital, y aunque finalmente fue liberada por la presión internacional, tendrá que presentarse en los próximos días ante las autoridades trinitenses.

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