Chavismo obliga a la gente a hacer trabajo político por comida en Táchira

Representantes de Consejos Comunales de la población fronteriza de San Antonio, municipio Bolívar  del estado Táchira, denunciaron el amedrentamiento político al que están sometidos por parte de integrantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) al momento de participar en jornadas alimentarias.

De acuerdo a la versión recogida por El Estímulo en la zona de frontera, los habitantes del populoso sector Antonio Ricaurte, conformado por unos 3 mil habitantes, señalaron que al recibir jornadas alimentarias en la comunidad tienen prioridad y mayor acceso a las mismas quienes hagan trabajo político.

José Leonardo Sandoval, vocero de Infraestructura del consejo comunal del sector, con indignación, rechazó la estrategia  que consideró parte de un mal procedimiento  del Gobierno a la hora de distribuir y vender alimentos a los venezolanos.

De acuerdo a la versión del representante comunal y que fue respaldad por un grupo de pobladores que lo acompañaban,  “la presión es bastante fuerte por parte del oficialismo y algunas personas se ven en la obligación de cumplir con lo que les exigen a cambio de un combo de productos de la cesta básica. Lo hacen más por la necesidad que existe de alimentos  que por temor u otra cosa. Si quieren comida voten por nosotros, eso es lo que nos han dicho.

Sandoval manifestó que los representantes del Gobierno, encargados de la distribución de alimentos básicos,  les dicen que solo votando por los candidatos del Psuv,  apoyando el trabajo político, recogiendo firmas con huellas y buscando votos será posible tener comida,  «ya sabemos que es mentira porque igual ahorita que están en el Gobierno, alimentos  no hay».

En San Antonio, capital del municipio Bolívar, solo existen cuatro supermercados para abastecer una población cercana a los 65 mil habitantes. Las comunidades que hacen vida allí  regularmente se quejan de las penurias que deben pasan cada día  a la hora de adquirir alimentos, situación  que no cesa, ni con el cierre de la  frontera.

«No conseguimos comida, si llega hay que hacer colas enormes para comprar lo poco que mandan. Como si no bastará con eso ahora tenemos que ayudarles a recoger firmas, llenar planillas del 1 por 10, hacer censos casa por casa y hacerles campaña para que nos vendan un mercadito», dijo Aura Velazco, vecina del sector.

Vielma lo advirtió

Durante su alocución en el programa radial «Vielma Mora Construye», el Gobernador del Táchira José Gregorio Vielma Mora exhortó no sólo a la militancia del partido de Gobierno a activarse en lo que llamó “el último ensayo” de cara a las elecciones del 6 de diciembre.

De acuerdo a Vielma el triunfo o fracaso del Psuv en el Táchira en las venideras elecciones será responsabilidad del los equipos de trabajo conformados “por el director de Política de la Gobernación del Táchira, Luis Díaz, conjuntamente con los prefectos y las prefectas de cada parroquia. “Barrio Nuevo Barrio Tricolor en la calle, Misión Vivienda en la calle, Corpoelec en la calle, los directores en la calle, todo el mundo trabajando”.

Dijo el Gobernador del Táchira a su equipo de directores que “todos deben ir al centro electoral. Todos deben ir con el 1 por 10, que debe estar ya registrado. Todos deben registrar el 1 por 10. Voy a empezar a pedir de ahora en adelante el 1 por 10. ¿Usted quiere algo?, el 1 por 10; ¿usted quiere esto? El 1 por 10. ¿El consejo comunal quiere las escalinatas y el control de aguas pluviales?, está bien, el control del 1 por 10 cada uno, porque nosotros necesitamos que el pueblo también contribuya a la revolución”.

Vielma Mora no despidió su programa radial sin nombrar a cada candidato y recalcar, que quiere que su esposa, Karla Jiménez de Vielma, sea diputada a la Asamblea Nacional.

No hubo explicación

Durante la permanencia de El Estímulo en la populosa zona del barrio Ricaurte, se pudo constatar la presencia de un vehículo de carga, tipo cava, de color blanco que llego siendo custodiado por un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, el cual venia cargado de aceite comestible.

Se trató de indagar la procedencia del producto y por qué no se vendía en los abastos y establecimientos de la zona y no hubo respuesta del militar, ni de quienes minutos después procedieron a vender el producto a un precio de mil 100 bolívares por tres litros, precio para nada regulado a pesar de la presencia del efectivo castrense.

Vecinos indicaron que este tipo de prácticas es usual en la frontera y desconocen de dónde viene el producto y a dónde va el dinero de la venta.